Nutrición Consejos de la Clínica de Nutrición Susana Sánchez

¿Comer saludable en Navidad? ¡ Por supuesto!

La moderación es la clave para no ganar peso durante los días de celebración y así conservar los resultados logrados durante el año

¿Comer saludable en Navidad? ¡ Por supuesto!

¿Comer saludable en Navidad? ¡ Por supuesto!

SUSANA SÁNCHEZ

Es posible disfrutar de la Navidad sin perder los buenos hábitos para que los resultados del año no se pierdan entre comidas y cenas. Al contrario, esas reuniones deben ser momentos de desconexión para recargar pilas, sin pensar demasiado en la dieta. Merece la pena tomar buena nota de estos consejos con los que se evitará sentirse culpable y mantener una buena relación con la comida en Navidad.

Comer con consciencia. Gran parte de lo que se ingiere durante un evento social, en el que se charla mientras se come, se hace de forma inconsciente: sobre todo durante los aperitivos. Hay que prestar atención a lo que se come. Se calcula que en una sola comida navideña se pueden llegar a ingerir unas 2.000 o 2.500 kilocalorías, el equivalente a las necesidades calóricas de un día entero. Se debe comer despacio, con tranquilidad y masticando bien, disfrutando de la compañía y de la conversación, además de servirse en el plato lo que se va a comer.

Frutas y verduras en abundancia. Un buen truco es que el primer plato de las comidas navideñas sea siempre verdura, al menos como guarnición. Las verduras no tienen por qué ser aburridas, con un poco de imaginación pueden convertirse en platos deliciosos y muy navideños: cremas de verduras con gambas, ensaladas de escarola con algún toque especial (frutos secos, salmón, mariscos, granada) o lombarda con manzana y pasas.

Macedonia para contrarrestar. A la hora del postre antes de los dulces, merece la pena saciarse de macedonias de fruta que incluyan piña y papaya. Son frutas bajas en azúcar y con efecto diurético que te pueden ser de gran ayuda si tienes digestiones pesadas, y dándole un toque de canela de Ceylán te ayudara a controlar la ansiedad del dulce. Así cuando llegue el momento de los dulces es más probable que no tengamos hambre y comamos menos.

Sortear el peligro de los postres navideños. Evita caer en la tentación del todo o nada, "no pruebo los turrones o me como una tableta entera". Pueden comerse, pero con moderación. Fiesta no equivale a exceso.

Moderar el consumo de alcohol. Es uno de los protagonistas de las comidas navideñas, pero un consumo excesivo potenciará aún más los efectos negativos de una comida copiosa. Si se consume, siempre con moderación y optando por las de menor graduación alcohólica, puesto que cuanto más tengan, mayor aporte energético para el organismo, ya que cada gramo de alcohol contiene 7 calorías.

No saltar comidas para evitar los atracones. Nunca deben saltarse comidas o cenas para compensar los excesos de las comidas copiosas, lo único que conseguiremos con ello es llegar mucho más hambrientos y no podremos controlar lo que comemos. Es importante planificar y equilibrar el consumo calórico el resto de la semana en función del día de los días de las fiestas: antes de una cena copiosa como la de Nochebuena, es conveniente preparar un almuerzo sencillo a base de verdura, sopa de verduras, algo de proteína magra (pollo o pescado), fruta y reducir la cantidad de pan.

Controlar el picoteo entre horas. Tan importante como no saltarse las comidas es evitar picar entre horas. ¡Ojo con los restos de comida y dulces de las fiestas!, realmente es lo que arruina la dieta. Lo ideal sería no tener tentaciones en la despensa, tarea imposible en Navidad. Conviene intentar diferenciar entre hambre real y emocional. En la mayoría de los casos será apetito emocional, que aparece de repente con antojos específicos y que invita a comer incluso teniendo el estómago lleno. En ese caso se puede tomar infusión caliente con canela y jengibre. Es necesario pensar que realmente nadie va a sentirse mejor después de un picoteo, sino peor, nos sentiremos culpables e insatisfechos.

Disfrutar de las fiestas sin miedo a la báscula. No debemos preocuparnos tanto, pues lo que realmente influye es nuestro estilo de vida el resto de todo el año. Si nos hemos portado bien de enero a noviembre, no será el mes de diciembre el que arruine nuestros resultados. El peso solo es un número. Después de las fiesta es normal algún kilo de más, pero lo más probable es que sea agua. Tras las fiestas, no debemos olvidar retomar la rutina de alimentación saludable y ejercicio físico, para regresar pronto al peso habitual.

Conclusión: para no engordar en Navidad lo mejor es disfrutar de cada momento con equilibrio y no olvidar que queda todo un año para compensar.

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