"Instrucciones para las gestantes con vómito intenso", por la doctora Pérez Novo

Comidas sin olores fuertes, relajarse y beber agua pueden ser unas medidas sencillas para intentar controlar la hiperemesis gravídica

"Instrucciones para las gestantes con vómito intenso", por la doctora Pérez Novo

"Instrucciones para las gestantes con vómito intenso", por la doctora Pérez Novo / LNE

Carmen Pérez Novo

Carmen Pérez Novo

La emesis gravídica se caracteriza por la aparición, más o menos temprana, de vómitos de intensidad variable y que a su vez pueden acompañarse de mareos y afectación del estado general. Todos estos síntomas, nauseas y vómitos, aunque pasajeros, son muy molestos y frecuentes. De hecho, durante el periodo gestacional, son una situación fisiológica que se da en muchas mujeres, casi en el 50% de ellas. Suelen ser esporádicos, preferentemente matutinos, con capacidad de alterar la calidad de vida de la gestante, pero sin repercusión en su estado metabólico. Y, aunque se desconoce la causa que los producen, en líneas generales, se cree que pueden ser motivados por los cambios hormonales acaecido en este periodo; fundamentalmente se atribuye a un aumento rápido de la gonadotrofina corionica, hormona liberada por la placenta. También se habla de factores emocionales, tales como la ansiedad materna y un rechazo hacia el embarazo, aunque sea de forma inconsciente, cuando no ha sido debidamente planeado o deseado.

Qué duda cabe de que estos contratiempos, nauseas y vómitos durante el embarazo, en principio, no suponen ningún riesgo para la gestante, ni tienen consecuencias negativas para la madre ni para el feto. Si los vómitos son repetitivos, continuos e intensos y que llegan a imposibilitar la correcta alimentación de la mujer, hablamos de la hiperemesis gravídica, alteración que, debido a la cantidad de líquido perdido con ellos, puede llevar a un cuadro de deshidratación y a un déficit nutricional y alteración metabólica, requiriendo, en estos casos, un tratamiento hospitalario.

Ahora bien, en líneas generales, lo más sencillo es comenzar con unas medidas dietéticas generales, evitando las comidas con olores intensos, los picantes, las grasas, los guisos, las frituras, la ingestión de líquidos durante las comidas, la leche entera y no saltando ninguna comida, siendo preferible cinco moderadas que tres copiosas. Y en lo que respecta a los líquidos, la ingesta de agua es lo más adecuado, pues las sopas clientes y las infusiones aumentan la sensación de náuseas. Y sin olvidar algo muy, pero que muy importante y que consiste en dormir y relajarse todo lo que sea posible, porque es de sobra conocido que tanto la fatiga física como la emocional incrementan los mareos y los vómitos matutinos. De todas formas, conviene tener muy presente que si la mujer no observa mejoría, transcurridos unos cuantos días con estas medidas higiénico dietéticas, deberá ponerlo en conocimiento de su especialista, para que le instaure el tratamiento médico adecuado.

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