Cuando los sueños se convierten en tu peor pesadilla: "Hay personas que incluso dejan de dormir por miedo...."

"Hay personas que incluso dejan de dormir porque le cogen miedo a la sensación de caer al vacío", advierten los expertos

Cuando los sueños se convierten en tu peor pesadilla: "Hay personas que incluso dejan de dormir por miedo...."

Cuando los sueños se convierten en tu peor pesadilla: "Hay personas que incluso dejan de dormir por miedo...." / LNE

Gijón

–¡Menudo susto me llevé anoche! Estaba en el coche, viajando con mi pareja entre unas montañas preciosas, cuando de repente salimos despedidos por un precipicio. Me levanté sobresaltado y nerviosísimo.

–A mí eso me ha pasado muchas veces, pero últimamente no suelo recordar mis sueños. Eso sí, nunca se me olvida uno en el que no podía llegar a tiempo a hacer el examen de las oposiciones.

Estos son solo dos ejemplos de experiencias oníricas que se pusieron sobre la mesa hace unos días en una reunión familiar. No era la primera vez, ni por asomo, que los sueños se colaban en sus conversaciones. Asimismo, en el encuentro, como de costumbre, se terminó hablando de por qué recordamos o no lo que soñamos por la noche. Esa continúa siendo una incógnita sobre la que muchos profesionales ponen el foco para acercarse a dar una respuesta. Un claro ejemplo de ello es el estudio realizado por investigadores de la Escuela de Estudios Avanzados IMT de Lucca (Italia), que ha sido publicado en "Communications Psychology". En este trabajo, abordaron los factores que influyen en la capacidad de recordar los sueños al despertar y finalmente encontraron el impacto de ciertos rasgos individuales y patrones de sueño.

El estudio fue llevado a cabo en colaboración con la Universidad de Camerino, entre 2014 y 2020. Con una muestra de 200 participantes de entre 18 y 70 años, los investigadores registraron sus sueños durante 15 días al tiempo que completaron un seguimiento de sus datos cognitivos y de sueño a través de dispositivos portátiles –una grabadora en la que explicaban los sueños que habían tenido– y pruebas psicométricas con un reloj de pulsera. También fueron sometidos a pruebas psicológicas, con la finalidad de determinar aspectos como la ansiedad, el interés por los sueños o la propensión a la divagación mental.

Entre los hallazgos, el estudio puso de relieve que los jóvenes tenían mayores tasas de recuerdo de los sueños. Asimismo, señalaron que las personas con una actitud positiva hacia los sueños y con mayor propensión a la divagación mental contaban con "muchas más probabilidades" de recordar sus sueños. En cuanto a los patrones de sueño, revelaron que las probabilidades aumentaban en aquéllos con periodos más largos de sueño ligero. Por último, el equipo de la Escuela IMT apuntó que los participantes tenían menos recuerdos de los sueños en invierno que en primavera.

El autor principal del estudio y profesor de Psicología General en la IMT, Giulio Bernardi, expresa que esos hallazgos "sugieren que el recuerdo de los sueños no es una mera cuestión de azar, sino un reflejo de cómo interactúan las actitudes personales, los rasgos cognitivos y la dinámica del sueño". "Estos conocimientos no sólo profundizan nuestra comprensión de los mecanismos que subyacen al sueño, sino que también tienen implicaciones para explorar el papel de los sueños en la salud mental y en el estudio de la conciencia humana", asevera Bernardi, quien espera que estos datos ayuden a progresar en el estudio de las alteraciones patológicas del sueño.

Este proyecto se suma a los numerosos estudios realizados en este campo, acerca del que el médico neurólogo Sigmund Freud señalaba que los sueños funcionan como una especie de válvula de escape para los impulsos y deseos que no se pueden expresar abiertamente en el día a día.

Sueños lúcidos, recurrentes, simbólicos, premonitorios o de pesadillas son los tipos de experiencias oníricas que más se repiten. Con estas situaciones se encuentran frecuentemente los profesionales sanitarios. Los psicólogos Esther Blanco y Andrés Calvo, directores de la Clínica Persum (Oviedo), inciden en que "aunque las teorías clásicas de Freud han sido cuestionadas, algunas de sus ideas han encontrado respaldo en la neurociencia moderna, especialmente en la relación entre los sueños y la memoria, la regulación emocional y la plasticidad cerebral". Estudios recientes "han identificado factores como la calidad del sueño, la edad, la personalidad y la actividad neuronal como elementos clave en la capacidad de recordar los sueños, aunque aún hay mucho por descubrir en esta fascinante área de la ciencia", señalan.

En esa misma línea se pronuncia Lucía Balbona, psicóloga con más de dos décadas de experiencia y que desde hace tres años trabaja en el Hospital Ribera Covadonga, en Gijón. Basándose en sus experiencias profesionales, Balbona confirma que "las personas que más recuerdan sus sueños son las que tienen más sueño ligero, que son sobre todo gente muy activa". "Lo mismo pasa con los niños, que recuerdan en bastantes ocasiones porque son muy activos", agrega.

Soñar es algo totalmente subjetivo que está vinculado al ser humano y que no es, en absoluto, negativo. No obstante, no todo es color de rosa. Existen casos en los que los sueños de caídas o de persecuciones –ambos relacionados en muchas circunstancias con la ansiedad y la depresión– terminan generando problemas en las personas, como un malestar significativo en el día a día e incluso llegando a tener miedo a dormir. "Son muchos los pacientes que llegan diciendo que tienen insomnio y ya después cuentan que por las noches sueñan con accidentes, que duermen mal y tienen pesadillas", indica Balbona, quien puntualiza que "esto suele estar relacionado con una excesiva actividad mental por temas laborales o personales".

Cuando eso ocurre, Lucía Balbona reivindica la importancia y la utilidad de hablar con profesionales de la salud mental. "Es bueno contarlo para ver de dónde viene ese problema, puesto que hay algunos que incluso dejan de dormir porque le cogen miedo a la sensación de caer al vacío. Simplemente hablándolo, las personas nos calmamos y dormimos mejor. Es algo que funciona", abunda esta psicóloga, al tiempo que recalca que, en casos preocupantes, puede ser recomendable la medicación bajo supervisión médica.

Parece obvio que cada persona es un mundo en el ámbito de los sueños y que la actividad onírica continúa siendo una incógnita para los psicólogos, pero estos estudios van dilucidando algunas de las claves. "¿Son los sueños mensajes ocultos de nuestro inconsciente? Freud abrió la puerta a esta incógnita, y más de un siglo después, seguimos soñando con las respuestas", sostiene Esther Blanco.

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