En Mieres los pacientes corrigen sus arritmias sin UCI ni ingreso: una técnica pionera para resintonizar el corazón en Urgencias

El Hospital Álvarez-Buylla de Mieres realiza cardioversiones eléctricas de arritmias sin necesidad de UCI ni de ingreso: "El paciente está mejor atendido y optimizamos recursos"

Parte de los integrantes del área de Urgencias del Hospital Álvarez-Buylla. De izquierda a derecha, Víctor Rueda (enfermero), Montse Suárez y Sonia Bernardo (médicas), Juan Luis Álvarez del Moral (enfermero), Elena Noche (TCAE), Inés Rodríguez (supervisora), Argeme Romera (TCAE), Ana López (celadora), Elena Suárez (TCAE) y Luisa Ojeda (limpiadora). Agachados, Susana Suárez (médica), Aida Carballo (enfermera), Ángeles Gutiérrez (celadora), Marta Hernández (enfermera) y Nori González (auxiliar administrativa).

Parte de los integrantes del área de Urgencias del Hospital Álvarez-Buylla. De izquierda a derecha, Víctor Rueda (enfermero), Montse Suárez y Sonia Bernardo (médicas), Juan Luis Álvarez del Moral (enfermero), Elena Noche (TCAE), Inés Rodríguez (supervisora), Argeme Romera (TCAE), Ana López (celadora), Elena Suárez (TCAE) y Luisa Ojeda (limpiadora). Agachados, Susana Suárez (médica), Aida Carballo (enfermera), Ángeles Gutiérrez (celadora), Marta Hernández (enfermera) y Nori González (auxiliar administrativa). / Miki López

Andrés Velasco

Andrés Velasco

Mieres

El Hospital Vital Álvarez-Buylla, de Mieres, con poco más de una década de andadura en su sede actual, ha puesto en marcha varios programas pioneros. Ha sido el primer centro de referencia en utilizar inteligencia artificial para analizar radiografías de tórax y huesos. Y, ahora, el área de Urgencias, en colaboración con el departamento de Cardiología, ha diseñado un circuito para la realización de cardioversiones eléctricas programadas. Se trata de una técnica diseñada para corregir un ritmo cardiaco anormal en el paciente.

Generalmente, esta técnica se realiza en unidades de cuidados intensivos (UCI) o en hospitales de día, y con anestesia, pero la fórmula ideada en el Álvarez-Buylla permite al paciente entrar en Urgencias y salir en el día a su casa con el ritmo del corazón normal. Y tanto los resultados clínicos como la valoración de los pacientes dan fe de que el plan funciona: el 91 por ciento de los pacientes atendidos salieron con su problema resuelto y el 97 por ciento de los que se sometieron al procedimiento están satisfechos y repetirían en caso de necesitarlo.

Los doctores Ignacio González, jefe del área de gestión clínica de Urgencias del Álvarez-Buylla, y José Antonio Tamargo, responsable de Cardiología del centro, explican que es la cardioversión eléctrica programada (CVEP). "Se trata de un procedimiento que se usa en pacientes que presentan arritmias, o lo que es lo mismo, una alteración en el rimo cardiaco normal", señalan. El proceso consiste en realizar descargas eléctricas en el corazón por medio de electrodos que se colocan en el tórax en función de la dolencia del paciente. Se realiza bajo sedación, para aliviar cualquier molestia al paciente, y en el momento se puede comprobar si el procedimiento ha logrado restaurar el ritmo normal –o sinusal– del órgano.

Si bien en otros hospitales son los cardiólogos los que realizan esta técnica, en Mieres se ha explorado otra vía que ha resultado exitosa. "Pensamos que, haciendo este circuito, el paciente va a estar mejor atendido, va a tener una resolución de su problema y además también optimizamos los recursos, de forma que el cardiólogo pueda estar pasando consulta o en otros procedimientos", explica Ignacio González.

Arriba, los sanitarios del Álvarez-Buylla durante una cardioversión. Sobre estas líneas,  los doctores Ignacio González (a la izquierda) y José Antonio Tamargo. | andrés velasco

Los doctores Ignacio González (a la izquierda) y José Antonio Tamargo. / Andrés Velasco

Así las cosas, todo se inicia en la consulta de Cardiología. "Nosotros valoramos al paciente y somos los que le ponemos encima de la mesa esta posibilidad", apunta Tamargo. Con el propio enfermo en consulta, si acepta, Cardiología contacta con Urgencias, y el paciente ya sale con la cita en la mano. "Se le da una medicación y, generalmente, en tres o cuatro semanas se programa la cardioversión", señala el cardiólogo, quien agrega que el usuario "sabe que no va a tener esperas, que en Urgencias cuando llegue ya van a saber a qué viene y que va a pasar por un circuito distinto al de los pacientes que acuden al servicio propiamente dicho".

Ahí entra el trabajo de Ignacio González y su equipo. "Nosotros señalamos a un día concreto para realizar el procedimiento, y asignamos a ese paciente un médico, que cuenta con la ayuda de una enfermera, una auxiliar de enfermería (TCAE) y un celador, que serán los que se encarguen de esa cardioversión y que no reciben pacientes en esos momentos", apunta el director de Urgencias. Cuando el paciente llega, se le hace un triaje especial y una valoración del electrocardiograma. Si todo es normal, y el ritmo del corazón sigue siendo arrítmico –hay pacientes a los que se les corrige de forma espontánea–, se le pasa al box de paradas.

Los sanitarios del Álvarez-Buylla durante una cardioversión.

Los sanitarios del Álvarez-Buylla durante una cardioversión. / Andrés Velasco

"Lo que hacemos es sedar al paciente con fármacos, y cuando está totalmente dormido, se le práctica la cardioversión", señala González. Se le dan a cada paciente entre una y tres descargas de entre 200 y 360 julios, en función de si se le corrige a la primera aplicación o si son necesarias más. "Luego, el paciente pasa al box de observación, donde está unas horas, y habitualmente ya se marcha para casa con el problema resuelto", apunta González.

El procedimiento de la CVEP ha tenido unos excelentes resultados, como reflejan los datos que manejan en el servicio de Urgencias del Álvarez-Buylla. Entre 2022 y 2024, se ha citado a 161 pacientes para realizar el procedimiento, de los que 18 revirtieron espontáneamente de sus problemas, y a 143 se les practicó la técnica. De ellos, 125 contestaron una encuesta de satisfacción que deja a las claras la buena percepción del servicio y del trato: el 97 por ciento afirma que repetiría el tratamiento. Más de la mitad de los pacientes señaló no haber sentido miedo y otro 33 por ciento manifestó haber sentido poco miedo. De hecho, la información recibida contribuyó a disminuir esa sensación de temor en un 89 por ciento de los casos. Un 82 por ciento no notó ninguna molestia con la resintonización.

El perfil de los pacientes también se ha registrado en forma de estadísticas. El 80 por ciento de las personas atendidas son hombres por un 20 por ciento de mujeres. El tipo de arritmia más común fue la fibrilación auricular (ocho de cada diez). La media de edad fue de 66 años, con los extremos en 45 y 85 años. El 68 por ciento de las arritmias se revirtieron con una descarga, el 22 por ciento con dos descargas y sólo el 10 por ciento de los pacientes tuvieron que recibir tres.

Además de la comodidad para el paciente, este circuito utilizado en el Hospital Álvarez-Buylla también ha conllevado un ahorro de costes, al estar la intervención programada y optimizar los recursos del hospital. El cálculo que se ha efectuado es que realizando las CVEP en Urgencias respecto a realizarlas en una UCI o sala de reanimación, el área sanitaria VII se está ahorrando algo más de 50.000 euros al año. En estos tres últimos años, se ha ahorrado más de 150.000 euros, un dinero que puede reinvertirse en otras áreas del hospital, mejorando así la calidad asistencial.

"Hemos llevado nuestra forma de proceder al último congreso dela Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), que nos ha felicitado, lo que nos sirve, al igual que la satisfacción de los pacientes, para saber que las cosas se están haciendo bien", señalaron el jefe de Urgencias y el responsable de Cardiología del hospital mierense.

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