Alimentos más dañinos que los cigarrillos: aumentan el riesgo de sufrir depresión y ansiedad
Tabaco no, pero ¿por qué estos alimentos sí?

Candela Rodríguez / Pedro Francés
Jesús Amelibia Baizán
No es secreto para nadie que fumar resulta completamente perjudicial para la salud, no aporta beneficios al organismo y ni siquiera tiene un sabor particularmente agradable. Pero si se sabe que el consumo de tabaco es nocivo ¿por qué se siguen consumiendo alimentos igual o incluso más dañinos?
Los productos ultraprocesados son reconocidos porque se les agrega ingredientes industriales con alto contenido de grasas, azúcares y/o sal, así como aditivos alimentarios como conservantes, aromatizantes, colorantes... El consumo de estos tiene efectos perjudiciales para la salud, y no solo la física, sino también la emocional.
Son más conocidos los fenómenos dañinos que desarrollan en el organismo a nivel físico: subida de peso, desarrollo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, obesidad... Según las autoridades sanitarias, una dieta en que el 20% de las calorías proviene de estos alimentos, ya es perjudicial y se considera suficiente para incrementar los riesgos de salud de forma alarmante. Pero el deterioro en la salud mental no es de menor importancia.

Ultraprocesados / Freepik
La capacidad adictiva de este tipo de alimentos es, según estudios, similar a la del tabaco, en tanto, el consumo o la falta del mismo, tiene efectos en la conducta de la persona. Quienes consumen habitualmente productos de esta categoría suele experimentar un deterioro notable en su salud mental, pues afectan, directamente, al bienestar emocional del usuario haciendo que desarrolle trastornos anímicos y sufra un deterioro acelerado de las funciones cognitivas. Ligado a esto, el aumento de peso puede desarrollar también en estados anímicos negativos dependiendo de cómo cada uno afronte ese cambio en su aspecto físico.
Informes señalan que, ligado al consumo de productos ultraprocesados, aumenta el riesgo de sufrir depresión y ansiedad en un 40-50%. Esto se debe a que, sobre todo los azúcares, provocan una liberación de dopamina en el cerebro (conocida comúnmente como la hormona de la felicidad). Si se somete al organismo a una segregación constante de dopamina mediante ingesta de ciertos alimentos, los niveles a los que se acostumbra de forma corriente aumentan y, por tanto, al igual que en otras adicciones, el consumo deberá mantenerse para no crear la sensación de dependencia.
Entonces, se trata de una serie de alimentos muy nocivos para el organismo, para la salud mental y con una alta capacidad adictiva; estos tres factores unidos al hecho de que los mayores consumidores son jóvenes hace que sea un problema urgente de abordar. Nutricionistas y especialistas de la salud recomiendan reducir mucho su consumo (o incluso eliminarlo si fuera posible) y sustituirlo por alimentos frescos y naturales.
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