Esto es lo que le pasa a tu cuerpo si tomas demasiadas proteínas

¿Cuánta proteína es demasiada? Los expertos responden a la pregunta

Esto es lo que le pasa a tu cuerpo si tomas demasiadas proteínas

Jota Caral / Roberto González

En la búsqueda por una mejor alimentación, la ingesta de proteínas ha cobrado un protagonismo significativo en la dieta de muchas personas. Sin embargo, ¿qué sucede realmente en nuestro cuerpo cuando consumimos demasiadas proteínas? No solo hablamos de dietas altas en proteínas o suplementación deportiva, en los últimos tiempos se han puesto de moda una cantidad enorme de dietas enfocadas solo a la ingesta de proteínas como si el resto de nutrientes fuesen malos o no importasen.

Es crucial entender que en la alimentación siempre hay que apostar por la variedad. Incluso una vez centrados en las proteinas, es importante diversificar las fuentes de las que obtenerlas, incorporando opciones vegetales como legumbres, nueces y semillas, que también aportan fibra y otros nutrientes beneficiosos.

La función de las proteínas en la nutrición

Las proteínas son macronutrientes esenciales que participan en una variedad de funciones vitales, desde la construcción de tejidos y músculos hasta el funcionamiento de enzimas y hormonas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ingesta diaria recomendada de proteínas varía en función de factores como la edad, el sexo y el nivel de actividad física.

Sin embargo, la popularización de dietas altas en proteínas ha llevado a muchos a consumir más de lo necesario, con la creencia de que un mayor consumo se traduce en mejores resultados de salud o rendimiento deportivo. Aquí es donde surgen las preocupaciones.

Impactos negativos en la salud

Consumir proteínas en exceso puede tener varias repercusiones en el organismo. Uno de los efectos más discutidos es la carga adicional sobre los riñones. Los riñones son responsables de filtrar los desechos del cuerpo, y un exceso de proteínas puede aumentar el trabajo renal. Un estudio publicado en el sitio web de la National Kidney Foundation sugiere que una ingesta excesiva de proteínas podría acelerar el deterioro renal en personas con problemas preexistentes.

Además, un consumo elevado de proteínas animales, que a menudo son ricas en grasas saturadas, puede incrementar el riesgo de enfermedades cardiovasculares. La American Heart Association advierte que reemplazar las grasas saturadas con proteínas vegetales podría ser beneficioso para el corazón.

El desequilibrio nutricional

Enfocarse únicamente en las proteínas también puede llevar a un desequilibrio en la dieta. La alimentación saludable implica un equilibrio de macronutrientes, incluyendo carbohidratos y grasas saludables. Al priorizar las proteínas, se podría reducir el consumo de otros nutrientes esenciales, afectando la nutrición completa del cuerpo.

Por ejemplo, una dieta alta en proteínas y baja en carbohidratos puede provocar una disminución de la energía disponible para actividades diarias y ejercicio físico. Los carbohidratos son la principal fuente de energía del cuerpo, y su ausencia puede llevar a la fatiga y al bajo rendimiento.

¿Cuánto es demasiado?

Determinar la cantidad adecuada de proteínas puede ser un desafío, especialmente con la gran cantidad de información contradictoria disponible. Sin embargo, los expertos en nutrición coinciden en que es vital adaptar la ingesta de proteínas a las necesidades individuales.

Según el Instituto de Medicina, la cantidad diaria recomendada de proteínas para un adulto promedio es de aproximadamente 46 gramos para las mujeres y 56 gramos para los hombres. Sin embargo, estas cifras pueden variar en función del nivel de actividad física, el estado de salud y otros factores personales.

Para aquellos con un estilo de vida activo, como los atletas, la ingesta puede ser mayor, pero siempre bajo supervisión profesional para evitar los riesgos mencionados.

El papel de la educación en la alimentación

La educación en nutrición juega un papel crucial en la promoción de una dieta equilibrada y saludable. Es fundamental que las personas comprendan no solo el papel de las proteínas, sino también la importancia del equilibrio y la variedad en la dieta.

Por último, pero no menos importante, es crucial escuchar a nuestro cuerpo y consultar a profesionales de la salud y la nutrición para personalizar nuestra alimentación de acuerdo con nuestras necesidades y objetivos específicos. Una dieta bien equilibrada no solo mejora nuestro bienestar físico, sino que también contribuye a una vida más plena y saludable.

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