Esto es lo que tienes que mirar en la etiqueta de los platos preparados que compres para comer en la oficina

Los nutricionistas aconsejan priorizar opciones con bajo contenido en sodio y grasas saturadas y combinarlas con alimentos frescos como frutas y verduras

Una joven se come una ensalda en el descanso para comer

Una joven se come una ensalda en el descanso para comer / Freepik

¿Tiras de alimentos precocinados para comer en la oficina? La demanda de estos alimentos sigue creciendo gracias a su variedad y accesibilidad, que los han convertido en una solución práctica para quienes enfrentan las exigencias de una vida laboral acelerada. 

Entre los posibles riesgos, muchos platos preparados suelen tener un elevado contenido en sodio y grasas saturadas, carecen de la fibra y los micronutrientes esenciales, y se presentan en porciones inadecuadas, explica la nutricionista y profesora colaboradora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) Patricia Martínez.

Los platos preparados destacan por su capacidad para ahorrar tiempo en la cocina, un aspecto especialmente valorado por las personas con agendas laborales apretadas. "La variedad de opciones disponibles, desde platos frescos hasta alternativas saludables, ha aumentado su atractivo, y se adaptan a distintas dietas y preferencias", explica Patricia Martínez. Además, su formato en porciones facilita la preparación y contribuye a reducir el desperdicio alimentario.

"La calidad varía dependiendo del tipo de plato, los ingredientes y los métodos de preparación. Es esencial leer las etiquetas y elegir opciones con bajo contenido en sodio, grasas saturadas y azúcares"

Sin embargo, Martínez recalca que no todos los platos preparados son iguales en términos nutricionales. "La calidad varía dependiendo del tipo de plato, los ingredientes y los métodos de preparación. Es esencial leer las etiquetas y elegir opciones con bajo contenido en sodio, grasas saturadas y azúcares", subraya. Este enfoque permite aprovechar los beneficios de estos productos sin comprometer la salud.

A pesar de su versatilidad, los platos preparados presentan desafíos importantes. "El sodio, utilizado para potenciar el sabor y mejorar la conservación a corto plazo, sigue siendo uno de los mayores inconvenientes de estos productos", señala Martínez. Si no se controla, el exceso de sal puede contribuir a problemas como la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares.

Además, Martínez aconseja que los platos preparados se escojan según dolencias específicas: "Lo realmente importante en este caso es optar por opciones bajas en sodio, en grasas saturadas y en azúcares, especialmente para las personas con hipertensión o diabetes". En estos casos, la experta destaca la importancia de complementar estos alimentos con vegetales frescos y consultar a un nutricionista.

Las grasas saturadas y las calorías que aportan las salsas y las frituras son otro obstáculo para que estos productos sean saludables. "Muchos platos preparados, aunque sean frescos, tienden a compensar con grasas y aditivos lo que pierden en sabor al eliminar ciertos ingredientes", advierte la nutricionista. De ahí la importancia de revisar las etiquetas para tomar decisiones informadas.

Además de las etiquetas nutricionales, existen también las etiquetas verdes, que destacan la sostenibilidad o las características ecológicas de un producto, como, por ejemplo, la baja huella de carbono, la producción sostenible, el uso responsable de recursos (agua, energía) y el empleo de materiales reciclables o biodegradables. En algunos sistemas de etiquetado, el color verde se usa como una señal visual para indicar opciones más saludables o con menor impacto ambiental.

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