Esto es lo que le pasa a tu cuerpo si comes todos los días productos envasados

Ten en cuenta estos nueve consejos a la hora de hacer la compra

Esto es lo que le pasa a tu cuerpo si comes todos los días productos envasados

Jota Caral / Valeria Montero

Vivimos a la carrera. Apenas tenemos tiempo para nada. Comemos rápido y mal delante de un ordenador. Estos hábitos alimenticios tienen consecuencias para la salud. El abuso de comida ultraprocesada, aquella que sale de una caja o envase, tiene efectos muy negativos para el organismo a largo plazo. Como todo, se puede comer de vez en cuando algún alimento ultraprocesado, pero en la dieta deben primar los alimentos frescos: fruta, verdura, carne, pescado, legumbres... Muchas son las bondades que se le atribuyen en la preciada dieta Mediterránea, pero de seguirla estaríamos ante un buen ejemplo de alimentación saludable. En España, tenemos muchos productos frescos que invitan a comer bien. Sin embargo, la sociedad en la que vivimos, que va corriendo de un lado para otro, se olvida de lo importante que es dedicarle tiempo a la comida. Los alimentos son la gasolina del cuerpo y por eso conviene mirar bien de qué calidad son.

Comer productos procesados de manera diaria puede tener varios efectos negativos en el cuerpo a largo plazo. Estos son algunos de ellos:

  1. Aumento de peso: Muchos productos procesados son ricos en calorías vacías, azúcares añadidos, grasas trans y sodio, lo que puede contribuir al aumento de peso y la obesidad si se consumen en exceso. Estos alimentos a menudo tienen un alto índice glicémico, lo que provoca fluctuaciones en los niveles de azúcar en sangre y puede aumentar el hambre y el apetito.
  2. Problemas cardíacos: Los alimentos ultraprocesados suelen contener grasas saturadas y trans, las cuales pueden elevar los niveles de colesterol malo (LDL) y reducir el colesterol bueno (HDL). Esto aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, como hipertensión, arteriosclerosis y ataques cardíacos.
  3. Desregulación del azúcar en sangre: Los productos procesados suelen ser altos en azúcares añadidos, lo que puede generar picos de glucosa en sangre y luego caídas abruptas. Con el tiempo, esto puede afectar la sensibilidad a la insulina y aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
  4. Problemas digestivos: Muchos alimentos procesados carecen de fibra, lo que es esencial para un sistema digestivo saludable. Esto puede llevar a problemas como estreñimiento, malestar digestivo o incluso un desequilibrio en la microbiota intestinal, que afecta la absorción de nutrientes y puede contribuir a problemas como el síndrome del intestino irritable.
  5. Deficiencia de nutrientes: Aunque los productos procesados pueden ser ricos en calorías, a menudo carecen de nutrientes esenciales, como vitaminas, minerales y antioxidantes. Esto puede causar deficiencias nutricionales, ya que no aportan los componentes necesarios para el buen funcionamiento del cuerpo.
  6. Problemas de salud mental: Algunos estudios sugieren que una dieta rica en alimentos ultraprocesados puede estar asociada con un mayor riesgo de desarrollar trastornos del ánimo, como depresión y ansiedad. Esto se debe a factores como la inflamación crónica, los desequilibrios hormonales y la falta de nutrientes esenciales que favorecen la función cerebral.
  7. Mayor inflamación: Los productos procesados a menudo contienen aditivos, colorantes, conservantes y grasas artificiales que pueden desencadenar procesos inflamatorios en el cuerpo. La inflamación crónica se ha relacionado con una variedad de enfermedades, incluyendo enfermedades autoinmunes, diabetes, enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.
  8. Problemas renales: El alto contenido de sodio en los productos procesados puede provocar una sobrecarga en los riñones, lo que aumenta el riesgo de hipertensión y daño renal a largo plazo. Esto es especialmente peligroso para quienes ya tienen problemas renales o enfermedades relacionadas con la presión arterial.
  9. Adicción a los alimentos: Los productos procesados, especialmente aquellos ricos en azúcares y grasas, pueden generar una sensación de "placer" inmediato en el cerebro debido a la liberación de dopamina. Con el tiempo, esto puede llevar a una especie de "adicción" a estos alimentos, lo que dificulta el control del consumo y fomenta hábitos poco saludables.

La clave está en moderar el consumo de alimentos procesados, dándole preferencia a alimentos frescos, naturales y equilibrados para mantener un cuerpo y una mente saludables.

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