Entrevista | Beatriz Domínguez-Gil González Directora general de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT)

"El xenotrasplante va a ser una realidad en los próximos años"

"Con los nuevos tratamientos de la hepatitis C, la lista de espera de trasplante de hígado se ha reducido a la mitad en dos años"

Quinto aniversario del Suplemento "Salud" de LA NUEVA ESPAÑA: acto en el Club Prensa

Quinto aniversario del Suplemento "Salud" de LA NUEVA ESPAÑA: acto en el Club Prensa / Miki López

Beatriz Domínguez-Gil González, médica especialista en nefrología, es directora general de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) desde mayo de 2017. Aunque nació en Santiago de Compostela (1971), está muy vinculada a Asturias, de donde procede su familia paterna.

-¿Sigue teniendo España el liderazgo mundial en donación y trasplante?

-Seguimos en una situación de liderazgo a nivel internacional. Es cierto que, el año pasado, Estados Unidos registró un poquito más de donantes que España. Ellos tienen una situación que, afortunadamente, no se da en España: el drama sociosanitario originado por la adicción a drogas, que se ha transformado en la principal causa de muerte en personas menores de 70 años. Estas personas fallecidas por sobredosis tienen una situación clínica muy adecuada, en principio, para donar órganos.

-Con la perspectiva que da el tiempo, ¿cómo ha influido la pandemia de covid-19 en la donación y trasplante de órganos?

-Como en otras áreas de la sanidad, el impacto fue profundo sobre la donación y el trasplante. En 2020, se redujo la actividad en aproximadamente un 20 por ciento. Pero, aun así, cerramos ese año con unos niveles de donación y trasplante muy superiores a los de cualquier país de nuestro entorno en era prepandémica. En 2021 crece la actividad con relación a 2020. Y en 2022 también se está recuperando la actividad, sin llegar a nuestro récord de 2019, pero aproximándonos mucho a la situación prepandémica.

-El covid generó mucha incertidumbre...

-Hemos sabido adaptarnos a una situación epidemiológica muy complicada y hemos hecho un trabajo muy intenso para aprovechar los órganos de personas infectadas por covid-19, salvo el pulmón y el intestino, que se consideran los órganos diana del SARS-CoV-2.

-En Asturias, el impacto de la pandemia sobre la actividad fue menor…

-Sí, sobre todo en la primera ola. En Asturias, el programa tuvo una capacidad de adaptación muy adecuada.

-¿Qué líneas novedosas se prevén para los próximos años?

-En nuestro ámbito, las novedades son continuas. Por ejemplo, con los nuevos tratamientos con antivirales de acción de directa de la hepatitis C, la lista de espera de trasplante hepático se ha reducido a la mitad en dos años. Incluso algunos pacientes que estaban en lista de espera, al recibir el tratamiento, han dejado de necesitar un trasplante.

-¿Cómo se puede crecer en donaciones?

-Un concepto muy importante es que la donación se transforme en una realidad en todo el hospital. La donación, normalmente, va a tener lugar en la UCI, pero todos los días hay personas que fallecen en diversas zonas del hospital y que presentan unas condiciones compatibles con la donación. Estamos trabajando con las sociedades científicas y los profesionales en el concepto de "cuidados intensivos orientados a la donación", por cierto muy consolidado en Asturias. Este tipo de donantes ya contribuyen casi al 20 por ciento de toda la donación en nuestro país.

Han donado sus órganos más de 40 personas que fallecieron mediante eutanasia

-Se trata de ampliar el perímetro...

-En efecto. La donación debe ofrecerse como un derecho del paciente que va a fallecer en condiciones de ser donante. Incluso queremos llevar la donación fuera de los hospitales. Estamos trabajando con unidades extrahospitalarias que atienden a pacientes crónicos y que prestan cuidados paliativos. Y un dato importante es que han donado sus órganos más de 40 personas que fallecieron mediante eutanasia.

-La población envejece...

-Esa es otra línea de trabajo: adaptarnos al perfil de donantes que tenemos. Tenemos la tasa más alta del mundo de donantes mayores por millón de habitantes. Y hemos de seguir en la línea de optimizar órganos de donantes de edad avanzada, pero garantizando buenos resultados. Por ejemplo, ya tenemos 17 hígados centenarios: que han cumplido 100 años en sus receptores. También hemos consolidado la utilización de todo tipo de órganos de donantes positivos por hepatitis C incluso en receptores negativos a ese virus.

-La donación en asistolia se expande.

-Sin duda. Asturias tardó un poquito más en ponerse en marcha, pero se ha asomado a este campo. Es la donación de personas que fallecen tras una retirada de medidas de soporte vital porque ya no se consideran beneficiosas. Nuestro objetivo es que el número de órganos trasplantados y el resultado postrasplante iguale a la donación en muerte encefálica.

-¿Los trasplantes de corazón van a menos?

-Existen alternativas para los enfermos de insuficiencia cardiaca, pero en principio, a día de hoy, los resultados del trasplante cardiaco son muy superiores a los logrados con otros dispositivos. No obstante, es cierto que se están registrando grandes avances en los mecanismos de soporte ventricular o en la generación de corazones artificiales. Pero el trasplante seguirá siendo la mejor alternativa durante muchos años. Sucede igual en el riñón: tenemos diálisis, pero es una alternativa peor que el trasplante.

-¿Cuál es el horizonte real del xenotrasplante, de la utilización de órganos provenientes de animales?

-En los últimos meses hemos sido testigos de un salto cualitativo muy importante. En el primer procedimiento cardiaco que se realizó en Estados Unidos, el receptor llegó a vivir 59 días. Creo que a corto plazo vamos a asistir al desarrollo de estudios que demuestren la eficacia y la seguridad de este procedimiento. Pero va a ser complicado determinar cuáles van a ser los receptores candidatos a un xenotrasplante. Ese va a ser el problema, pero creo que en los próximos años el xenotrasplante va a ser una opción real en los países que tengan un alto desarrollo tecnológico y poco desarrollado el programa de donante fallecido.

La donación y el trasplante tienen que ser motivo de orgullo para los asturianos

-¿Será más real que la medicina regenerativa, que la fabricación de órganos a partir de células madre?

-Pienso que a la clínica llegará antes el xenotrasplante que la generación de órganos bioartificiales.

-¿Es imaginable un panorama de trasplantes que no requiera donaciones humanas?

-Yo no lo veo a corto plazo. Lo que sí veo a corto plazo es que el trasplante humano convencional va a coexistir con otras opciones, probablemente con órganos artificiales cada vez más sofisticados y capaces de sustituir al órgano enfermo, con xenotrasplante y quizá en algún momento con el trasplante de órganos bioartificiales. Pero creo que vamos a tener trasplante convencional por mucho tiempo y vamos a seguir dependiendo de la donación de personas.

-¿Cómo valora la situación de la donación y el trasplante en Asturias?

-La donación y el trasplante tienen que ser motivo de orgullo para los asturianos. Sus tasas son de las más altas del país. Tengo que destacar la labor paradigmática realizada por Dolores Escudero y, en el pasado, de Chus Otero. Además, han ayudado a numerosos profesionales de América latina a construir sus programas.

-Esta entrevista es publicada en el suplemento de salud de un periódico. ¿Cómo han incidido los medios de comunicación en el desarrollo de la donación de órganos en España?

-Han sido auténticos aliados para nosotros y han dado muestras de su altísima calidad en nuestro ámbito. Nos han ayudado a llegar a la sociedad y a transmitir lo que hacemos de forma transparente. Eso genera confianza entre la población.