Durante años, los investigadores han reflexionado y continúan haciéndolo sobre ésta y otras preguntas relativas a cómo el sueño se relaciona con el deterioro cognitivo.

Las respuestas han sido difíciles de alcanzar porque es difícil saber si la falta de sueño es un síntoma de los cambios cerebrales que subyacen a la demencia, o si realmente puede ser una causa, principal o secundaria.

Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista Nature Communications informa de nuevos hallazgos por los que podríamos concluir que las personas que no duermen lo suficiente entre los 50 y los 60 años pueden tener más probabilidades de desarrollar demencia avanzados los 70.

En concreto, un número importante de ellas fueron diagnosticadas con demencia a una edad promedio de 77 años.

Un estudio con 8.000 personas y durante 25 años

La investigación es muy abundante en datos, ya que siguió a casi 8.000 personas, en Gran Bretaña, y lo hizo durante unos 25 años, comenzando cuando tenían 50 años.

Y en sus resultados encontramos que quienes declararon dormir, de media, seis horas o menos entre semana tenían alrededor de un 30% más de probabilidades de ser diagnosticados con demencia casi tres décadas después.

Para la comparativa, los científicos consideraban como «sueño normal» dormir al menos siete horas.

El único problema de este estudio es que la mayoría de los datos del sueño fueron auto informados, es decir, los contaron los propios «estudiados», por lo que se trata de una medida subjetiva, no tan precisa como sería deseable, según los expertos.

Pero en un momento de la investigación se midió la duración del sueño de casi 4.000 participantes con acelerómetros, y los resultados fueron coincidentes con las horas de sueño que declaraban.

En cualquier caso, aunque los datos no puedan corroborarse como científicamente demostrados, sí que arrojan una asociación entre dormir poco y el riesgo de demencia.

Y por modesta que pueda ser la correlación entre ambas cosas, el hecho de que dormir pocas horas sea tan común en nuestras sociedades convierte el estudio en algo importante. Sobre todo porque sobre porque cada uno tiene el control sobre las horas que duerme, y lo puede cambiar si quiere.

¿Causa / efecto a 30 años vista?

Sería fácil pensar en que existen pocas probabilidades de que un hecho de hoy pueda ser síntoma de lo que ocurrirá dentro de más de 20 años. Pero se sabe que los cambios cerebrales previos a la demencia, como la acumulación de proteínas asociadas con el Alzheimer, comienzan de hecho entre 15 y 20 años antes de que las personas presenten problemas de memoria y pensamiento.

Una de las explicaciones en las que sustentar científicamente este estudio estadístico tendría que ver con estudios en los que se ha encontrado que los niveles de amiloide en el líquido cefalorraquídeo, una proteína que se acumula en placas en la enfermedad de Alzheimer y que aumentan si se priva a las personas del sueño.

Y al revés. Otros estudios vendrían a confirmar que el sueño es importante para eliminar las proteínas del cerebro o limitar la producción.

El Dr. Erik Musiek, neurólogo y codirector del Centro de Ritmos Biológicos y Sueño de la Universidad de Washington en St. Louis. que no participó en la nueva investigación hace referencia a una teoría según la cual, cuanto más tiempo estemos despiertos, más tiempo estarán activas nuestras neuronas y más amiloide se producirá.

Y también al contrario. Como durante el sueño un fluido del cerebro ayuda a eliminar el exceso de proteínas, un sueño inadecuado significa más acumulación de proteínas.

¿Y los que duermen demasiado?

Los expertos parecen estar de acuerdo en que investigar la conexión entre el sueño y la demencia es un desafío y que los estudios anteriores a veces han arrojado resultados confusos.

En algunos estudios, por ejemplo, las personas que duermen demasiado (por lo general, nueve horas o más) parecen tener un mayor riesgo de demencia, pero varios de esos estudios eran más pequeños o tenían participantes de mayor edad, dijeron los expertos.

En el nuevo estudio, los resultados también insinuaron un mayor riesgo para las personas que duermen mucho (definido como ocho horas o más porque no había suficientes personas que duermen nueve horas, dijo el Dr. Sabia), pero la asociación no fue estadísticamente significativa.

¿La siesta y las pastillas para dormir?

En general, las pastillas para dormir no proporcionan un sueño tan profundo como el que se necesita para que el cerebro tenga el descanso que necesita

Y en cuanto a las siestas como complemento a las horas de sueño nocturnas, los expertos consideran que lo mejor es dormir bien por la noche, y que eso hará que las siestas sean innecesarias.

Y como receta para la «higiene del sueño» los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades americanos aconsejan: tener un horario de sueño regular, evitar la cafeína y el alcohol antes de acostarse y quitar los teléfonos y las computadoras del dormitorio.

En cualquier caso el mundo del sueño sigue siendo desconcertante y todavía queda mucho que aprender.