Apenas quedan 15 días de colegio y con los niños ya de vacaciones comienza los primeros viajes de verano, algunos de ellos cogiendo avión.

Pero con todo ya preparado para volar, en lo que probablemente no hayamos caído es en el peligro que puede suponer este medio de transporte en los pacientes que sufren alteraciones respiratorias o cardiacas.

Y no solo adultos, también niños.

Como explican desde la Asociación Española de Pediatría (AEP) la presión en una cabina de avión en pleno vuelo es similar a la que se puede experimentar subiendo una montaña a 2.500 metros de altura.

La consecuencia de esa situación es que se reduce la disponibilidad de oxígeno, y eso afecta directamente a la capacidad respiratoria. 

Es algo que a priori no supone un problema para las personas, pero puede entrañar un riesgo importante para aquellas que tienen una patología crónica respiratoria -como asma grave o fibrosis quística- o cardiaca.  

Volar puede entrañar un riesgo importante para pacientes con asma grave o fibrosis quística.

Qué es el "test de vuelo"

Pare evitar problemas los pediatras explican que hay una sencilla forma para saber si un paciente está preparado o no para volar. 

Son los llamados "test de vuelo". Una prueba muy simple en la que, durante 15 o 20 minutos, se simulan las condiciones que se dan durante el vuelo, con una concentración de oxígeno más baja de la habitual, para ver cómo reacciona el paciente. 

Como nos explica el doctor Borja Osona Rodríguez, pediatra de la Unidad de Neumología Pediátrica del Hospital universitario Son Espases de Palma de Mallorca.

  • "Si tienes una enfermedad, esa reducción de oxígeno te puede causar problemas".
  • "Por eso, si al hacer el test observamos una bajada en la saturación de oxígeno, entendemos que vas a necesitar oxígeno para volar y pautamos la cantidad que necesitas para hacerlo sin riesgo".

¿Es posible volar con una bomba de oxígeno?

El problema es que, al margen de la recomendación que hacen los pediatras, no está permitido volar con una bomba de oxígeno, por lo que la solución para cada paciente dependerá de las aerolíneas.  

  • "Algunas te facilitan el oxígeno a bordo de forma gratuita"
  • "En otros casos tienes que pagar por él un precio bastante elevado"
  • "Y algunas compañías, directamente, no dan esta opción a los pasajeros”.

Y como aclara el doctor Osona, neumólogo pediátrico. 

  • "Dado que no se pueden subir al avión bombonas de oxígeno, lo que les podemos proporcionar en esos casos desde el sistema público de salud son concentradores de oxígeno, que funcionan con batería y suministran oxígeno de forma ilimitada siempre que estén conectados a la corriente. En definitiva, es bastante simple si lo solicitas y lo preparas con tiempo". 

Actualmente no está permitido volar con una bomba de oxígeno.

Una prueba desconocida por la gran mayoría de los pacientes

A pesar del gran número de pacientes pediátricos con enfermedades respiratorias, y de que se trata de una prueba relativamente simple, son muy pocos los que solicitan realizarse un test de vuelo.

Y no sólo los niños, tampoco los pacientes adultos la solicitan. 

La razón es que no son conscientes de los riesgos que puede entrañar viajar en altura y desconocen la existencia de este tipo de exámenes médicos. 

En Baleares, una de las comunidades autónomas donde más se practican este tipo de pruebas por la frecuencia con la que viajan en avión sus habitantes, se hacen en torno a 50-60 pruebas anuales en el Hospital de Son Espases, el único que lo realiza a niños y adolescentes en las Islas Baleares. 

¿Dónde se realiza esta prueba?

Son los Servicios de Neumología de los hospitales los encargados de realizar este test de vuelo.

Además, en la etapa infantil solo es necesario realizarlo una vez, siempre y cuando la enfermedad permanezca estable y no haya cambios. 

  • "Si se viera un deterioro o las condiciones del paciente cambiasen, habría que volver a repetirle la prueba. Pero si no es el caso, asumimos que está estable y que la pauta de la primera vez es la adecuada", destaca el doctor Osona.

Para este especialista, ahora el reto es:

  • "Conseguir aumentar el conocimiento de los pediatras de Atención Primaria y de los especialistas en neumología sobre los riesgos que puede suponer para los pacientes con enfermedades respiratorias o cardiacas volar en avión. Y que sepan que existen pruebas simples y asequibles para establecer ese riesgo y las necesidades de oxígeno de cada paciente".