TOXICOLGÍA

Salmonelosis: síntomas y consejos para evitar una de las grandes amenazas del verano

Es una infección alimentaria provocada por la bacteria salmonella, que se reproduce sobre todo en los meses de verano. En la mayoría de los casos es leve y sus síntomas no suelen durar más de una semana

Hasta el inicio de la pandemia del coronavirus la palabra zoonosis era desconocida para muchos. Ahora tenemos bastante claro de qué hablamos cuando nos referimos a aquellas enfermedades infecciosas que pasan de los animales a humanos, como el propio SARS-CoV-2, u otras mucho más comunes como la salmonelosis.

La salmonelosis es una infección alimentaria provocada por la bacteria salmonella, un microorganismo que vive en los intestinos de animales y humanos y que se expulsa por las heces.

Según la Organización Mundial de la Salud, son las aves y los reptiles los principales portadores de este tipo de bacterias.

Y como el calor favorece la proliferación de bacterias, son los meses de verano cuando aparecen un número mayor de casos de salmonelosis.

El proceso de infección se desencadena cuando consumimos alimentos contaminados por la bacteria, que supera el pH de nuestros jugos gástricos. Estos microorganismos consiguen alcanzar el intestino y allí se reproducen de forma muy rápida.

Síntomas de la salmonelosis

Una vez que la salmonella comienza a reproducirse en nuestro intestino, los síntomas comenzarán a aparecer entre las 6 y las 72 horas después de haber comido el alimento infectado.

A partir de ese momento la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) explica lo que podemos sufrir:

  • Náuseas o vómitos.
  • Fiebre, que se puede extender durante 2 o 3 días.
  • Diarrea durante entre 4 y 10 días. En algunos casos las heces pueden llegar a tener un aspecto sanguinolento.
  • Dolor abdominal.

En general se trata de una infección leve y los síntomas remitirá en una semana como mucho.

Cómo saber cuándo debemos ir al médico

Pero los especialistas en digestivo advierten que en algunas ocasiones la infección se puede complicar y puede ser necesario acudir al especialista para que valore que está pasando.

Y habría que tomar esa decisión cuando vemos que

  • Los síntomas no remiten en el plazo de más o menos una semana.
  • El dolor es severo.
  • El paciente no puede comer ni beber.
  • La fiebre sube de los 38ºC.
  • Aparece sangre en los vómitos o las heces.

Recomendaciones generales

Durante el periodo de infección el tratamiento más adecuado lo determinará el médico, pero desde la FEAD dan algunas recomendaciones generales para pasar lo mejor posible una salmonelosis:

  • Beber muchos líquidos para combatir los efectos de la deshidratación que causan la diarrea y los vómitos. Esto es especialmente importante durante la época estival, en la que el calor contribuye a la deshidratación.
  • Comer en pequeñas cantidades y, por supuesto, nada de alimentos grasos.
  • Descansar para que nuestro cuerpo se vaya recuperando poco a poco.

En los casos más graves, el profesional sanitario puede determinar la necesidad de tratar al paciente con antibióticos.

Algunos consejos para prevenir la salmonelosis

Cuando nos intoxicamos con salmonella lo más normal que es algo haya fallado en la manipulación, la conservación o la higiene alimentaria.

Así que debemos extremar estos aspectos en nuestra cocina y en el hogar, sobre todo durante los meses de verano.

Algunas de las recomendaciones de los expertos en aparato digestivo son:

  • Extremar la higiene de manos. Sobre todo, después de ir al baño, de sacar la basura, cambiar pañales o si tocamos animales.
  • Mucho cuidado con los alimentos que ingerimos este verano. Es esencial lavar bien la fruta y la verdura antes de comerlas, sobre todo si lo hacemos en crudo.
  • Cocinar bien carnes y pescados, de esta manera eliminaremos la bacteria.
  • En cuanto al consumo de huevos, uno de los alimentos que más salmonelosis causan, debemos cocinarlos hasta que la yema esté cuajada.

Además, es recomendable que toda la comida preparada con huevos se consuma inmediatamente después de su preparación o en las 24 horas siguientes.

Y sepa que en verano es fundamental mantenerlos siempre bien refrigerados.

Además, existen productos como el huevina que permiten realizar muchos platos sin necesidad de usar huevo.

  • Aunque en los últimos años se ha puesto de moda el consumo de leche y derivados lácteos sin pasteurizar, no se deben consumir. La pasteurización consigue eliminar un gran número de microorganismos que contiene la leche cruda, entre ella la salmonella.
  • Mantener la temperatura del frigorífico por debajo de 4.4ºC.
  • El congelador por debajo de -18ºC.
  • Insistir en la higiene de los cuchillos y demás utensilios de cocina tras el contacto con alimentos crudos.
  • Quedarse en casa si tenemos salmonelosis.