Los pensionistas de Siero mostraron ayer su hartazgo por la atención no presencial en los centros de salud. Quieren que les vea de manera personal un médico y defienden que, “no es de recibo que el bienestar dependa de un contestador”. Ese es uno de los principales problemas que destacaba ayer María José Prieto, secretaria general de jubilados de Comisiones Obreras (CCOO) de Siero-Piloña.

“Queremos ver a nuestros médicos cara a cara. La última noticia es que piensan abrir gradualmente a partir del 1 de junio, pero solo con 18 consultas presenciales, de 43 que va a tener cada médico. Tenemos un gran problema con la sanidad”, espetaba Prieto, rodeada de una treintena de jubilados, molestos por la situación que vienen arrastrando desde que comenzó la pandemia. El plan de recuperación de la atención presencial en Primaria fue presentado hace dos semanas por los responsables del Sespa, pero no ha dejado satisfechos a todos los colectivos. De hecho, las protestas han seguido sucediéndose por Asturias.

La previsión de que se va a retirar un número importante de facultativos en los próximos años preocupa al colectivo, que teme que pueda dificultar aún más la atención si no se cubren las plazas. “Vamos a luchar por tener nuestros centros de salud abiertos. Eso sí que es un servicio esencial”, aseguró ayer la representante de CCOO.

Es una de los muchos jubilados que vienen teniendo problemas por la atención telefónica: “Lo estamos viviendo con intranquilidad porque no queremos hablar con máquinas. Entre que la tecnología no está hecha para determinadas edades y que no se entiende la situación, hay malestar”, replica María José Prieto.

Prieto también valoró la propuesta de que personal no sanitario se encargue de hacer el triaje. “Creemos que esto puede ser hasta ilegal. No queremos que suceda”, abundó al respecto. Considera que carecen “de la capacidad clínica para hacerlo” y que agravaría la situación actual.

Ahora mismo, según la portavoz de los manifestantes, “la gente está teniendo alguna cita 3 o 4 días después de hablar por teléfono y acaba por ir a los hospitales”, concluyó.