Las obras para la construcción del gran centro que la multinacional Amazon va a poner en funcionamiento en Siero han supuesto el despliegue de un incontable número de máquinas y, sobre todo, de centenares de operarios en el polígono industrial. Estos últimos son tantos que por la parcela en la que se instalará el gran complejo de la compañía americana acabarán pasando más trabajadores que el número de vecinos que en total suma la parroquia sierense. De hecho, los obreros casi doblarán a la población de la zona: Bobes y Balbona reúnen en la actualidad 495 habitantes y la cifra de los empleos generados por el proyecto mientras dure su desarrollo es de 900.
La parcela de Amazon parece ya, de hecho, una especie de pequeña ciudad con vida propia dentro del núcleo de Bobes. El trasiego sigue impresionando a cualquiera que se acerque a la zona. Decenas de camiones entran y salen cada hora de la enorme extensión de terreno y las hormigoneras suben y bajan, una y otra vez, desde y hacia el área donde se desarrollan los trabajos de la gran explanada que acogerá la gigantesca nave. Los viajes arriba y abajo son un no parar, todos los que quepan en una de las jornadas de los tres turnos que se han establecido en el lugar.
Hay operarios para dirigir la labor de las máquinas, otros para manejar las enormes grúas que se advierten al fondo de la parcela, más para la distribución de materiales, incluso algunos para ordenar el paso de los camiones por una especie de balsa de agua en la que intentan retirar el barro que se les acumula en los neumáticos. También es numeroso el personal para regular la entrada y salida de los muchos vehículos pesados que transitan de manera continua el área. Y técnicos a cargo de la dirección de las obras.
Todos ellos y sus cientos de chalecos amarillos pululan sin descanso de un lado a otro entre las montañas de tierra, como en una especie de hormiguero cuyo ritmo incansable se deja notar en los cambios que se aprecian de semana en semana en este lugar antaño solo una parroquia rural de Siero y hoy centro de las miradas que siguen el avance de uno de los mayores proyectos por inversión –más de 100 millones de euros– que ha llegado a Asturias en las últimas décadas.
Servicios y cafetería
La parcela tiene vida propia en medio de un pueblo cuyas casas han quedado en los extremos de la gran extensión de trabajo y cuyos habitantes cada vez pasean menos por un área que hace solo unos meses era ruta habitual de quienes realizaban caminatas y ejercicio cada mañana. Ahora, el lugar es una especie de colonia, donde todo está tomado por las obras. En el área que se ha montado para acoger a los operarios de la “pequeña ciudad” de Amazon en Bobes, con medio centenar de casetas para darles servicio y vestuario, caben, al menos, 400 trabajadores. Cerca de estos módulos metálicos se ha puesto en servicio hasta una cafetería donde se sirve y servirá café y tentempiés hasta que en verano de 2022 –o quizá antes– finalice la edificación del gran complejo, de cerca de 200.000 metros cuadrados y en el que, eso sí, ya en el futuro, trabajarán un millar de empleados, estimación de los puestos de trabajo que generará la puesta en servicio del gran centro logístico.
