La Nueva España de Siero

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Cuidar de la naturaleza fue cosa de niños en el parque de La Cebera

Unas cien personas participaron en una jornada de voluntariado ambiental a cargo de la Asociación Corripa en el bosque de Lugones, donde tuvieron gran protagonismo pequeños y jóvenes

Por la izquierda Aida Sánchez, Javier Fernández, Maite Ortera, Cristina García, Pedro Sánchez y Asier Mora muestran la primera caja nido que realizaron ayer en el parque de La Cebera. En el círculo superior, Alberto Uría, con los niños, en la instalación del hotel para insectos. Debajo, un grupo de asistentes.

Daniel Menéndez Crespo, de 8 años, y residente en Lugones junto a sus padres, será con toda probabilidad biólogo marino, como ayer decía su madre, Guadalupe Crespo, mientras lo veía afanarse en abrir hueco en la tierra, azada en mano –que por cierto manejaba con considerable maestría–, en el parque lugonense de La Cebera.

Vanessa Paredes mostrando algunas de las aves a reconocer y sobre las que informó a los asistentes. Ana Paz Paredes

“Todo lo de la huerta le encanta. Somos de Zamora y cada vez que vamos al pueblo va enseguida a ayudar a un vecino que tiene huerto. Le encantan lo animalinos, los bichos, todo lo del campo”, dice ella.

Uno de los hoteles para insectos, antes de finalizarse todos los trabajos necesarios en él. Ana Paz Paredes

Mentras tanto su hijo, junto a otras niñas como Noa Suárez, de seis años, Lucía Menéndez, de cinco y Paz Suárez, de ocho, echan mano a tierra para plantar lavanda, tomillo y romero en torno a los hoteles para insectos polinizadores, concretamente abejas solitarias, que acaban de construir siguiendo las instrucciones del apicultor Alberto Uría, uno de los miembros de la Asociación Corripa, creada en 2018 y que lucha por la conservación del medio ambiente, la biodiversidad y un mundo rural vivo.

Nike García explica las diferencias entre plantas alóctonas y autócnonas durante la ginkana. Ana Paz Paredes

Él, junto con la ambientóloga Vanessa Paredes, presidenta del colectivo, y Nike García, gestor forestal, ofrecieron a cerca de cien personas, buena parte niños que iban en familia además de otros grupos de adultos, una jornada de voluntariado ambiental organizada por la empresa Decathlon, que todos los años y coincidiendo con el Día Mundial del Medioambiente, que fue el 5 de junio, organiza en Asturias esta actividad.

Berto Uría explica a los asistentes, entre ellos numerosos niños, el trabajo que van a realizar con los hoteles para insectos Ana Paz Paredes

El objetivo de la misma es, sobre todo, concienciar sobre el cuidado del entorno natural y promover su respeto y mantenimiento, por lo que consideran imprescindible una buena educación ambiental. Igualmente la empresa aportó material para las actos del día, así como camisetas para los participantes.

El niño Daniel Menéndez, participando, ayer, en la jornada de voluntariado medioambiental. | Ana Paz Paredes

Entre las actividades de la jornada, la construcción de casas nido para pájaros tuvo mucha aceptación, no quedando atrás tampoco la creación de hoteles para insectos polinizadores.

Las niñas Lucía Menéndez y Paz Suárez plantando en la zona del hotel para insectos. Ana Paz Paredes

Berto Uría explicaba que “a los niños les llama a atención el intentar hacer cosas para ayudar a los animales, les hace ilusión pensar que están ayudando a que vivan, y a los adultos también les gusta hacer este tipo de cosas en familia, de hecho había un grupo de 14 personas que eran todas de la misma”. “La gente que participa en esto lo hace con mucho entusiasmo y con mucho cariño poniendo en valor los insectos, las plantas, las aves, en fin, todo”, añadió.

Una asistente a la jornada ayuda a clavar unos postes de madera para crear un pequeño cercado que protegerá las plantas que alimentan a los insectos polinizadores. Ana Paz Paredes

Y a renglón seguido afirmó: “También les recordamos que esos hoteles para insectos polinizadores y las casas nido necesitan un mantenimiento. Estas acciones, para que surtan efecto, tienen que tener su continuidad. Cada cierto tiempo hay que limpiarlas y revisar sus estructuras, nosotros lo hacemos cada mes en este parque”.

Los niños muestran interés por el hotel para insectos polinizadores que les muestra Alberto Uría.

Otra de las propuestas del día fue una ginkana donde la labor principal fue la eliminación de especies invasoras como la “robinia pseudoacacia” o el plumero de la pampa, combinado con juegos tradicionales rurales. Nike García fue el encargado de esta actividad. “Es importante que distingan, por ejemplo, entre plantas alóctonas y autóctonas. Es importante concienciar a la gente, empezando ya desde niños, de conocer el entorno en el que viven, su naturaleza. En esta ginkana lo que hicimos es crear un vínculo entre naturaleza, deporte y el mundo rural”, señaló.

Grupo de asistentes ayer en el parque de La Cebera, en Lugones.

Un mundo rural sin duda importante para entender, a su vez, el medio natural, tal y como explica la presidenta de Corripa, Vanessa Paredes, quien al tiempo ilustraba a los presentes sobre las aves de la zona y cómo distinguirlas. “Entre otras cosas fomentamos los usos tradicionales de la gente del campo, gracias a los que hay tanta biodiversidad y tenemos los paisajes que tenemos. Intentamos poner en valor tanto la Naturaleza, todo lo que nos pueda enseñar, como ese mundo rural que últimamente está tan olvidado”.

Un participante en la jornada de ayer colabora en la puesta a punto del hotel para insectos polinizadores. Ana Paz Paredes

Ayer unos cuantos pájaros y a buen seguro un buen número de abejas solitarias contarán en La Cebera con un nuevo hogar, gracias, por ejemplo, a niños como Samuel y Ariadne Cárdenas, y a los adultos que les acompañaron durante la jornada.

Alberto Uría junto a Tarick Vàzquez, concejal de IU en el ayuntamiento de Siero y presidente de la Asociación Medioambiental Biodevas Ana Paz Paredes

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