La Nueva España de Siero

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Pintar para que los edificios “sean mucho más que un montón de ladrillos”

“Es un intento de resucitar la ilusión y la fantasía de la infancia”, dice el misterioso autor de dos de los últimos grafitis de la Pola

A la izquierda, la raposa de “Xolaca”, en la Pola. Arriba, el grafiti de Pipi Calzaslargas y a la derecha, la pintura del Cinema Siero, ambos de “Gamberr@rte” | P. T.

La Pola también se llena de grafitis. Unos son encargos del Ayuntamiento, que está apostando por el arte urbano, como la figura de la zorra del artista valenciano “Xolaka” que ya se aprecia en la calle Pedro Vigil de la capital sierense. Otros son anónimos y aparecen sin que sus autores quieran salir a la luz. En este último caso se encuentran las dos pinturas firmadas por “Gamberr@rte”, una de ellas colocada en el hueco de lo que antaño fue la taquilla del Cinema Siero y la otra ubicada en un muro del recinto de la zona de juegos del parque infantil poleso.

Su responsable prefiere no ser conocido y responde acerca de la motivación de sus obras con mensajes privados a través de sus perfiles en redes sociales.

Pintar para que los edificios “sean mucho más que un montón de ladrillos”

Es poleso y cuenta cómo ideó el grafiti del cine. “Como habitante de la Pola, hay determinados espacios urbanos vinculados a mis emociones. El cine es uno de ellos (...) Lo que en un tiempo fue eje del ocio cultural de la juventud polesa se ha convertido en un espacio vacío. Un monumento a la amargura del paso del tiempo (...) La pintura es un intento de despertar esas emociones positivas, de resucitar la ilusión y la fantasía que rellenó nuestra imaginación en la infancia (...). Sentí el impulso de romper con el aura de silencio y derrota que rodea el espacio, de representar recuerdos que transforman el edificio en algo mucho mayor que un montón de ladrillos”, explica.

Pintar para que los edificios “sean mucho más que un montón de ladrillos”

Acerca del colocado esta semana en el parque, que dibuja a la inquieta “Pipi Calzaslargas”, de espaldas, frente a un grupo de niños con la mirada fija en el móvil, añade: “Me pregunto qué infancia queremos para nuestros hijos. Pipi representa la libertad, la aventura, la imaginación y la acción. El juego actual es lo contrario, falto de aventura real”.

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