Es frecuente que en los establecimientos de Siero, a la hora de la siesta, esté el "Tour" de Francia puesto en la tele. También es habitual cruzarse con varios ciclistas al entrar o salir de la Pola o en cualquiera de las carreteras secundarias, sea cual sea la hora del día. "Es porque está en el centro, tiene buenas carreteras y hay todo tipo de terrenos", explica el presidente de la Federación Asturiana de Ciclismo, José Antonio Díaz Soto, al que se le conoce como "Walker" por el parecido que tenía en su juventud con el actor que encarnó a ese personaje (Chuck Norris). De hecho, en Lugones está la "casa del ciclismo" en Asturias –la sede de la federación– y se estima que en un día de un fin de semana normal puede haber entre 2.000 y 3.000 ciclistas cruzando las carreteras de Siero. Claro que las rutas son más largas y muchas veces se utiliza el concejo como un lugar de paso entre dos destinos.

Sin embargo, explica Walker, existe una peculiaridad: hay muchos más ciclistas que los que registra la Federación. En 2020 tuvieron un total de 1.768 federados en toda Asturias, de los cuales 1.657 eran hombres y 111 mujeres.

No obstante, sí que percibieron un incremento en el número de licencias desde el pasado año, a raíz de la pandemia, unas 600 más. "Se vio un incremento en los usuarios después del confinamiento. No solo de los que se federaron, sino también de los aficionados. Creo que es porque el ciclismo es un deporte al aire libre y apto para todos los públicos", indica el presidente.

Es que es muy fácil hacer ciclismo, cuenta. Solo hace falta una bicicleta y que el día acompañe: sol, pero no mucho. Por eso, no solo se incrementan las licencias sino también la afición. Cada vez hay más. Y desde la Federación, están especialmente orgullosos de las ciclistas sierenses: "Aquí tenemos a la élite; son las chicas las que van a la cabeza de carrera". Pese a que tan solo un seis por ciento de las licencias totales del año pasado sean femeninas.

A pedales desde Viella

Alicia González es una de las "estrellas" a las que se refiere Walker. Se ha pasado más tiempo encima de una bicicleta que caminando. Nació en Viella, en 1995. Recibe por teléfono, porque está en Holanda con su equipo, el Movistar Team, que tiene una competición muy importante y tiene que estar concentrada.

Entre la carrera y los entrenamientos, no tiene casi tiempo. "A mi me gusta entrenar por Siero cuando tengo que hacer llano. Es perfecto para los recorridos con poco desnivel", confiesa. En su casa, cuando era cría, no había una fuerte tradición ciclista. Es cierto que su padre Carlos, como buen sierense, era aficionado, pero nunca se lo había planteado de manera profesional.

En el clan de los González , la primera en subirse a una bicicleta fue Lucía, que es la hermana mayor, y que a día de hoy sigue compitiendo en ciclocross con un equipo de Bizkaia, que compagina con su trabajo de fisioterapeuta. Luego, fue Alicia, un año más tarde, cuando tenía cinco, porque quería parecerse a Lucía: "Nos picamos lo justo, y sé que siempre tengo a alguien con quien entrenar. Nuestras comidas familiares son complicadas, porque ciclocross se compite en invierno y yo empiezo la temporada por el verano. Nos vemos cuando podemos".

El impulso definitivo fue con la apertura de la Escuela de Ciclismo de Viella, de la que, a día de hoy, el padre de las hermanas González es director técnico. "Al principio era una actividad extraescolar, pero federarme ya me permitió participar en competiciones por toda España. Me aficioné", relata. Alicia siempre compaginó el deporte con sus estudios, y terminó, el pasado año, la carrera de biotecnología. Hasta entonces, nunca se había planteado dedicarse en exclusiva al ciclismo. Pero un día le sonó el móvil, y eran del Movistar Team.

"Me llamaron y me pareció una cosa muy ilusionante. Yo acababa de terminar el Campeonato de Europa sub-23 y no sabía muy bien qué hacer. Siempre tuve claro que quería acabar la carrera, y una vez terminada, me apareció esta oportunidad y dije que sí", explica al teléfono. Es su descanso después de comer, porque allí, en Holanda se come temprano y por la tarde tiene el prólogo de la "Valloise Ladys Tour".

Confiesa que una de las cosas que más le gustan de ese deporte es la "sensación de libertad", y disfrutar del camino. Que en Siero siempre tuvo mucho apoyo y que la escuela de Viella siempre será su casa. Y que el carril bici va a ser un impulso porque ella, muchas veces, coge el coche para sitios a los que podría llegar en bicicleta solo por lo que pueda pasar en el trayecto. No sería la primera vez que hay un atropello a un ciclista. Pero por Viella, siempre coge la bicicleta. Es su pasión y su forma de vida:

"Te permite llegar a cualquier lugar y conocer carreteras que de otra forma no lo harías. En Siero, además, hay todo tipo de terrenos y algunas vías que tienen muy poco tráfico. Si que percibo la afición y veo a mucha gente que sale en bici", añade.