La Nueva España de Siero

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La fuerte demanda hace crecer un 61% la construcción de chalés en Asturias

Las licencias para levantar viviendas unifamiliares aumenta con brío en concejos como Siero, mientras decae el interés por edificar pisos

Una casa en construcción en Siero.

Una pareja de madrileños llama a una inmobiliaria asturiana. Preguntan por parcelas en venta en cualquier pueblo de la región. No le importa dónde. Tras algunas llamadas y de algún envío de fotos, la pareja se decide por un terreno en una localidad en Bimenes. A más de 500 kilómetros de su piso de Madrid.

La llamada no es una anécdota, dicen las inmobiliarias asturianas. Durante los últimos meses, este tipo de clientes son los habituales. Aguas abajo, se está traduciendo en más obras. Según las cifras que maneja la patronal asturiana de la construcción (CAC-Asprocon), a partir de los datos del Colegio de Aparejadores del Principado, hasta el pasado mayo el número de obras para levantar viviendas unifamiliares más que se duplicó. Se tramitaron 275 licencias para este tipo de proyectos, un 61% más que en el mismo periodo de 2020. Mientras que la construcción de pisos sigue la tendencia inversa. Las licencias para edificar en planta han caído un 50% en este 2021.

Dicen desde un conocido despacho de arquitectos de la región que desde hace un tiempo el 80% de sus proyectos son para construir viviendas unifamiliares y el resto, para pisos. Hace unos meses, es decir, antes de la pandemia, ese porcentaje era el opuesto.

Más datos. Siero es el concejo que más se está viendo beneficiado de este cambio de tendencia en el mercado inmobiliario asturiano. En ese municipio se ha dado luz verde a 54 licencias para construir chalés, más del doble que hace un año (24). Más allá de la demanda, que según las inmobiliarias está creciendo a buen ritmo, el presidente de la patronal, Joel García, asegura que muchas de estas tramitaciones para viviendas unifamiliares llevaban tiempo atascadas en las oficinas de los Ayuntamientos y que es ahora cuando están saliendo adelante. A su entender, Siero está siendo un municipio modelo. “Es un concejo que va a despuntar mucho en el futuro, va a tener tirón; el Ayuntamiento ha agilizado mucho la concesión de las licencias y tiene mucho terreno para construir”, asegura Joel García. Y tiene a Amazon, otro aliciente.

Otra inmobiliaria asturiana cuenta que una de sus últimas ventas ha sido un chalé para una pareja de Zaragoza que se viene a vivir a un pueblo del concejo de Siero de solo 700 habitantes. “Nosotros abrimos en 2017 y este ha sido el año que más parcelas hemos vendido desde entonces”, asegura Javier Merino, de la firma ovetense Ático10. Muchas de ellas, precisamente, en el concejo de Siero. “Y la mayoría de las viviendas que estamos vendiendo son con piscina, que era algo que antes no importaba tanto”, explica.

Con esos datos ya puede darse más o menos un perfil de lo que busca el comprador de viviendas unifamiliares en Asturias: quiere una casa ligeramente apartada, pero tampoco demasiado, con terreno y, fundamental, con piscina.

Echando un vistazo a las estadísticas de CAC-Asprocon, hay datos llamativos. Como que los dos grandes concejos de las comarcas mineras, Langreo y Mieres, llevan al menos dos años sin dar ninguna licencia para levantar bloques de pisos. Eso sí, cabe señalar que en Mieres durante estos dos últimos meses se dieron dos licencias de obra para hacer dos viviendas unifamiliares. Lejísimos del dinamismo de otros concejos próximos.

La nueva forma de fijar el valor de los pisos dificulta las reclamaciones

La nueva fórmula para valorar el precio de las viviendas que ha puesto en marcha el Gobierno nacional dificultará que, en caso de conflicto, los vendedores puedan iniciar reclamaciones. El camino será largo y obligará a los afectados a ir a un contencioso administrativo –una demanda contra la Administración– en caso de que haya un conflicto. Así lo explica el presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (COAPI) de Asturias, Antonio Vega, a quién el cambio en la forma de valorar las viviendas no le ha gustado nada. “Cada vez nos aprietan más”, critica.

Hasta ahora, un comité de expertos era el que hacía estas valoraciones en Asturias teniendo en cuenta una serie de parámetros de la vivienda como su ubicación o antigüedad. Era lo que se denominaba como valor real del inmueble. Bastaba con hacer una reclamación a ese grupo de técnicos para solucionar los posibles conflictos, asegura Vega. Ahora, el Catastro lo que se va a utilizar es una fórmula matemática que estará basada en los registros que manejan los notarios y los registradores de la propiedad inmobiliaria.

Antonio Vega explica que, por ejemplo, puede ocurrir que a alguien le urja vender y que tenga que hacerlo muy barato, pero, sin embargo, a posteriori, la mayor parte de los impuestos que tenga que pagar lo haga en función de esta nueva valorización. Es decir, que tendría que pagar tasas como si hubiera vendido el piso a un precio muy superior.

Los sitemas


Informes periciales. Los técnicos de la Administración hacen informes teniendo en cuenta la situación del inmueble y la evolución del mercado, pero sin llegar a visitarlo por dentro. Ahora el Catastro usará datos individualizados de antigüedad, conservación o precio de compraventa de las viviendas para construir el nuevo valor.

Coeficientes. La Administración multiplicaba el valor catastral por un coeficiente que varía según el municipio. Era el mecanismo usado por el Principado hasta 2018, en que fue anulado por el Tribunal Supremo.

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