La Nueva España de Siero

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La zona de moda para vivir en Asturias no entiende de crisis: este es el barrio en la que se están levantando 200 nuevas viviendas

"Hay una gran demanda tras el covid”, destacan las constructoras de La Fresneda, que ven en el "efecto Amazon" y el nuevo instituto dos de las claves del auge

Vista aérea de la urbanización de La Fresneda

El paisaje de La Fresneda, llena de grúas, solares con edificios a medio hacer y mucho movimiento, recuerda a una época anterior al 2008. Concretamente, hay alrededor de 200 viviendas en construcción, entre adosados, domicilios unifamiliares y bloques de pisos. Y, después de la pandemia, la demanda de adquirir una casa en esta zona se ha visto incrementada.

Las previsiones son que siga aumentando. Por eso, desde la constructora de Los Álamos, que es la titular de la gran mayoría de parcelas en edificación de la zona, sacarán próximamente otras dos promociones de viviendas. Pero, además, otra firma se ha instalado para construir en La Fresneda, PJR Gestión, donde están “sorprendidos” de la cartera de clientes que están formando.

Concretamente, sin contar con las viviendas unifamiliares que se están construyendo por cuenta ajena –hay 16 y la gran mayoría de ellas ya reservadas-, se están levantando 195 domicilios entre las dos firmas. La que ostenta la mayor parte del terreno es Los Álamos, que fue quien fundó ese proyecto residencial en el año 1987 (las primeras parcelas se compraron varios años antes, en el 1979). PJR Gestión, por su parte, es una de las primeras firmas que empieza a operar y construir en la zona, en una parcela en la que hará 60 viviendas en dos bloques de piso.

“Tenemos todo tipo de perfiles para comprar los domicilios”, explica Esteban Abarquero, jefe del departamento comercial de Los Álamos. Por un lado, cuenta, hay parejas que buscan una casa para conformar su primera residencia, mientras que otras se mudan de la ciudad. Este tipo de personas está interesada en viviendas unifamiliares o adosados. “La pandemia puso de manifiesto la importancia del espacio, de tener salas de juegos, terrazas o zonas al aire libre”, explica.

También la pandemia tuvo otro efecto secundario, que produjo este “boom” de vivienda en La Fresneda: la “demanda embalsada”, aquellas personas que, por el coronavirus, “no han podido consumir, tienen unos ahorros y se dan cuenta de que necesitan viviendas con más prestaciones y otras características” distintas a las actuales. “Ahora mismo tenemos alrededor del 85 o 90 por ciento reservado o vendido de lo que se está construyendo. La Fresneda está funcionando muy bien”, cuenta Abarquero.

Además, achaca otra cuestión al incremento de la demanda en La Fresneda: el “efecto Amazon”. Empleados que van a trabajar en el centro de logística de la multinacional y nuevos inversores, que adquieren domicilios para alquilarlos a posteriori para personas que vayan a vivir durante un periodo largo de tiempo en Asturias, pero no de forma permanente. Este segundo tipo de compradores, que están empezando a aparecer, suelen abogar más por pisos o viviendas más pequeñas, con menor número de habitaciones.

La apertura del instituto, que este curso tuvo su primera promoción de alumnos, es otra de las razones que explican este “boom inmobiliario”, ya que completa la amplia prestación de servicios que ya tiene La Fresneda: centro de salud, polideportivo, y ahora se contempla, para el próximo año, la realización de un espacio de ocio juvenil. “Los siguientes objetivos que tenemos, y en los que estamos trabajando son la apertura de la escuela de cero a tres años, retomar los planes para la línea de autobús y la senda peatonal hasta Lugones”, indica Tony Gómez, presidente de la Plataforma Vecinal de La Fresneda (PVF).

Además, por primera vez la localidad tendrá urbanizaciones con piscina propia. Serán dos, una de Los Álamos (“Fresneda Origami”, de dos fases y 32 viviendas en cada una) y otra de PJR gestión (“La Fresneda Luxor”, de 60 viviendas divididas en dos bloques de pisos). Y, según cuenta Bárbara Argüelles, administradora de PJR gestión, en este caso, el perfil del comprador que ellos tienen dista de los anteriores.

Según observan, la cartera de clientes que están formando –porque aún están en redacción del proyecto, ayer mismo iban a mantener una reunión al respecto– es de personas de mediana edad, que tienen hijos mayores que pronto se independizarán. A muchos de ellos, la casa se les ha quedado grande y “están hartos de subir y bajar escaleras, o eso nos dicen”, y buscan un lugar más pequeño para vivir, con dos o tres habitaciones.

“Ahora mismo tenemos suelo para construir otras 600 viviendas”, explica Esteban Abarquero, de Los Álamos. El crecimiento de La Fresneda, que va por anillos y ya alcanza hasta el quinto, es “una realidad: mientras haya demanda, seguiremos con nuevos proyectos”. Además, cuenta que las demandas de los compradores han cambiado desde la primera promoción de viviendas que construyeron. Cada vez se solicitan menos diseños tradicionales de ladrillo y más viviendas “responsables con el medio ambiente”. “La actividad se ha incrementado de forma importante en los últimos meses, y es una delicia ver tanto movimiento en tan poco tiempo”, concluye.

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