Isabel Rivera es directora del Instituto de Enseñanza Secundaria de La Fresneda, que se inauguró el pasado septiembre. Es el primero de los llamados centros de nueva generación de Asturias, pionero en un nuevo planteamiento educativo y con un diseño arquitectónico acorde al proyecto que persigue, “una educación más inclusiva, equitativa y de calidad”. El edificio cuenta con espacios modulares, zonas tipo “plaza” para el encuentro y la convivencia, que promuevan el concepto de escuela abierta. Se trabaja en grupos, por proyectos de centro o de ámbitos, sin libros y con el denominado sistema BYOD (siglas en inglés de “Bring Your Own Device”, que significa lleva tu propio dispositivo), que potencia las tareas utilizando las nuevas tecnologías y las tablets o portátiles como “cuaderno” alternativo.

–Este era un equipamiento muy esperado. Habrá sido un reto ponerlo en marcha.

–Un reto, sí. Pero muy ilusionante. Cuando me nombraron directora y con el gran equipo directivo que tenemos hubo que gestionar muchas cosas, pero la ilusión y las ganas eran enormes. En julio se afrontó la cuestión de las matrículas, lo hicimos en el centro de estudios de La Fresneda. Veníamos todos de otros institutos de Asturias y la verdad que desde esos centros también se nos ayudó mucho. Y el apoyo del colegio de La Fresneda, siempre pendiente de nosotros. Somos 26 profesores y 119 alumnos. Y todo el equipo es magnífico, gente muy implicada, profesores que querían venir aquí porque les interesa la innovación educativa.

–¿Qué diferencia el proyecto educativo de este centro respecto al de otros institutos de Asturias?

–La innovación en la educación. Teníamos claro que queríamos una enseñanza compartida, con colaboración y conexión entre departamentos, unirlos por ámbitos que pudieran tener relación entre sí. Tenemos cinco ámbitos. El de Ciencias para la Vida, que comprende Educación Física, Biología, Física y Química; el Científico Tecnológico de Matemáticas y Tecnología; el ámbito Sociolingüístico, con las Lenguas y Sociales; el ámbito Cultural, con Filosofía, Cultura Clásica, Religión, Música y Dibujo, y otro que llamamos Espacio de Convivencia. Son departamentos que trabajan muy bien entre sí. Otro de los pilares que queremos es trabajar por proyectos. No utilizamos libros de texto: es un material útil, por supuesto, pero utilizamos tablets y hay otros modos de trabajar con búsqueda de textos y materiales a través de internet.

–Utilizan el llamado método BYOD, siglas en inglés de “Bring Your Own Device”, que significa lleva tu propio dispositivo.

–Sí, ya se está haciendo en muchos sitios de España y Europa. Cada uno se trae el dispositivo que tiene en casa, una tablet, un ordenador, aquello de lo que disponga. Y, partir de ahí, que esa sea su herramienta de trabajo, como tener un cuaderno al lado del otro cuaderno, que también tienen el tradicional encima de los pupitres. Está funcionando muy bien. Las tablets se sacan cuando se les pide, pero se usan para consultas y para el trabajo del día a día.

–¿En qué consiste exactamente ese trabajo por proyectos?

–Va a haber un proyecto global de centro, que trabajará la totalidad del instituto. Y este año queremos elegir el de la bicicleta, que se trabajará desde todos los puntos de vista de los ámbitos educativos. Pero, además de ese gran proyecto de centro, desde todos los ámbitos desarrollamos otros. Por ejemplo, hemos hecho ahora el proyecto de los volcanes, se ha trabajado muchísimo, desde Plástica, Biología, Inglés, Lengua, Valores, Religión... Por poner ejemplos, en Plástica han hecho unos volcanes en arcilla, en Biología les enseñan el proceso por el que se desarrolla un volcán, en Inglés se toca todo el vocabulario relativo al tema, y en Valores y Religión están escribiendo unas cartas: estamos en contacto con el colegio Los Campitos y se enviarán para mantener correspondencia.

–¿Y el proyecto de centro de las bicicletas?

–El centro es sostenible y queremos que los alumnos y alumnas sean partícipes de ello, trabajar pensando en el respeto y cuidado del medio ambiente. Entre otras muchas cosas, los alumnos pueden venir en bici para llevar a la práctica el uso de transportes más sostenibles. Dentro de cada asignatura hay además iniciativas sobre el tema. Inglés, por ejemplo, va a trabajar en el desarrollo de un itinerario, de un viaje por el mundo en bicicleta, cómo sería y qué situaciones se pueden encontrar. Biología y Religión van a trabajar con esta misma temática, pero centrada en el Camino de Santiago en bicicleta… Cada cual en su área con una iniciativa que nos integra y nos implica a todos como centro. Es decir, tenemos un gran proyecto de centro, los proyectos de ámbito y los proyectos interámbitos, como el citado de los volcanes.

–¿El sistema de evaluación es distinto al de otros centros?

–Los criterios de evaluación son los que son, pero puede haber otras formas de calificar, que la manera de evaluar no sea solo la nota de una prueba, sino que cuente también el trabajo por proyectos, por ejemplo. Incluso que el alumnado participe en todo el proyecto para saber en qué ha podido fallar. Queremos trabajar las competencias. Los contenidos también, por supuesto, los necesitan saber para luego hacer proyectos, eso lo tenemos claro. Pero a lo mejor también es interesante que un alumno pueda saber en qué falla, qué ha podido pasar...

–¿Pesa la responsabilidad de ser pioneros en esta experiencia educativa?

–La responsabilidad siempre. Es mucha, pero es un reto y una oportunidad muy grande empezar desde cero. Cambiar un centro que ya tiene una línea de trabajo es más complicado, pero empezar con un centro con una línea nueva es muy ilusionante. Y encima con este equipo que tenemos, que es una maravilla, gente innovadora, con entusiasmo y que están muy implicados.

–¿Qué resultados esperan de un sistema que potencia el trabajo constante en grupo?

–En primero de la ESO todas las clases están organizadas en grupos y los alumnos van a estar en ese mismo todo el curso. Les hemos dicho cómo tienen que comportarse en grupo, cuáles son las actividades y dinámicas, que cada uno tiene que hacer su papel en el conjunto y que cada cual puede desarrollar aquel papel o capacidad que mejor se le dé. Hay que potenciar las capacidades de cada alumno y alumna. Los niños tienen una determinada edad y están en la adolescencia, pero necesitan que les escuches. Necesitan decirte: “Pues a mí me gusta esto”, y que tú puedas ver cómo se pueden orientar el trabajo y el desarrollo de capacidades por esa vía… Hay que trabajar las actitudes ante la vida, que sepan qué es el respeto, la convivencia y la tolerancia, los valores para vivir y aportar en sociedad.

–El instituto va a contar con una asamblea de representación de los estudiantes. Ahora mismo está en marcha hasta una campaña electoral en el centro.

–Sí, están haciendo la campaña. La asamblea de alumnos y alumnas va a tener diez miembros, seis de primero de la ESO y cuatro de Bachillerato. Serán los responsables de trasladarnos qué necesitan y del desarrollo de otras actividades. Se trata un poco de tener una especie de sociedad dentro del instituto: la asamblea va a tener un presidente, un secretario, una serie de representantes, y tendrán incluso un espacio en el centro, una sala para su uso y actividad. El profesorado está muy implicado con la innovación, con cambiar un poco el modo de hacer las cosas y hacerlas bien igualmente, ver cómo se puede mejorar, que también eso lo vamos viendo sobre la marcha. No obstante, ya hay otras iniciativas de éxito de este tipo y sabemos que funcionan. Hay muy buen ambiente en el instituto.

–La apertura del instituto ha sido un cambio sustancial para las familias de La Fresneda y los jóvenes, que ya no tendrán que salir fuera para la Secundaria.

–Era un centro que todos estábamos deseando poner en marcha. Hay además gran contacto con el colegio de La Fresneda, para que no haya una ruptura grande del paso de un centro a otro, y para los chavales es un cambio no tener que desplazarse para ir al instituto, por ejemplo, a Lugones, como sucedía antes. Vienes por la mañana y los ves llegando a todos desde sus casas y es una maravilla, es un lujo.