Samuel Fernández es “delgadito”, “escalador” y “muy buen chaval”. Es uno de los ciclistas más prometedores del panorama nacional, con media docena de victorias en juveniles pero, ayer, un coche le costó una fractura de costilla, pómulo y clavicula. El joven ciclista ya se recupera en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) y pronto espera volver a las carreteras para seguir demostrando su talento.
Natural de Pola de Siero, comenzó a andar en bicileta a los cuatro años. Pasó por el Club Ciclista Ciudad de Oviedo, asentado en Colloto, y empezó a correr en el equipo de Viella. Pronto destacó. “Ya en cadetes ganó carreras importantes”, recuerda su padre, Marcos Fernández.
Tan bien se le veía que le incluyeron en uno de los proyectos más ambiciosos del ciclismo joven a nivel nacional, la MMR Academy. Bajo el comando de Samuel Sánchez y Benjamín Noval, afrontó un año de transición con la pandemia. Sin embargo, pasada la frustración de no poder correr, se salió.
Destacó en carreras importantes como la Vuelta al Besaya y consiguió seis meritorias victorias. Estas le valieron entrar en el equipo Amateur del Caja Rural, con vistas a un posible paso al profesionalismo en el futuro.
El atropello sufrido no corta sus esperanzas, a pesar del “tremendo susto” sufrido por sus padres. Ellos confían en que volverá con fuerza y el incidente solo será una mera anécdota en la futura carrera del joven, que quiere compaginar sus estudios de magisterio con el ciclismo. Tiene madera.