Bharti Chhibber, líder de la Realidad Climática formada por el exvicepresidente de los Estados Unidos, (EE UU) Al Gore, creció en Nueva Delhi y sigue la estela de una familia que, ya desde su abuelo, se preocupaba por el medio ambiente. Con 17 años de docencia en la Universidad de Nueva Delhi y 200 publicaciones a sus espaldas sobre el cambio climático, puede decir que la sociedad cada vez está más concienciada al respecto. Lanza un mensaje “optimista y de esperanza”. “Hay que actuar ya, luego será tarde”, afirma. Chhibber intervendrá este miércoles en el Centro Polivalente Integrado de Lugones en la I Jornada Siero Verde, a partir de las 11.30 horas.

–¿Cómo está afectando a Asturias el cambio climático?

–Asturias, entre otras cosas, podría tener que hacer frente a numerosos problemas por la crisis climática. Pero no solo Asturias, también está pasando en India y en el resto del mundo. Es una cuestión global. Asturias es una región costera y una de las cuestiones que ya está encarando es la subida del nivel del mar, causada por la subida global de la temperatura, que está derritiendo los glaciares. Esto ya afecta a determinadas áreas en la India. En el pasado, en esas áreas se producían inundaciones y las personas tenían que ser evacuadas. Ahora, se trabaja para que esto no ocurra, con medidas medioambientales como revertir la deforestación. En Asturias podría ocurrir lo mismo. Es un sitio muy bonito, con mucha playa y montaña. El aire es muy limpio y puro, pero, por la subida de temperaturas, están cambiando los patrones de las precipitaciones y las áreas costeras o con masas de agua se van a inundar. Pero, además, esa subida causará la extinción de múltiples especies marinas.

–¿Es igual en el resto del mundo?

–Lo mismo que pasa en Asturias, pasa en el resto del mundo porque el cambio climático es una realidad global. Está afectando a la salud, la gente se muere de enfermedades relacionadas con la contaminación, hay refugiados climáticos, hay inundaciones, sequías, e incluso bombas atómicas en términos de lluvias atómicas. El daño severo y las catástrofes causadas por la deforestación, desarrollo insostenible y urbanización ya están ocurriendo. Ahora es tiempo de actuar. Entre todos tenemos que revertirlo. Porque, en el peor escenario, y cuando negamos el cambio climático, no estaremos para verlo. Pero no se debe caer en una tumba medioambiental. Hay quienes piensan que todo está perdido en esto, pero traigo un mensaje optimista y de esperanza. Hay cosas que ya no son reversibles, pero otras que se pueden hacer. Y no solo para el futuro, sino también para nosotros mismos.

–¿A quién está afectando más?

–Primero a los países costeros por su posición geográfica. Pero también a la población con menor capacidad adquisitiva. Son los que sufren más las consecuencias de la crisis climática por una cuestión de recursos. Pero es algo circular, una cosa lleva a la otra. Los problemas medioambientales y refugiados medioambientales traerán pérdida de hogares, pobreza y morirá mucha gente. Pero, de la otra forma, si esto se revierte, se alcanzara la educación universal, los derechos de la infancia y una vida decente. Hay que cuidar del planeta. Porque, si la crisis climática continúa, ¿como van a sobrevivir los humanos?

–¿Qué es lo que se puede hacer?

–Hay cuatro niveles de actuación: global, nacional, comunitario e individual, y todos son importantes. A nivel global, hace falta cooperación y firmar acuerdos a este respecto, porque no hay fronteras en el cambio climático, lo que hace un país afecta al contiguo. Lo que la cumbre de Glasgow dejó entrever es que los países deben trabajar coordinados en un objetivo común, debido a la severa crisis que se atraviesa. A nivel nacional, países como España o India ya están trabajando en energías renovables. También hacen falta unas leyes medioambientales, con un control sobre las emisiones de las empresas, para que no haya ninguna. Cada país debería hacer el tratamiento de sus residuos y no transportarlos a países en vías de desarrollo, moviéndose hacia la digitalización para evitar la deforestación. A nivel comunitario o individual, se debe cambiar el modelo de transporte en las ciudades, fomentando la bicicleta, y trabajar en la educación ya desde jóvenes en cosas pequeñas, como no malgastar agua y con una asignatura al respecto.