El hipermercado de la cadena Eroski de Parque Principado cerrará entre marzo y abril de este año. La compañía vasca anunció ayer por la mañana a sus trabajadores el cese de la actividad, aunque de momento no hay una fecha más concreta fijada, ni tampoco se han aclarado las condiciones en las que se ejecutarían los despidos. Esto podría suponer dejar en la calle a alrededor de cuarenta empleados, algunos de ellos con contratos indefinidos.
Según fuentes de la Confederación Sindical Independiente de Comercio (Fetico), con presencia dentro de esta empresa en toda España, el hipermercado llevaba tiempo sin ser económicamente viable. Se negoció su cesión a un tercero, pero al final fue imposible y se ve abocado a echar la persiana. Los responsables de la empresa consultados por este diario declinaron ayer hacer manifestaciones.
Eroski abrió sus puertas en el centro comercial Parque Principado en el año 2001, siendo una de las primeras compañías que se instaló en esta gran superficie ya en su primera fase. De hecho, la firma vasca, junto a la compañía Promodeico, fue una de las impulsoras del complejo y poseía un porcentaje del suelo de la superficie comercial.
Sin embargo, Parque Principado cambió de dueños a Sonae Sierra y la compañía CBRE Iberian Value Added Fund, que compraron el 100% de la propiedad, a excepción de los metros de suelo de Eroski, Tanto el supermercado como la estación de servicio siguió siendo de la compañía vasca.
En 2013, la superficie comercial cambió de nuevo de dueños. La compraron Intu Properties y el gestor de inversiones Canadá Pensión Plan Investment Board (CPPIB). En este caso, Eroski también iba incluido en el paquete. La compañía vasca pasó a estar en régimen de alquiler en la superficie comercial, con un contrato que tenía una fecha de duración, en principio, hasta el próximo año 2023.
Sin embargo, los problemas se empezaron a entrever en 2016, cuando el grupo Carrefour manifestó la intención de comprar 36 supermercados Eroski, incluyendo el de Parque Principado. Fue una cláusula en el contrato de arrendamiento en la que se establecía que cualquiera de las partes podía rescindir el acuerdo con cuatro meses de antelación y su duración lo que hizo que la compañía francesa dudara sobre la compra, habiendo ya negociado que las condiciones de la plantilla serían las mismas.
Todo apuntaba que, lo que en ese momento ya se llamaba Intu Asturias, no tenía en sus planes de futuro tampoco al hipermercado. No había ninguna intención por los dueños de ese momento en renegociar la cláusula en cuestión ni ampliar la duración del contrato, lo que parecía no convencer a la compañía francesa. Además, según una declaración institucional del Ayuntamiento de ese momento, los problemas habían surgido ya cuando Carrefour intentó cambiar los rótulos de la superficie, una cuestión que los dueños de ese momento negaron.
Además, los trabajadores señalaron que existía un plan alternativo para las tiendas. Hubo incertidumbre, numerosas protestas, y, al final, la venta se vio truncada. Cinco años más tarde y con nuevos dueños (el grupo alemán ECE) se confirma que el hipermercado echa la persiana.
