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Blindan las viviendas sociales de Pumarabule contra ocupaciones

Los pisos de la Consejería de Derechos Sociales se construyeron para los vecinos con grietas en sus casas, pero siguen vacíos

Las viviendas sociales de Pumarabule, ayer, con las nuevas puertas de seguridad. | A. I.

Las nuevas viviendas sociales de Pumarabule, construidas para realojar a los vecinos que sufrieron grietas en sus antiguas casas de protección, han sido cerradas con puertas metálicas. La Consejería de Derechos Sociales apunta que se ha tomado la decisión por motivos de “seguridad”.

Por el momento, los pisos permanecen vacíos, a la espera de que se concrete su venta, ya sea a los afectados por los defectos en sus antiguas viviendas o a nuevos interesados.

Los portavoces de la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar, preguntados por la decisión de blindar las entradas a las viviendas, han señalado que “se han colocado varias puertas de refuerzo para garantizar la seguridad en los inmuebles”. De esta manera, la posibilidad de que personas ajenas puedan acceder al interior queda reducida al mínimo.

La historia de los nuevos pisos sociales de la barriada viene de lejos y ha estado plagada de problemas. Se optó por construirlos tiempo después de que los residentes en los antiguos bloques de protección sufrieran grietas severas que comprometían la seguridad. Los retrasos en la construcción de los nuevos pisos fueron una constante. La pandemia, el riesgo de un talud o ligeros problemas de filtraciones afectaron al ritmo de los trabajos, acabando de concluirse el pasado año. Los inconvenientes no han acabado. Vecinos que esperaban optar al realojo se quejan actualmente por el precio de los pisos y afirman que presenten ya grietas exteriores.

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