La otrora imponente Torre de Forfontía, en la parroquia sierense de La Carrera, languidece. Se deteriora cada vez más. Tanto, que ya se ha derrumbado en parte sin que haya dado la suficiente voz de alarma, aunque su estado entristece a vecinos que la conocieron en mejores tiempos, cuando el inmueble conservaba intacta toda su estructura. Se trata de una edificación situada cronológicamente a finales del siglo XVII según los datos de la ficha del Ayuntamiento de Siero y que fue incluida en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias en 2018, tal y como publicó el Boletín Oficial del Principado (BOPA) de 10 de julio de ese año.

La edificación está situada en una altura que domina la vista de Forfontía y es “una torre prismática a la que segregaron cuerpos de una crujía, uno posterior para cocina y escalera y otro lateral como pórtico de entrada y galería”, reza la descripción del bien patrimonial. En la fachada luce escudo de Argüelles, Trespalacios y Vigil. El escudo de Trespalacios, añade dicha descripción, “presenta leones rampantes y roleos y pudiera proceder de otro lugar”.

La construcción tiene “similitudes con la Torre de Vigil en Santa Eulalia”, si bien este edificio de Forfontía “presenta una mayor pobreza respecto al otro, aunque los rasgos de arquitectura hidalga se conservan en elementos como los escudos que presiden las fachadas norte”.

Estado de la Torre de Forfontía P. T.

Aunque sin la relevancia de otras construcciones rurales palaciegas sierenses, como la de Celles o Meres, ambas declaradas Bien de Interés Cultural (BIC), el hecho de haber sido incluida en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias sí le concede una grado de protección integral que, sin embargo, no ha supuesto que se pudiesen adoptar las medidas necesarias para su preservación.

Al igual que en otros casos, la propiedad es privada y, en ocasiones, las administraciones no llegan a tiempo o pasan décadas hasta que llega una solución para que el inmueble no llegue a una situación irreversible. Reciente es el anuncio de la compra del palacio de Celles por un particular al que se le presupone que rehabilitará el inmueble, aunque nada se ha dicho a anunciado hasta la fecha sobre tal posibilidad. Mejor suerte corrieron otras edificaciones como la Torre de Vigil, en Santa Eulalia, en un perfecto estado, o palacios como el de Lieres, Meres o Valdesoto, restaurados o en uso actualmente y por ello muy bien conservados.