“Van 25.000 espectadores en una cuarta parte de la gira”. Nacho González, más conocido como el Mago Nacho, mira las cifras y no se las acaba de creer. Él que empezó de niño “con un juego de magia Borrás” que le trajeron los Reyes después de ver su ilusión tras ser espectador en un show de magia, recorre ahora España y logra números difícilmente alcanzables para otro ilusionista nacional en la actualidad.
Es de la Pola y nunca ha querido irse, “por arraigo familiar” y eso que muchos le aconsejaban hacerlo. “Me decían que para triunfar tendría que mudarme a Madrid o Barcelona”. La sombra de la duda sobre su decisión de permanecer en su querida Pola, pesaba. Pero, tras la pandemia, “mi postura de ir poco a poco se ha confirmado como acertada”, afirma ahora.
Pasó González, mago de profesión –aunque en una vida previa fue soldador– de estar en casa haciendo vídeos para animar el confinamiento a lamentar la suspensión de espectáculos presenciales por las nuevas olas del coronavirus. Recuperó el pulso actuando en Asturias y, de repente, a sus 43 años, comenzaron a salir espectáculos fuera. “Empiezo proponiendo cuatro funciones, que se aceptan. Queríamos volver a estrenar el espectáculo ‘Abracadabra’ y al poco de empezar a moverlo, se vendieron muy rápido las entradas en Bilbao, Vitoria, Zamora y Palencia”, cuenta.
“Un subidón”
De repente, “un subidón”. Comenzaron a doblarle las sesiones en algunos espectáculos y se sumaron otras veinte fechas. El número de espectadores continuó disparándose y, ahora, ya son 92 ciudades y más de 120 actuaciones por toda España –incluidas las principales capitales, Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla, entre muchas otras– en las que enseñará su magia hasta el próximo 29 de enero de 2023. “En España magos o incluso algunos músicos no llegan a esa cifra de público”, celebra González, que no se quiere marcar un número completo para el total de la gira.
Ahora, el Mago Nacho se ve abocado a “coger la furgoneta” y preparar sus “montajes” –que el mismo elabora– durante los próximos meses. Lo afronta con gran ilusión y la compañía de sus dos compañeras permanentes de escenario, la actriz Isabel Marcos y la bailarina y coreografa Andi Bilba.
Con ellas se subirá a las tablas de teatros que le hacen una gran ilusión, como el recién recorrido de Almería –”donde hay el fantasma de una actriz a la que asesinó su marido en plena función”– o el de Pola de Siero, en el que pretende hacer una escala. “Gracias precisamente al apoyo de la gente que venía a vernos aquí, ahora tenemos esta posibilidad”, celebra el ilusionista sierense.
Él, que empezó de niño en esto de la magia, se ilusiona al ver a los jóvenes que acuden con su familia a los espectáculos y le dicen que quieren ser magos. También celebra compartir muchos momentos con sus hijos. “El mayor a veces decía que quería ser mago, pero ahora dice que quiere ser técnico de luces y venir conmigo”, explica.
Eso será en el futuro, pero, ahora, la magia polesa ya triunfa en España.
