Las antiguas instalaciones mineras de Solvay, en Lieres, luchan por tener una segunda vida. Y empiezan a darse pasos en ese camino: una empresa de servicios forestales, llamada “Timberfor S.L.”, ha pedido licencia para ubicar allí una oficina, un área de almacén y, en definitiva, “adecuar una parcela industrial para uso de carga y descarga de vehículos pesados con madera para fabricación de astilla para uso térmico”. La previsión de la compañía, según ha podido saber este periódico, es poder comenzar a funcionar a finales de este año si no hay contratiempos que puedan demorar los plazos.

“Timberfor S. L.” es una empresa fundada en Asturias, con amplia experiencia en el sector forestal y cuya sede está instalada, ahora mismo, en el polígono de Olloniego (Oviedo). Se encarga, concretamente, de suministrar madera para distintos sectores productivos, como el de la celulosa o el de la energía eléctrica. Sus productos tienen certificaciones europeas y el pasado año, en agosto, les fue concedida una subvención por parte de la Consejería de Medio Rural y Cohesión Territorial para la inversión en tecnologías forestales. Tienen la intención de poder estar instalados en Lieres a finales de este año, si todo va según lo previsto.

Desde que cerró el pozo Solvay, en el año 2001, se han buscado diferentes iniciativas para dotar de segunda vida al espacio de estas emblemáticas instalaciones mineras. Se han dado pasos administrativos para avanzar en ese objetivo. Por un lado, se ha firmado un convenio entre el Ayuntamiento y el Instituto de Desarrollo Económico del Principado de Asturias (Idepa), donde se recoge un proyecto para la creación de un vivero de empresas. El plazo límite que tiene para desarrollarse ese plan del vivero es hasta septiembre de 2023 y hay una inversión total de 750.000 euros prevista para ello. Además, se contrató una asesoría para que realizase el proyecto.

No obstante, el planteamiento de tratar de revitalizar la actividad económica en Lieres ya lleva muchos años sobre la mesa. Hubo un proyecto de instalación de una planta de biomasa, por parte de Hunosa, cuya obra se adjudicó en julio de 2016. Pero tras cambios en la presidencia de Hunosa se aplazó su puesta en marcha de manera indefinida.

Operaciones truncadas

Hubo más operaciones truncadas de empresas que iban a instalarse en el polígono. Se hicieron varios intentos desde el equipo de gobierno local de Siero de atraer empresas a esa zona, pero es una “cuestión compleja”.

“No es fácil por la ubicación del polígono, pero tampoco por el suelo disponible y la configuración de las parcelas”, explican fuentes municipales. Hubo alguna propuesta “muy avanzada”, pero se echaron para atrás, precisamente por esa segunda razón, añaden las mismas fuentes.

La dificultad para la atracción de empresas también tiene mucho que ver con la ubicación. A diferencia de otros polígonos en Siero, que destacan por sus buenas comunicaciones, este está más alejado de las redes viarias principales. Un estudio elaborado precisamente por el Principado recoge que la carretera Nacional 634 entre Lieres y Arriondas “presenta tramos con características geométricas deficientes, con numerosos problemas de seguridad vial, y un escenario de accidentes mortales.

El cierre del Pozo Siero, última denominación que recibió la explotación, hizo que en estos últimos veinte años la población de la parroquia de Lieres descendiese mucho. En el año 2001 tenía 1.549 habitantes frente a los 1.183 que registró el año pasado, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Estas cifras indican una caída del 23,62 por ciento de su población en el citado periodo.

Esta sangría demográfica ha supuesto para la localidad, a lo largo de los años, el cierre de comercios, bajada de alumnos en el colegio y una población cada vez más envejecida que espera que Solvay y el Pozo Siero resurjan y tengan una segunda oportunidad.