“Recorrió más de medio mundo para reafirmarse en que Asturias era la región más guapa. Disfrutaba viajando y así se lo inculcó a nuestra hija”. De esta forma se expresó este jueves Fina Gil, viuda de Fernando Fueyo, el pediatra de la Pola durante más de treinta años, en la intervención que hizo durante el funeral para agradecer el apoyo prestado durante la enfermedad que le acabaría costando la vida a los 71 años de edad.
Gil habló, sobre todo, de la pasión de su marido por la vida y la naturaleza, de cómo le gustaba compartir historias y conocer cada recoveco de las montañas, especialmente de sus queridos Picos de Europa. Su recuerdo de hombre bueno queda patente en los miles de polesos a los que atendió. En la tarde del jueves muchos de ellos le rindieron homenaje en la iglesia de San Pedro. “Muchos de los que estáis aquí fuisteis pacientes suyos y luego le llevasteis a vuestros hijos”, dijo el párroco, Sergio Márquez.
Asistieron al oficio religioso compañeros de profesión y los que se iban con él de aventuras por la montaña. A la puerta del templo lo recordaban dos amigos, Silvino Fernández y Alfonso García, éste último compañero en la agrupación de montaña Picu Fario. “No solo andaba, sino que también salíamos en bici”, rememoró García. También Fina Gil recordó su pasión por la montaña y agradeció a todos los amigos y compañeros sanitarios que estuvieron a su lado en “esa etapa tan difícil” de la enfermedad y que intentaran sobrellevar todo “con normalidad”. “Fernando se ha ido en paz. Sintiéndose querido y acompañado hasta el final”, concluyó.
