La obra de Amazon sigue en marcha, pero con menos brío, más “al ralentí”, según fuentes consultadas por este periódico, debido a la escasez de algunos materiales necesarios para la construcción del complejo por los paros del transporte. Aunque los trabajos están muy avanzados, una visita a la zona permitía ayer comprobar que el flujo de tráfico pesado en el área era casi inexistente y también que el movimiento de operarios era inferior a otras jornadas.
En la parcela en la que está ya levantada la nave y paneladas todas las fachadas a excepción de un pequeño hueco en uno de los extremos se veían ayer menos trabajadores, máquinas paradas y menor afluencia de tráfico accediendo al área del polígono.
Las obras de las multinacional de la logística hasta llegar a este punto se han desarrollado a una velocidad que impresiona: la estructura exterior y todas las fachadas estaban listas en menos de un año pese a las magnitudes del edificio. Es un gigante de 23 metros de altura, de forma rectangular y cuenta con 316,26 metros de largo y 178,61 de ancho. Sobre la superficie que ocupa podrían habilitarse nueve campos de fútbol, por poner un ejemplo que permita hacerse una idea de su tamaño.
Amazon realiza una inversión de más de 100 millones de euros para construir su centro de Bobes, que dará servicio a toda la zona Noroeste de España y a Portugal. Cuando se ponga en marcha el gran complejo logístico, en una fase inicial de funcionamiento creará más de un millar de empleos. Responsables municipales prevén que la cifra sea incluso superior a esta.
En principio, se barajaba el verano de este año para finalizar las obras, aunque, según avanzaron algunas fuentes conocedoras de la operación hace ya algunas semanas, es posible que ese plazo sea muy ajustado.
