Nerea Monroy ya es, además de la vicesecretaria de UGT en Asturias, la primera mujer que preside una sociedad de caza en la región, concretamente la de Siero y Noreña. Todo un hito en una actividad en la que, según reconoce, “la mujeres somos muy pocas” y a la que cree que “hace falta atraer a la juventud y a más chicas”. Y es que Monroy ha constatado que, a día de hoy, “no existe relevo generacional en los cotos”.

Monroy empezó en el año 2007, gracias a la invitación de su suegro, cazador que un día la animó a ir al monte. “Me gustó mucho y me pareció muy fácil, creía que era algo mucho más complicado, así que me saqué la licencia y empecé a ir con la cuadrilla”, explica. Hace cinco años, además, también empezó a ir de montera con los perros. “Ahí si que casi no hay mujeres”, bromea antes de señalar que “jamás me han tratado diferente por ser chica, siempre he sido una más en la cuadrilla”.

De hecho, ha sido elegida por unanimidad como nueva presidenta de la sociedad de Siero y Noreña, con José Enrique García como vicepresidente, Marco Antonio Casas de secretario y Esteban Fernández en labores de tesorero.

El primer objetivo de la junta directiva es ponerse a trabajar inmediatamente con el fin de tramitar la documentación necesaria para la adjudicación definitiva del coto, ya que, en la actualidad, se encuentra con una adjudicación provisional. También se trabajará en convocar cuanto antes una asamblea general de socios y socias, con el fin de trasladar la información lo más actualizada posible de la situación de la sociedad.

Nerea Monroy liderará un colectivo con 440 socios de los que sólo cinco son mujeres. “Se nota que cada vez hay más interés en este mundo, ni somos criminales ni asesinos de animales, más bien al contrario, jugamos un importante papel en el control de las especies en el mundo rural”, apunta. Monroy asegura sentirse “especialmente emocionada” por ser la primera mujer en dirigir la sociedad y la primera en Asturias, pero también lo asume con una gran responsabilidad. “Hay que hacer ver a la sociedad que la caza es algo bueno, aportamos mucho fiscalmente, damos trabajo y tiramos de otros sectores. Es necesario un equilibrio”, concluye.