Pocos retos más ambiciosos puede haber ahora mismo en el fútbol asturiano que tratar de devolver al Siero a un lugar más acorde con su historia y con la población a la que representa. El equipo de la Pola ha encadenado dos descensos seguidos y la próxima temporada jugará en Primera Regional, una categoría amateur lejos de la Segunda B en la que llegó a militar a principios de este siglo.

El encargado de llevar al Siero a revivir glorias pasadas es el entrenador Alejandro Robles Feijoo, hijo del histórico Roberto Robles, un clásico del fútbol asturiano que llegó a dirigir al Siero en 1989; y hermano de otro entrenador importante, Roberto Robles, que estuvo al frente del Real Oviedo y que la pasada temporada se hizo cargo del Langreo, de Segunda RFEF, equipo al que seguirá entrenando el próximo curso.

"La pasada temporada estuve en la Gimnástica Segoviana como entrenador auxiliar y analista del primer equipo, en Segunda RFEF; hace unos años, cuando me marché del Veriña, me llamó Miguel Pérez Cuesta (Michu, exfutbolista y director deportivo del Burgos) y estuve dos años en el Burgos, ahora podía haber renovado en Segovia pero quería estar cerca de mi hermano después de haber pasado muchos años fuera, con una pandemia por medio", explica Alejandro Robles, nuevo entrenador del Siero.

El nuevo técnico de los sierenses quiere conjugar la humildad con la ambición. Por eso advierte de que están donde están y de que tendrán 17 rivales a los que respetar y que les pondrán las cosas difíciles. Eso no quiere decir que, mirando a largo plazo, el deseo de subir escalones no esté presente: "Tengo claro que el Siero está en el top 10 de equipos asturianos por historia, por haber estado en Segunda B, por los puestos que obtuvo en Tercera; en los dos últimos años ha bajado dos veces y ha pasado de Tercera a Primera Regional, lo que significa estar en una categoría amateur, donde se reducen los entrenamientos, pero vamos con la misma ilusión, la intención de ir recuperando nuestro sitio a medio y largo plazo, tenemos que estar mínimo en Preferente y creo que en Tercera; tenemos un gran campo (El Bayu), para mi un estadio y por qué no aspirar alguna vez a estar en Segunda RFEF, tenemos espejos en los que mirarnos como el Marino de Luanco o el Lealtad de Villaviciosa". Un montón de objetivos que pasan por ser conscientes de dónde están ahora: "Lógicamente ahora el presente es Primera Regional, los domingos no juega la historia y hay 17 rivales que nos lo van a poner difícil".

La prioridad de Alejandro Robles en estos momentos es confeccionar una plantilla que le permita estar entre los aspirantes al ascenso. Una de las últimas incorporaciones que ha hecho ha sido la de Gonzalo Acosta Barboza, procedente del Tuilla, de Tercera División, y al que entrenó cuando era canterano. "Aunque los ingresos del club son reducidos, la gente se está entusiasmando, el boca a boca está funcionando y, además, el del Siero es un vestuario muy querido en el fútbol asturiano, Gonzalo jugó más de 30 partidos la pasada temporada en Tercera y se ha venido al Siero". El perfil que busca Robles para su equipo es el de "gente con hambre, que tenga sentimiento de pertenencia al pueblo y a Siero", explica. También quiere una plantilla joven y de momento así la está confeccionando: "Queremos dar un giro a las edades de la plantilla, que esté entre 23 y 25 años de media".

Otra de las intenciones de Alejandro Robles es tener a jugadores juveniles del Romanón, club de cantera al que está vinculado el Siero, entrenándose con el primer equipo. Y es que el referente que suponen los canteranos de Siero en el fútbol asturiano es otro de los detalles que Robles tiene en cuenta: "Dani Díaz, jugador del Sporting en los '90; Javi Fuego, Javi Venta, Valbuena", cita el entrenador del Siero. Y es que si de algo ha escuchado hablar Alejandro en casa es del fútbol asturiano: "En nuestra casa se habla de muchas cosas, pero de fútbol constantemente". Junto a él tendrá echándole una mano a Iván Fuente Noval, con el que se cierra el círculo: "El jugó en el Siero con mi padre y tiene un gran recuerdo de esa época". Y es que el Siero quiere que la fuerza de su pasado, de su historia, le ayude a ganarse un mejor futuro.