Todo comenzó cuando los vecinos de Muñó (Siero) se empeñaron en evitar que las escaleras de las antiguas escuelas de la parroquia se tiraran. Un tiempo después, esa reivindicación para proteger un espacio emblemático de la localidad ha dado como fruto un libro compuesto por entrevistas y fotografías que, partiendo de esas escaleras en las que se solían retratar los vecinos de Muñó en las ocasiones más especiales, se ha ido convirtiendo en un documento que fija la historia de un pueblo y de las gentes que lo han habitado desde hace más de un siglo a esta parte.

Detalle del libro «Muñó y sus gentes». | A. L.

La presentación de “Muñó y sus gentes” se hizo, como no podía ser de otra forma, en el edificio de las escuelas, que se llenó de parroquianos que quería asistir al acto y disfrutar después de las historias de muchas de las personas mayores de la localidad que se acercaron para hacerse con uno de los ejemplares y para compartir sus recuerdos de la infancia.

Detalle de un ejercicio de redacción de 1941 de Maruja Vigardu. | A. L.

El principal responsable de que se haya hecho realidad este libro, Vidal González Hevia, presidente de la Asociación Escuelas de Muñó ASECEVI, creada en 2021, estuvo acompañado por dos personas vinculadas a la parroquia y que le ayudaron con la presentación, el popular cantante Goyo Suárez Hevia y el psicólogo Miguel Silveira Fernández.

una boda de 1955. | Imágenes reproducidas del libro «Muñó y sus gentes»

Este último agradeció a Vidal González el esfuerzo realizado para que los vecinos más mayores tengan un documento que les permita rememorar el pasado que vivieron y los más jóvenes uno con el que no se olvidará la historia local. “Los niños quieren que el futuro llegue pronto pero cuando pasan sesenta años lo que queremos es recuperar nuestra memoria, revivir dónde estuvimos en nuestra juventud”, dijo. También habló del que fuera impulsor de esta escuela, Cesáreo Vigil Cortina, un emigrante que vivió en Cuba y Nueva York, que hizo fortuna y que, a sus 64 años, se acordó de su pueblo, Muñó, y lo mejoró construyendo una escuela que fue entonces pionera: “Hizo un gran esfuerzo no solo para edificar estas escuelas, sino también para hacer las casas de los maestros”, explicó el psicólogo.

Carmen de la Peña y Felicita Barbales. | Imágenes reproducidas del libro «Muñó y sus gentes»

Más adelante, durante su intervención, el propio Vidal González explicó que esta escuela, inaugurada en 1906, “fue la primera que hubo en Siero” y señaló que es prácticamente seguro que el arquitecto que las construyó fuera el popular Juan Miguel de la Guardia, responsable de edificios tan populares como la casa de Villa Magdalena, en Oviedo.

Niños de comunión. | Imágenes reproducidas del libro «Muñó y sus gentes»

Miguel Silveira también destacó la amplitud del volumen, con 460 fotografías, y, sobre todo, “el esfuerzo por poner todos los nombres de las miles de personas que aparecen”, lo que permite “recorrer la historia de Muñó en el último siglo”. Y es que, añadió Silveira, “gracias a este libro Muñó entra en la historia”. Goyo Suárez, por su parte, aseveró que el volumen está lleno de “historias bonitas”, y lo calificó como “una obra excepcional”, “una joya” que ha hecho posible Vidal González “dedicando sus horas fuera del trabajo”.

Niñas en las escuelas, en 1952. | Imágenes reproducidas del libro «Muñó y sus gentes»

Vidal González, algo emocionado al verse acompañado por buena parte de los vecinos, hizo una reivindicación de la importancia que tiene mantener la vida de los pueblos, la buena vecindad entre la gente, en este caso de Muñó: “El objetivo es que la gente se reencuentre, que esté unida, lo que tenemos en común es que somos de Muñó”, dijo. González hizo mención a los inicios de todo, cuando “un grupo de vecinos entendimos que no había que tirar las escaleras de las escuelas”, cerradas desde 1982. Una vez que “no se tiraron”, González sintió que tenía que “devolver ese apoyo”.

La familia de los Ablanos: «Engracia y Manolo los Ablanos, Leonides y Manolo, delante Merce y su abuela Encarna, Mari y José Manuel en el cuello de su abuelo Sabino», según la descripción del libro. | Imágenes reproducidas del libro «Muñó y sus gentes»

A ese llamamiento a mantener la vida vecinal que realizó el autor le siguió una reivindicación para que Siero y Asturias miren más para la zona rural: “El campo se muere, los pueblos se mueren y Siero, como Asturias y como España, son rurales; hay que volcarse con la gente que invierte y abre un negocio en la zona rural como si fueran una multinacional”, dijo. González defendió también que se consuman “productos de origen” como una forma ecológica de alimentarse y como una de las posibles soluciones para dar vida a estos pueblos que, como reivindica en el libro, tienen un montón de historias por contar.

El libro presentado ayer se divide en diez capítulos, además de una introducción y un prólogo, que comienzan con esas “fotografías en la escalera” con las que se inició el proyecto, siguen con las “fotografías en el campu la iglesia, imágenes de las comuniones, más fotografías y más fotografías...”. Hay asimismo un capítulo dedicado a Cesáreo Vigil Cortina, otro a hablar de las propias escuelas de Muñó, para seguir con los “relatos de nuestros mayores”, “otras curiosidades”, “Muñó hoy” y un final en el que están las notas personales del autor. Todo un refresco de unos tiempos que pasaron pero cuyo rastro aún se puede intuir al final de una escalera y en la unidad vecinal.