Xuan Calderón se llevó una enorme alegría al cruzar en primera posición la línea de meta de la Traveserina y proclamarse así campeón de Asturias de ultradistancia. Aunque, más allá de ese título, lo que más satisfacción le dio fue ganar en un lugar como Arenas de Cabrales, donde pasa buena parte de su tiempo y donde el sierense ha hecho buenas amistades: "Tengo una autocaravana y muchas veces nos quedamos allí, incluso trabajé algún verano en Cabrales y me llevó muy bien con la gente de Arenas", explica el de Pola de Siero.

A este deportista le importa menos la distancia que el escenario: "Corro carreras de montaña de todas las distancias, me gustan ese tipo de recorridos", dice. Antes de dedicarse a correr, Calderón jugó al fútbol en varios equipos de categoría Regional del concejo: "Ya tenía 31 años, me gustaba correr, veía que las dos cosas no las podía llevar y tenía amigos que hacían este tipo de carreras, me animaron y dejé el fútbol". Eso fue en 2012 y desde entonces ha logrado algunos resultados que demuestran que su decisión fue un acierto: "En 2018 quedé campeón de Asturias de ultradistancia en Nembra en una distancia de 55 kilómetros, ya fui segundo en la Traveserina en 2019 y ahora conseguí ganar en la última edición", explica. Aun así, asegura que suele quedarse con la miel en los labios: "Siempre estoy arriba pero acabo rozando el palo, esta vez la Traveserina la tenía marcada y la preparé bien".

Calderón, que corre con el equipo del Grupo de Montaña Muevete Moscón, de Grado, invirtió 5 horas, 8 minutos y 33 segundos en recorrer los 46 kilómetros de la Traveserina, una espectacular prueba que tiene como escenario privilegiado los Picos de Europa, en la que hay que superar un desnivel positivo 3.160 metros. Para preparar esta carrera, el de Pola de Siero se entrena corriendo entre 80 y 100 kilómetros todas las semanas. Lo hace cuando tiene un hueco en su trabajo en un tienda de electrodomésticos en la Pola: "La hora de salir depende del trabajo, suelo entrenarme seis días a la semana y lo habitual es meter más carga los fines de semana". En la Pola tiene pocas montañas para salir y por eso se entrena en circuitos urbanos, dejando los entrenamientos más específicos para los fines de semana.

El próximo le tocará competir, ya que participará en una prueba de la Copa de España que se disputará en la estación de esquí Sierra de Bejar, en la Covatilla (Salamanca): "El nivel será alto, no tanto como en el campeonato de España, pero habrá nueve o diez corredores de mucho nivel y presta enfrentarse a esa gente, aunque te ganen", dice sobre ese próximo reto. Ya en la Traveserina tuvo que aplicarse a fondo contra Igor Prieto, el segundo clasificado: "Estuvimos mano a mano casi toda la carrera", dice. Al final le sacó un poco más de un minuto.

Otro de los retos que se guarda para el futuro es el de correr la Travesera, la prueba grande, que se disputa sobre 74 kilómetros y tiene 13.145 metros de desniveles acumulados. "A medio plazo sí me lo planteo, pero exige una preparación específica muy grande y durante muchos meses; necesita de mucha montaña y te supedita a centrarte solo en esa carrera, además tiene un periodo de recuperación largo", explica.