El Carmín, celebrado este pasado lunes, deja un buen balance. Ha sido el año con menos intervenciones sanitarias y se cumplió en cierta medida el llamamiento que hizo la Sociedad de Festejos de Pola de Siero para que los romeros recogiesen la basura, para lo que dispusieron cientos de contenedores en los praos de La Sobatiella. Solo hay que lamentar dos hogueras que se prendieron a última hora de la tarde que, sin peligro de que se iniciase un fuego, generaron un momento de conflicto, pues los jóvenes allí congregados lanzaron botellazos a los efectivos de Protección Civil. Por ello, se determinó que "si los fuegos no iban a más se apagasen solos porque el ambiente era muy hostil y meter allí a fuerzas de seguridad iba a conllevar una situación bastante peor", explicó ayer el concejal de Seguridad Ciudadana, Víctor Villa.

En lo que respecta a intervenciones sanitarias, que venían alcanzando el centenar en los últimos años, en esta edición han estado por debajo de esa cifra. "El mejor año de la historia" a este respecto, asegura Villa, que detalla que el número es "una cuarta parte menos" de lo habitual.

En total se produjeron 46 intervenciones de las que 19 fueron por cortes, hubo cuatro personas que sufrieron quemaduras, ocho con intoxicación etílica y otras quince actuaciones por contusiones, esguinces o alergias, entre otros casos. La mayoría fueron atendidos en el hospitalillo de Cruz Roja y solo cuatro casos tuvieron que ser derivados al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). En concreto, hubo dos traslados a urgencias por cortes, otro por una quemadura al quedarse los plásticos de la hoguera pegados a la piel y, el último, por una luxación de hombro. "Ninguno de los cortes fue en los pies, que fue uno de los mensajes que habíamos trasladado, que se fuese con zapato cerrado, y caló bastante bien porque la gente acudió atendiendo a esa recomendación".

En cuanto a las hogueras, que se hicieron en la parte baja de los praos donde se concentra principalmente la gente joven, se vivieron momentos de mucha tensión. "Protección Civil intentó apagarlos pero como ya la noche iba avanzada y el alcohol estaba presente tuvieron problemas de botellazos", detalla Villa.

Los polesos dan ejemplo

Además de reducir el número de intervenciones, en la romería se ha conseguido que los asistentes dejasen los praos como los encontraron, es decir, limpios. Fue uno de los puntos en los que más insistió la Sociedad de Festejos a lo largo de la pasada semana con el objetivo de reducir el impacto ambiental y favorecer las labores de limpieza, que comenzaron ayer.

A primera hora de ayer, La Sobatiella lucía más recogida y con los contenedores llenos de basura en la zona donde se suelen poner los polesos con sus cenadores. No así en la parte donde se ubican los asistentes que llegan de otras zonas, principalmente jóvenes. El equipo de limpieza se encontró algunas estaciones de recogida de basura completamente vacías. Mientras, las botellas y plásticos formaban una alfombra en el suelo. "Parece que la gente de la Pola cumplió más, habrá casos, pero esa zona estaba más limpia", apreciaron ayer miembros de la Sociedad de Festejos que participaron en las tareas.

Los trabajos continúan hoy para dejar La Sobatiella sin restos de la romería. Con un rastrillo en mano estaba Alejandro Rodríguez como parte del personal de retirada de basura: "Hay mucho trabajo, sobre todo en la parte de abajo, que dejaron toda la porquería tirada, no se molestaron en llevarlo al contenedor y eso que los tenían cerca", apuntó.

También en la villa los servicios de limpieza y recogida de basura del Ayuntamiento de Siero retiraron más de siete toneladas de basura entre la zona de Les Campes, la calle Florencio Rodríguez en el tramo del parque, y las calles Celleruelo y Pedro Vigil, así como los viales peatonales del centro del casco urbano.