"El Matador", el capo que operaba desde Siero, vinculado con los asesinos de un ovetense de 28 años en Cali

La banda paramilitar Los Rastrojos asesinó a Sergio Muñiz, un crimen que hizo caer a una red de tráfico gallego-asturiana con veinte detenidos

Intervenidos 2600 kilos de cocaína a una peligrosa organización criminal

Policía Nacional

Luis Ángel Vega

Luis Ángel Vega

El orensano Carlos García Morales, alias "El Matador", líder de la red que pretendía introducir 2.600 kilos de cocaína detenido en una nave de Naón, en Siero, cuando iba a recoger en una autocaravana un total de 600 kilos de esa droga guardados en una nave que albergaba un auténtico arsenal de guerra, formaba parte de una red gallega relacionada con la banda paramilitar y narcotraficante colombiana de Los Rastrojos, también con otro grupo de delincuentes, La Oficina, y con la Camorra napolitana.

Uno de lo líderes de Los Rastrojos es responsable del asesinato de un joven ovetense de 28 años, Sergio Muñiz Brioso, cuyo cadáver fue hallado con cinco disparos en un monte de Corinto, en la región colombiana del Cauca, cerca de la ciudad de Cali –conocida por su relación con el narcotráfico–, a finales de agosto de 2013. El joven había sido secuestrado dos meses atrás y su familia sufrió un desesperante proceso de negociación con los autores del secuestro.

Este crimen llevó a la desarticulación de una red astur-gallega de tráfico de drogas que habría ordenado desde Asturias el asesinato de Sergio Muñiz. Todo se trataba, al parecer, de un ajuste de cuentas.

La secuencia se inició el 7 de junio de 2013. Enrique Muñiz y Lourdes Brioso, padres de Sergio, recibieron un mensaje en el móvil de un amigo de su hijo. "Me han retenido y me piden un millón; si no, me matan", aseguraba el joven, que había viajado a Colombia para encontrarse, al parecer, con dos amigos colombianos. El grupo salió la mañana del segundo día de estancia de Sergio en Colombia de la habitación 201 del hotel San Marcos de Cali, donde se hospedaba. Nunca regresó.

operación espeto droga siero

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Asesinado por un terrorista

Con los ojos vendados, el pasaporte al lado y ejecutado de cinco tiros, dos en el cráneo y tres en los hombros. Así encontraron a finales de agosto de 2013 a Sergio Muñiz. El presunto asesino del joven ovetense, Diego Fernando Tabares, alias Lucho –al que se le atribuye también un atentado en la capital colombiana, Bogotá, contra el exministro de Interior, Fernando Londoño–, murió en un tiroteo cuando evitaba ser detenido. La negociación del rescate del español arrancó con un millón de euros, después bajó a 500.000 y más tarde a 200.000. El cruce de mensajes saltó por los aires dos meses y medio después. El cuerpo del joven apareció entonces acribillado. La policía colombiana barajó inicialmente que el secuestro del asturiano se ordenó desde Oviedo en el contexto de un ajuste de cuentas entre traficantes de droga. Y el fiscal colombiano Eloy Gabriel Prada señaló en septiembre de 2014 a los miembros de las FARC como "coautores" del asesinato. Pero, finalmente, fue señalado el grupo Los Rastrojos como el principal responsable.

Uno de los primeros contactos telefónicos que estableció Lourdes Brioso, madre de Sergio, fue con un empresario venezolano llamado Juan. Este hombre se presentó como un antiguo rehén de "Los Rastrojos" que había coincidido durante un mes con el asturiano en la choza de los paramilitares.

La Policía Nacional española restó credibilidad a este testimonio al entender que podía tratarse de un estafador. La familia de Sergio Muñiz, sin embargo, avaló su relato tras consultar con agentes colombianos, según fuentes próximas a la investigación. Juan informó a los padres de Sergio Muñiz de que su hijo y sus dos amigos colombianos habían caído en las garras del sexto frente de las FARC y sugirió al matrimonio negociar su liberación a través de un interlocutor en Cuba en el marco del proceso de paz del Gobierno de Colombia con la guerrilla.

Los Rastrojos nunca se comunicaron directamente con la familia asturiana. Sin embargo, sí dejaron a Sergio Muñiz llamar a sus padres al menos en tres ocasiones, según un informe de la Policía Nacional. La madre contactó a finales de julio de 2013 con los investigadores colombianos. El Gaula, la unidad de élite especializada en casos de secuestros y extorsiones, asumió el caso.

El Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional investigó el caso Muñiz. Este tribunal envió una petición de auxilio judicial a Colombia para conocer las pesquisas.

Los documentos policiales colombianos revelan también que la banda Los Rastrojos concebía el secuestro como una industria. Una semana después del asesinato del asturiano, el grupo paramilitar ya planeaba hacerse con otro rehén para compensar el dinero que no ingresó con el español.

"El Matador", el presunto narco detenido en Siero, en estaba considerado un estrecho colaborador de José Manuel Vila Sieira, "El Presidente", encausado en la "operación Temple", que confesó ante el juez Garzón que guardaba cinco toneladas de cocaína en A Pobra de Caramiñal. Durante esa operación se incautaron 14 toneladas de coca.

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Según la Policía, Carlos García Morales estaría relacionado no solo con la banda paramilitar de narcos de Los Rastrojos, sino también con La Oficina y con la sangrienta Camorra napolitana.

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