El Mago Nacho, historia del poleso que llena los teatros de España y que lleva ya dos décadas sobre los escenarios

El espectáculo “The Magic Show” cuenta más de 160 fechas de funciones a las que se suman tres en uno de los circos más grandes y antiguos de Europa, el Raluy

Desde noviembre de 2021, el Mago Nacho no ha parado de girar. Su espectáculo “The Magic Show” llena los teatros de España con más de 160 fechas a las que suma tres funciones en uno de los circos más grandes y antiguos de Europa, Circo Raluy. Más de 100.000 personas han disfrutado ya del número de este mago de Pola de Siero que conquista con una técnica depurada, en la que hay guiños a sus referentes en el mundo de la magia como Juan Tamariz o Pepe Carrol y en la que deja propia huella mezclando su arte con otras expresiones como la danza, la música y el teatro.

“Nunca había hecho una gira tan grande y es un reto continuo que se soluciona semana a semana”, comenta el Mago Nacho. “The Magic Show”, en el que trabajan las actrices Paula Mata e Isabel Marcos, es un espectáculo familiar “de grandes ilusiones con clásicos de la magia revisados como el número de la mujer serrada. Es magia clásica revolucionada”, explica mientras descansa en la Pola para volver el día 26 a los escenarios.

La afición del Mago Nacho por la magia surge a temprana edad, marcada por los magos que salían por la televisión en programas como “La Bola de Cristal” o “Un, dos, tres”. “Vino Juan Tamariz al Campoamor y no me llevaron, fue mi primera gran frustración”, recuerda con gracia. Por aquel tiempo aprendió sus primeros trucos con una caja de magia que pidió por Reyes Magos. “De aquella solo había tres juegos que recuerde: Magia Borras, Mundo Mágico de Tamariz y Mágic Andreu, no era como ahora que muchísimos donde elegir”.

Todo comenzó como un juego. Pero adentrarse en el mundo de la magia a la edad de cinco años y comprobar que detrás había técnica y trucos “fue una desilusión porque como niño pequeño que era creía en la magia pura y cuando leía los librillos, que decían ‘pon la mano así y los dedos asá’ fue una decepción”. Pero la magia ya había entrado en la vida del Mago Nacho. Para siempre. Fue viendo una película del Oeste, de la que no recuerda el título, pero se le quedó grabada una escena: “Salía un trilero con el truco de las cascarillas y las nueces y yo, ‘¡ostras! ¡Cómo mola!’. Tengo hasta el tecnicolor metido en la cabeza”, dice.

Desempolvó los juegos de magia guardados en el armario y se puso a practicar. “Lo primero fueron los cubiletes para engañar a mis padres con ‘¿dónde está la bolita?’ y ya me puse también con las cartas y diferentes cosas”. Lo que había comenzado como un juego, en la adolescencia se convirtió en auténtica pasión. Llega a sus manos el libro de Pepe Carrol y empieza a pulir la técnica. “Nunca supe que quería ser mago, a día de hoy no lo sé, de aquella tenía un grupo de música, “Cultura Clandestina”, y a los ‘veintipocos’ me pregunto qué quiero hacer con mi vida y, ahí, sí me dio muy fuerte otra vez por la magia pero ya como una forma de arte”.

Es el momento en el que desarrolla su propio estilo con su propia estética y mundo interior. Y desde ese día no ha dejado de evolucionar. “Mi estilo está en continuo cambio, pero soy muy ‘tamariciano’ y de Carrol. No lo puedo negar y es algo que está en mí, les hago guiños en cada actuación como una forma de agradecimiento”. No se conforma con una sola técnica y asegura que está siempre investigando y estudiando la magia, aunque en sus espectáculos no falta nunca el humor, “muy blanco”, detalla. “Otros magos me dicen que la humildad que tengo en el escenario es lo que me hace triunfar y que la gente venga a verme, es una especie de humildad y timidez. Y eso se transmite en el escenario, no hay cuarta pared como en el teatro y desde el minuto uno estamos unidos el espectador y yo”.

Lleva más de 20 años como mago profesional y en estas dos décadas de carrera ha combinado la magia con otras artes escénicas “buscando otras formas de expresión para que se enriquezca el espectáculo”.

Y con esa forma de trabajar se ha metido al público en el bolsillo, montando la gira más grande de su carrera por los mejores escenarios del país, acumulando grandes recuerdos y muchas anécdotas al tiempo que reivindica que se puede triunfar desde casa. De la Pola al mundo: “Me negué a vivir en Madrid, todo el mundo me decía que si iba a Madrid era mejor, pero yo quiero vivir en Asturias y quiero criar aquí a mis dos hijos y con esta gira se demuestra que desde aquí se puede hacer”.