Darío Rodríguez Mayo, maestro en Lieres que padeció cáncer a los 17 años y se curó: "El día que volví a correr fue el más feliz de mi vida"

El profesor ofreció su testimonio como enfermo a los estudiantes y familias del colegio de la localidad sierense

Darío Rodríguez Mayo en la charla en el colegio público de Lieres.

Darío Rodríguez Mayo en la charla en el colegio público de Lieres. / Sara Arias

Darío Rodríguez Mayo, maestro del colegio público "Xentiquina" de Lieres, en Siero, ofreció este miércoles en el centro educativo su testimonio personal tras haber padecido un cáncer con 17 años. Lo hizo con motivo del Día Internacional del Cáncer Infantil, en el que detalló cómo enfrenta un adolescente la enfermedad, qué necesidades tienen a esas edades quienes la sufren y también dio cuenta de los proyectos solidarios en los que participa como "Prueba con una sonrisa", iniciativa con la que ofrece charlas en centros educativos.

"Con el cáncer tuve que madurar en días, pasé de ser un adolescente a un adulto, recuerdo que cuando hicimos la PAU (prueba de acceso a la universidad) estaban todos temblando de nervios y yo allí tan pancho, esta enfermedad te enseña a priorizar y valorar", dijo. Un salto de la infancia a la vida adulta en el que descubrió que un joven enfermo de cáncer tiene sus propias necesidades durante el período de operación, tratamiento y recuperación que debe enfrentar y que estas son distintas a los niños o los adultos.

En su opinión, es necesaria una planta específica para adolescentes en esta situación. "No tenía nada que ver con los niños que veían 'Dora la exploradora', pero tampoco con la gente de 80 años, los adolescentes necesitan otro tipo de atención distinta", afirma. En ese sentido, explica que los jóvenes, aunque menores, ya tienen la capacidad de comprender la enfermedad de una manera diferente a cómo la viven los niños. De ahí que considere clave que la información médica sea transparente: "Se lo cuentan a tus padres, te lo cuentan después y desconfías si te están diciendo la verdad o falta algo".

Rodríguez también trató un asunto "muy importante" durante la charla, como la información sobre los efectos secundarios de los tratamientos contra el cáncer. Y puso como ejemplo que, en algunos casos, los jóvenes pierden fertilidad durante el proceso y, por ello, considera relevante que se les dé información sobre las posibilidades para congelar óvulos o esperma antes de someterse a las terapias de quimio o radio.

Para el joven maestro, que es natural de Calleras (Tineo), también es necesario crear un registro específico de los casos de cáncer en adolescentes ya que en la actualidad los jóvenes engrosan las listas generales. También estima oportuno favorecer ensayos clínicos dirigidos a este tramo de edad. Una manera de conocer mejor cómo afecta el cáncer a los adolescentes y poder avanzar en la curación de los más jóvenes.

Rodríguez destacó la admirable labor de la sanidad pública, de la que se siente "muy orgulloso", y abogó por humanizar más este ámbito para que los pacientes oncológicos y de todo tipo sientan que son más que un número de historia de un caso clínico. "Esto vale para cualquier aspecto de la vida", aseguró.

El maestro tinetense también explicó cómo asumió el diagnóstico y desde el primer momento tomó el consejo del médico de mantener un ánimo positivo durante todo el proceso. Y destacó la importancia del deporte. De hecho, antes de terminar la terapia ya se puso a ello: "El día que volví a correr fue el más feliz de vida". Y sus piernas le han llevado ya a terminar un maratón. Fue en Sevilla como miembro de la iniciativa solidaria "Cinco maratones, cinco ciudades, un objetivo" de la Asociación Española de Adolescentes y Jóvenes Adultos con Cáncer, a la que apoya con conferencias.

La charla que ofreció en Lieres fue todo un éxito, con familias y alumnos escuchando el duro pero a la vez optimista testimonio de Rodríguez. Además, los profesores realizaron un donativo de 150 euros para la investigación a través de "Prueba con una sonrisa", que lo entregará a las asociaciones que recaudan dinero para becas médicas.

Así son las lecciones de la experiencia de Rodríguez como joven con cáncer, que superó con dos operaciones, tratamientos de quimioterapia y radioterapia y muchas ganas de vivir. Y haber pasado por eso le ha enseñado algo vital, a relativizar los problemas y a vivir bajo el lema romano del "carpe diem" (aprovecha el presente) , que, "aunque suene a tópico, es una realidad".