El crecimiento de las residencias unifamiliares en los pueblos del concejo

Aramil, la zona rural de Siero que se llena de familias con hijos: "La venta de parcelas para construir está disparada"

La parroquia registra un auge de la rehabilitación de viviendas y de la edificación de casas nuevas y la llegada de niños da esperanza para la reapertura de la escuela

En la parroquia de Aramil, en Siero, parece que las casas brotaran. Esa sensación se tiene cuando se pasa por la zona y se aprecian las numerosas viviendas unifamiliares que acaban de construirse o están levantándose en la actualidad. Y es que la localidad sierense está de moda y no ha dejado de atraer nueva población, sobre todo familias con hijos que están rejuveneciendo el pueblo. Desde 2020, la edificación nueva y también la rehabilitación de inmuebles ya existentes no ha cesado. Los últimos residentes en llegar o los que están en proceso para instalarse coinciden a la hora de destacar por qué eligieron el lugar: está bien comunicado, en un entorno rural tranquilo pero con todos los servicios o muy cerca de ellos, a escasos minutos, por ejemplo, de la Pola.

“Anduvimos buscando mucho por la zona centro de Asturias y fue una carambola, vimos este sitio paseando y nos decidimos. En 20 minutos te plantas en cualquier sitio”, comenta Rubén de Ancos, de 59 años, llegado con su familia desde Oviedo. Llevan unos años viviendo en Aramil, donde han encontrado un lugar ideal para vivir tranquilos, “sin el barullo de la ciudad”. 

Brendan y Jaime Carrio y Celia Diego, delante de su nueva vivienda en Aramil. | Sara Arias

Estela Álvarez, con su casa al fondo. / Sara Arias

Cada mañana, cuando suben la persiana al amanecer, disfrutan de unas espléndidas vistas de los Picos de Europa y Peñamayor y, al otro lado, la sierra del Aramo y hasta Peñamanteca, en Belmonte de Miranda. “Eso no tiene precio, dimos con el sitio perfecto y estamos muy contentos”, resume. Pero sin duda, lo que más valora este nuevo habitante de la parroquia es la relación cercana con los vecinos. “En Oviedo no conocía ni al 50% de los del bloque”, dice.

La buena ubicación de Aramil fue el motivo por el que Brendan Carrio, de San Martín del Rey Aurelio y Celia Diego, de Infiesto, decidieron iniciar su proyecto de vida en común. Y aquí ha nacido su hijo Jaime, que crecerá jugando por las caleyas del pueblo. Un aspecto que esta joven pareja, de 39 y 31 años, respectivamente, valora de su nuevo domicilio. “Va a estar a su aire y va a poder salir libremente, algo que no podría hacer en la ciudad, en unos años andará por aquí delante jugando con otros críos de la edad porque la gente que está llegando son jóvenes con hijos”, señala él.

Aramil, la zona rural de Siero que se llena de familias con hijos y espera poder reabrir la escuela

Natalia González Canga, Julia González González y Pablo González González, en su casa. / Sara Arias

En Aramil se encuentran “genial” y ni si quiera les pesa tener que coger el coche para cualquier necesidad como ir a la compra o a por el periódico. “Te acostumbras y además solemos hacer la compra online y te la traen a casa, también pasan muchas furgonetas con venta de pescado o fruta y lo básico lo tienes en la Pola, que está a dos minutos”, indica Carrio.

Algo que valoran mucho los nuevos residentes de Aramil es la tranquilidad que ofrece el lugar. “Las vistas son muy bonitas, se respira aire puro, podemos salir al jardín a que nos dé el aire y luego el silencio, yo que soy de ciudad es lo que más me impresionó”, dice Pablo González, natural de Oviedo y llegado con su familia a la parroquia hace nueve años. Ellos han visto cómo ha evolucionado la actividad constructora en la localidad de primera mano. “Cuando llegamos fuimos los segundos en construir en una de las parcelas de la división de la finca ‘La Llosa’, que era enorme, y están ya todas construidas”, apunta.

A su pareja, Natalia González, le fue un poco más difícil adaptarse al cambio de la ciudad a lo rural ya que había vivido en ciudades de Estados Unidos y Reino Unido pero fueron, se podría decir, cuestión de días. “Me costó venir pero ahora no lo cambio por nada del mundo, la tranquilidad que hay y que los críos puedan crecer en contacto con la naturaleza y los animales me parece lo mejor”, confirma. La única pega es que su hijo de 16 años, Massimo, depende de ellos como medio de transporte para salir los fines de semana. “Pero tiene abuelos en la Pola y en Oviedo, así que resolvemos”.

Aramil, la zona rural de Siero que se llena de familias con hijos y espera poder reabrir la escuela

Brendan y Jaime Carrio y Celia Diego, delante de su nueva vivienda en Aramil. | Sara Arias / Sara Arias

Dada la creciente población que llega a Aramil cada vez hay más tráfico en los caminos del pueblo. En ese sentido, González considera necesario mejorar el acceso de incorporación a la zona de San Roque desde la carretera N-634 “porque ya hubo varios accidentes y es muy peligroso”, puntualiza.

No solo hay casas de nueva construcción, sino que también se han vendido muchas viviendas para rehabilitar. Es el caso Alberto García, vecino de la Pola, que acaba de adquirir la antigua casa rectoral de Aramil, que comenzará a reparar el próximo verano. “Siempre fui de pueblo y busco tranquilidad por eso nos venimos para aquí, queríamos algo en el concejo y estamos muy contentos porque está muy bien comunicado y vamos a disfrutar de una mejor calidad de vida al tener un terreno”, señala tras visitar la propiedad para iniciar el proyecto de mejora.

Y la llegada de nuevos habitantes a Aramil ilusiona a los vecinos de siempre como Adrián Vigil, quien destaca que estos nuevos vecinos, que suelen tener hijos, “animan y hacen que el pueblo tenga vida”. Son ellos quienes han visto crecer la parroquia, sobre todo en los últimos tres años. “Recuerdo de niño que la casa de mis abuelos estaba sola, alejada de las otras, y ahora estamos cuatro casas seguidas, la venta está disparada, hay casas nuevas, otras en construcción y muchas parcelas a la venta”, afirma.

Es el caso de Miguel Suárez, de 25 años, que está construyendo una vivienda unifamiliar en la zona de San Roque después de dos años de búsqueda. Vive en Oviedo y se traslada a Aramil porque está muy cerca de la capital, donde él y su pareja trabajan, y porque es muy tranquilo. "Lo que más nos animó fue lo bien comunicado que estás, que sales a la autovía en nada". También la calidad de vida rural, donde espera formar su familia.

En su opinión, la estratégica ubicación de la parroquia, a dos minutos en coche del acceso a las principales vías de comunicación es lo que más vecinos atrae. También lo opina Estela Álvarez, una de las vecinas de siempre que ha decidido construir una casa en el pueblo. “Desde el confinamiento es un no parar, casi todas las casas nuevas son del 2021 y eso es porque estamos en el centro de Asturias, a dos minutos de la Pola y en 20 minutos llegas a Oviedo o Gijón”, valora la joven, de la familia propietaria del restaurante-pensión “Cangas de Onís”.

Siero está en auge, asegura, y espera que la llegada de nuevas familias jóvenes con hijos sirva para llenar de niños y niñas la parroquia. “A ver si así hay manera de que vuelvan a abrir la escuela, que cerró este curso por falta de niños. Necesitan 12 para abrir la unidad”, detalla. Bien lo sabe, es maestra y desearía poder dar clases en su pueblo.

Álvarez aboga por mejorar el transporte público a su paso por la localidad para favorecer los desplazamientos de la gente mayor a la Pola, por ejemplo, y el de los más jóvenes para salir los fines de semana. “Cuando eres adolescente, para salir, es una faena porque el transporte es muy malo, eso es algo que se podría mejorar”, propone. En lo que coinciden ambos vecinos de toda la vida es que el crecimiento de Aramil debe pasar por las casas unifamiliares “y no una urbanización, tenemos miedo que pase porque se comenta que es la idea que tienen para la zona donde el palacio de Aramil, así se perdería la esencia de la zona rural”.