Atraco a mano armada en una gasolinera de Pola de Siero: "Sólo pude ver la navaja"

"Fue un susto enorme, pero al menos fue rápido", señala la empleada que sufrió el asalto en el que el ladrón sólo se llevó la calderilla para el cambio

El exterior de la gasolinera Las Palmeras, en Pola de Siero.

El exterior de la gasolinera Las Palmeras, en Pola de Siero. / Luján Palacios

"Sólo pude ver la navaja". La empleada de la gasolinera Las Palmeras de Pola de Siero que sufrió un atraco a mano armada en la noche de este miércoles aún tiene el susto en el cuerpo, pero asegura que "al menos fue rápido, no pasaron ni treinta segundos".

Medio minuto que, sin embargo, a ella, que lleva trabajando en la estación de servicio desde el pasado día 18 de febrero, se le hizo eterno. Pasaban las diez y media de la noche cuando un hombre encapuchado se dirigió a la tienda de la gasolinera, donde se encontraba la trabajadora. Un segundo empleado estaba en el baño en ese momento y no se percató de nada, hasta que el atracador salió huyendo.

"Es que ni grité, no dio tiempo a nada. Sacó una navaja enorme y me amenazó con ella. Le di el dinero que llevaba encima para dar cambio a los clientes, le dije que no había nada en caja, lo cogió y salió corriendo", relata la mujer, que en ese momento no pudo pensar más que en el arma blanca de grandes dimensiones que esgrimió ante ella el ladrón.

El atracador, un varón, llegó a la gasolinera desde el circuito ciclista "Chechu Rubiera". "Vino a pie y cuando escapó lo hizo por la misma zona", explica la empleada. Iba encapuchado, con "una gorra, sudadera con capucha, gafas y algo blanco tapándole la cara", de manera que serán las grabaciones de las cámaras de seguridad del establecimiento las que ayuden a arrojar algo de luz sobre su identidad. "Son apenas 30 segundos como pude ver después en la grabación, pero en ese momento no supe cuánto tiempo había pasado, menos mal que fue rápido", reflexiona la víctima, que anoche no pudo conciliar el sueño "pensando en todo lo que podía haber pasado".

"Por suerte, mi compañero que estaba en el baño no se enteró de nada, si llega a salir cuando me está amenazando con la navaja no sé lo que hubiera pasado", afirma la trabajadora. Una vez que el atracador escapó corriendo, añade, "fui al baño a llamar al otro chico, no nos podíamos creer lo que acababa de ocurrir". El ladrón sólo se llevó el dinero del cambio, porque "funcionamos con autopago, el dinero de los repostajes va a una caja a la que no se puede acceder", explican los empleados de Las Palmeras, aún impresionados por el asalto.

Es la primera vez que esta gasolinera sufre un atraco y la investigación está en manos de la Guardia Civil. "Esperamos que lo detengan pronto y que no vuelva a actuar", sostienen los trabajadores. "Estos sustos no están pagados", concluyen.