Abuelos y niños, unidos por la verdura: este es el singular proyecto intergeneracional del IES Río Nora de la Pola

Mayores y pequeños han elaborado un recetario, han compartido juegos y hasta han cultivado un huerto para concienciarse sobre la importancia de comer sano

Los abuelos comían pisto con las cebollas, los tomates y los pimientos de sus propias huertas; los pequeños de hoy en día son más dados a la innovación y abundan las cosas nuevas como las pizzas de calabacín. Pero, a pesar de la disparidad de interpretaciones, unos y otros se han unido en un proyecto liderado por los alumnos de Botánica Aplicada del Departamento de Biología del IES Río Nora de Pola de Siero para concienciar sobre la necesidad de llevar una alimentación sana.

Las verduras han sido el eje sobre el que se ha montado un proyecto intergeneracional que ha involucrado a unos 40 estudiantes de cuarto de la ESO del centro, a un centenar de escolares de primero de Primaria de los colegios Hermanos Arregui y Celestino Montoto y a varias decenas de usuarios de la residencia del ERA en la Pola. Todos ellos llevan trabajando codo con codo desde la pasada Semana Santa con actividades divulgativas, juegos y visitas a unos y otros para hablar de la vida de antes, del cultivo de los huertos, de la cocina tradicional y de cómo ven los más jóvenes la alimentación.

"Ha sido un proyecto precioso y lleno de cariño, los pequeños han sido muy amorosos con los abuelos y estamos muy contentos con el resultado", apuntaba este viernes Lorena García, profesora de Botánica y encargada de una actividad que ha culminado en el IES durante la mañana con un encuentro de todos los participantes.

Abuelos y niños han disfrutado de juegos tradicionales, de visitas al huerto para recolectar y hasta de música, con los alumnos de la ESO como anfitriones ataviados con monteras piconas de cartulina. "Primero estuvimos plantando en la huerta para luego ir a la huerta y la residencia a hacer juegos con los pequeños y los mayores sobre la comida saludable y las ventajas que tiene comer verduras", explica Olaya Bermúdez , una de las estudiantes encargadas de organizar las actividades. Hubo bingos, adivinanzas y acertijos, y los abuelos "fueron muy competitivos", reconoce con una sonrisa.

Además, entre todos elaboraron un recetario con las recetas con verduras que más gustan a cada uno, de tal manera que "los güelis nos hablaron de platos que no habíamos visto en nuestra vida, de cuando plantaban en sus huertos". Todas ellas han sido recopiladas en varios ejemplares que se han repartido entre los colegios, el instituto y la residencia.

Y para rematar la jornada, se organizaron juegos que los abuelos conocen bien: el cascayu, la rana, les chapes, la pesca de la botella y los bolos, en los que los niños disfrutaron de lo lindo junto con los mayores. Alguno hasta se animó a participar con la caña para coger las botellas, en una sesión que "les ha hecho mucha ilusión, porque llevan tiempo trabajando, y les ha venido muy bien recordar platos como la coliflor con sofrito de ajo, aquellas cosas que cocinaban cuando eran jóvenes", reconoce Luis Arango, animadora del ERA.

La mañana finalizó con la visita al huerto que los estudiantes del instituto llevan meses mimando en un pequeño invernadero en el patio, y en el que pudieron recolectar zanahorias, ajos y cebollas. "También sembramos tomates, pimientos o guisantes, pero hay cosas que tuvimos que cosechar antes porque no aguantaban", señalan divertidos.

La sesión fue todo un éxito, y todos están deseando repetir experiencias que, para muchos, fueron completamente nuevas. Y que "seguro les deja un buen poso", reconocen los docentes, encantados con un centro lleno de vida sana.