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Premios "Princesa de Asturias"

El milagro de una comida en la escuela: así conoció una misionera asturiana los inicios de Mary's Meals en Malawi

El inicio de Mary’s Meals en Malawi, en 2002, la fuerza de su fundador y el apoyo que ha dado a la infancia generaron el entusiasmo de los cooperantes testigos de sus primeros pasos

Niños de una escuela de Malawi esperando para recibir su ración de «phala».

Mercedes Arbesú es asturiana, natural del concejo de Siero, de formación periodista y de vocación Misionera de María Mediadora. Vivió 15 años en Malawi y allí conoció, en la que era su primera visita al país en plena hambruna, a Magnus MacFarlane-Barrow. Solo unos meses después el escocés constituía y ponía en marcha Mary’s Meals, una iniciativa para garantizar una comida al día a los niños que acudieran a sus escuelas, el proyecto que acaba de ser galardonado con el premio «Princesa de Asturias» de Concordia.

Con los años Arbesú pudo conocer mejor cómo daba frutos Mary’s Meals y por eso está entusiasmada con un galardón que hace justicia «al bien que hacen a tantos niños sin futuro». Ella misma intentó hace años que el «Princesa» les premiara y ahora siente la victoria como propia.  


En el año 2002 cuando vivía en la misión de Chezi, en Malawi, fui testigo de una de las hambrunas más dolorosas que padeció el país. Por la mala cosecha de maíz del año anterior y el alto precio de los fertilizantes (un saco costaba más que el salario mínimo establecido entonces) los malawianos enfrentaron una crisis humanitaria que tan sólo se pudo paliar con la ayuda internacional llegada a través de organizaciones de cooperación y sin ánimo de lucro. Ancianos, niños y enfermos, especialmente los infectados por el virus del SIDA, constituían la población más vulnerable.

En este contexto conozco a Magnus MacFarlane-Barrow fundador de Mary’s Meals, Premio "Princesa de Asturias" de la Concordia 2023. Había llegado a Malawi, a Blantyre en el sur, tras leer una reseña publicada en una revista de amigos de Medjurjorge sobre la situación del país. La publicación la firmaba una amiga de las Misioneras de María Mediadora y ella fue quien lo trajo a la misión.

El 27 de febrero de 2002 el presidente Bakili Muluzi declaraba el estado de emergencia y daba la posibilidad de recibir ayuda internacional. En uno de los meses posteriores a esa declaración fue cuando Magnus visitó nuestra misión de Chezi en el centro del país, a 35 kilómetros de Lilongwe, la capital. Llegaba, con enormes deseos de ayudar en esa situación de hambruna que se estaba viviendo, como presidente de la organización Scotthish International Relief, fundada por él en 1992 tras sus viajes a Bosnia para llevar material de emergencia durante la guerra de los Balcanes.

Una de las actividades de la misión era la distribución de comida a 400 ancianos de la zona en turnos de mañana y tarde. Se cocinaba una especie de puré elaborado con harina de soya, azúcar, sal, leche, cacahuete y aceite. En Malawi se llama "Likuni Phala" y es la base, o al menos lo era en aquel momento, para recuperar niños malnutridos por su alto valor nutricional.

De esos momentos quedan las fotografías llenas de vida y realismo de Emilio Morenatti, Premio "Pulizter" de Fotografía 2023, que pasaba por aquel entonces unos días en nuestra misión y que también vivió de primera mano el drama que asolaba al país.

Madres cocinando en una de las escuelas que apoya Mary’s Meals en Malawi.

La primera impresión que me causó Magnus fue la de un hombre joven, con mucha inquietud social y energía, con una capacidad tremenda para empatizar con la gente, pero sobre todo con un don especial para entender el sufrimiento de los otros y tratar de aliviarlo.

El resto es historia por todos conocida: su encuentro con Emma y en especial con su hijo Edward y lo que éste le dijo en medio del drama humanitario que vivía Malawi y la cercana muerte de su madre por SIDA: que le gustaría "tener suficiente comida y poder ir a la escuela".

Y ahí comienza todo. En un punto cercano a Blantyre en el sur de Malawi, nace Mary’s Meals a quien esta semana el jurado del Premio "Princesa de Asturias" de la Concordia reconoce "su ejemplar dedicación a paliar algunos de los problemas más acuciantes del mundo actual", proporcionando "cada día alimentación a más de dos millones de niños en zonas de crisis alimentaria y estimular al mismo tiempo su escolarización".

Niños disfrutando de su comida.

En algún momento de los años siguientes visité las escuelas del sur de Malawi para conocer el programa de Mary’s Meals. Me acompañó otra hermana de mi comunidad y una voluntaria escocesa, conocida de Magnus, que colaboraba en nuestra misión. Nos cautivó de tal manera lo que vimos que no dudamos en implantarlo, por nuestra cuenta, en la escuela cercana a la misión de Chezi. Hoy St. Mathias Primary School forma parte del programa Mary’s Meals en Malawi.

Un grupo de madres voluntarias cocinaban y distribuían "Phala" entre los niños. Una idea tan sencilla motivaba a los niños a ir a la escuela, evitaba el absentismo escolar, animaba a seguir con los estudios e implicaba a las propias madres en el trabajo.

No me equivoco tampoco al decir que Mary’s Meals "las comidas de María" en referencia a María la madre de Jesús, ha evitado en Malawi, e intuyo que, en muchos otros países, matrimonios tempranos al hacer que las jóvenes permanezcan en la escuela más tiempo.

El número de nacimientos en Malawi es elevado, la población infantil es numerosa, las aulas, sobre todo en los primeros cursos llegan a tener mucho más de 50 alumnos. Y en consecuencia, la educación es pobre. Aun así, apostar por la escolarización es una prioridad para todos los que trabajamos en este país conocido como "el corazón caliente de África".

En varias ocasiones a lo largo de mis 15 años de estancia en Malawi me he encontrado con Magnus. He escuchado como el programa iba creciendo y extendiéndose a otros países y he comprobado en persona la inmensa ayuda que supone para la infancia en Malawi.

Mercedes Arbesú, en su casa de Santa Marina, en Siero. MIKI LÓPEZ

Tal era y es mi admiración por Mary’s Meals y mi convencimiento de sus posibilidades que, en el año 2017, y en los dos siguientes, junto con Covadonga Rodríguez, asturiana, amiga y colaboradora de nuestras misiones, y a través de la Fundación Esteban G. Vigil, la propusimos a los Premios "Princesa de Asturias" de Cooperación y Concordia.

Todo tiene su momento y ese no era el de Mary’s Meals. Al escuchar que había sido galardonada con el Premio de la Concordia 2023 me embargó una inmensa alegría y un sentimiento de agradecimiento por tantos niños con nombre que conozco y que se han beneficiado de Mary’s Meals. Nunca dudé de que algún día lo lograría y ese día llegó este 14 de junio de 2023.

Lo que surgió en Malawi, un país olvidado, sin noticias que destacar, envuelto en una pobreza endémica de la que no alcanza a salir, se ha ido extendiendo hasta abarcar a más de dos millones de niños en distintos países, muchos envueltos en guerras, otros inmersos en la pobreza y todos con carencias que les impiden tener una educación y un modo digno de vivir. Es ahí donde Mary’s Meals aporta esperanza y abre puertas al futuro.

Admiro a todos los galardonados con los Premios "Princesa de Asturias", pero éste en concreto me llena de satisfacción y orgullo por su labor y por el bien que hace a tantos niños sin futuro en el mundo. ¡Enhorabuena Mary’s Meals!

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