Los funcionarios y usuarios de los juzgados de Pola de Siero denuncian un retraso de tres meses para proceder a la reparación de los dos ascensores del equipamiento, dañados en la inundación sufrida el pasado junio, cuando el agua alcanzó medio metro en la planta baja del inmueble por el reventón de un depósito contra incendios. La situación provoca desde entonces que las personas con movilidad reducida o mayores no pueden acceder a las salas por las escaleras, obligando a los trabajadores públicos a realizar los trámites preceptivos en la garita de seguridad de la entrada del edificio o en la calle. Las quejas son constantes, advierten fuentes del juzgado.

"El martes se cumplen tres meses desde que se estropearon los ascensores y no los arreglan. La Viceconsejería de Justicia dice que es por culpa del seguro y la compañía del seguro dice que falta una pieza. Entre uno y otro seguimos igual y las quejas son diarias", comentan esas mismas fuentes. Debido al bloqueo de los elevadores, las personas en silla de ruedas, con muletas por una lesión o aquellos con dificultades para caminar tienen que ser atendidos en el exterior o en la entrada, con la consiguiente "pérdida de intimidad" para los usuarios de la justicia.

"Cuando se tiene que hacer en la garita de los guardias, los del Juzgado número 3 se enteran de lo que pasa fuera y viceversa. También se atiende en la calle y, la verdad, son temas complicados, no son cosas que se tenga que enterar nadie o que sepan que tienes un asunto en el juzgado. Se está haciendo sin intimidad ninguna", señalan. Además, los denunciantes detallan que las personas mayores que utilizan las escaleras para llegar a las salas de audiencia tienen que parar a descansar: "El otro día una señora me dijo que iba a sentarse un poquitín antes de subir".

Por si fuera poco, las obras de albañilería previstas en la planta baja, donde se ubica el Juzgado número 4 de Siero, así como la retirada de los marcos, puertas y zócalos de madera, han quedado a medias de hacer. "Unos se quitaron y otros no, por no mover unas estanterías. En los que se quitaron, dejaron las puntas saliendo", explican.

Uno de los trabajadores se lastimó debido a uno de estos clavos, detallan las fuentes del juzgado. Además, ruegan que, cuando se reactiven los trabajos, éstos se lleven a cabo durante las tardes cuando no hay personal en la sala. "Echaron un producto antimoho y se tuvieron que abrir ventanas durante cuatro días seguidos", lamenta una de las personas que acude a diario al juzgado a trabajar.