Copa del Rey
Así vivió el Lugones el sorteo que le emparejó con el Rayo en Copa: "Es algo único e irrepetible"
La plantilla del equipo sierense, eufórica: "El club lo necesita"

Irma Collín

Pocas mañanas de octubre tan agitadas como la de hoy se recuerdan en Santa Bárbara, campo del Atlético Lugones. Jugadores, personal del club y aficionados llenaron hasta los topes el bar del estadio para seguir un sorteo de Copa del Rey que venía con premio asegurado: jugar contra un equipo de Primera División. Faltaba saber contra cuál.
Las preferencias eran variadas. El mediapunta Víctor Amez "Viti", devoto de Isco, se pedía al Betis. Javier Basualdo "Basu", por su parte, fantaseaba con recibir al Sevilla para coincidir con Sergio Ramos. David Alonso, como buen portero, quería enfrentarse al Villarreal de Pepe Reina. Y el presidente, Benjamín Llaneza, tiraba de pragmatismo: "Que nos toque uno del norte, el Celta, la Real o el Athletic, para que traigan la mayor gente posible".
En lo que había cierto consenso, aunque no absoluto, en Santa Bárbara era en señalar al rival menos apetecible. Cuando salió la primera bola, la del Hernán Cortés, más de uno se arrancó a corear: "¡Getafe! ¡Getafe! ¡Getafe!". Alguno respondió: "¡Alavés! ¡Alavés! ¡Alavés!". Pero cayó el Betis. Primer mini chasco del mediodía. "Manda narices, ¡el Betis a la primera!", lamentaba Viti. El sueño de jugar contra Isco tendrá que esperar.
En la segunda eliminatoria salió otro de los más codiciados, el Villarreal, que viajará a Chiclana. El bar rompió en un "¡ooooh!" de decepción que rápidamente mutó en jolgorio cuando, a renglón seguido de la del Tardienta aragonés, Rubén de la Red extrajo la bola del Getafe. "Ahora nos toca fijo", predijo Viti. Y así fue. Y salió el rival, el Rayo Vallecano, entre gritos de "¡Eh! ¡Eh! ¡Eh!". No era un equipo europeo ni el Athletic de Bilbao, pero supo igualmente a gloria.
El festejo se regó con champán, todos celebraron, la alegría rebosaba en el angosto espacio en el que se congregaban el puñado de personas que dan vida a un club de Primera Asturfútbol que nunca había osado soñar con algo así. "Me hace muchísima ilusión, no vamos a jugar otro partido igual en nuestra vida", admitía el joven mediocentro Jorge Pérez, de 19 años y recién llegado desde el Cova. "Es algo único e irrepetible. Esos nervios de jugar contra un Primera… Además, el club lo necesita", completaba Viti.
El Lugones quiere jugar en Santa Bárbara. Ahora la incógnita a resolver es dónde se va a disputar el partido. El club lo tiene claro: quiere recibir al Rayo en casa, en Santa Bárbara. "Depende del Ayuntamiento y de la Federación –explicaba el presidente Llaneza–. Las torres de las luces están bastante dañadas, el Ayuntamiento nos lo va a cambiar, pero no creemos que antes del partido. A ver si podemos hacer algún apaño, porque sería precioso para el pueblo".
En caso de no disponer del permiso para jugar en Santa Bárbara, la opción con más enteros, por cercanía y capacidad, es el Carlos Tartiere. "Prefiero jugar en casa, pero soy de Oviedo y, si no se puede, me haría mucha ilusión jugar en el Tartiere", confesaba Basu. Sea como fuere, lo seguro es que el Lugones se sentirá grande por un día. Por lo menos.
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