Güevos Pintos que son de todos en la Pola: "Que sigamos acudiendo juntos a esta cita, a encontrarnos estando unidos"

La celebración, que se hizo este año sin la Sociedad de Festejos, reunió a una multitud en torno a la tradicional bendición

Luján Palacios

Luján Palacios

Pola de Siero

Día de sol, color y gentío en la Pola para celebrar una fiesta de Güevos Pintos multitudinaria, llena de nuevas creaciones y de devoción popular hacia la segunda de las dos grandes citas festivas de la capital sierense. Había cierta expectación por conocer cómo transcurrirían las cosas sin Sociedad de Festejos, inmersa en un proceso de renovación encallado y con el Ayuntamiento al frente para sacar adelante la cita. Y el resultado, como apuntaba el alcalde, Ángel García, ataviado con el traje regional como la mayoría de la Corporación sierense, es que "ha sido un éxito".

Porque "las fiestas son de todos los vecinos y para todos ellos, y aunque lo que deseamos es que haya una sociedad que se encargue de organizarlas, si no la hay nosotros garantizaremos que los polesos no se queden sin ellas, y lo mismo sucederá con las fiestas que vienen como El Carmín el próximo verano", aseguró tras la bendición los güevos por el cura Fermín Riaño.

Es el rito de más simbolismo de la celebración, con una aglomeración de vecinos apiñados ante la plaza del Ayuntamiento para escuchar las palabras, en asturiano, del sacerdote. No faltaron las referencias al Papa Francisco recién fallecido, para llamar a "la unidad y la colaboración de todos". "Todos somos diferentes, como la yema y la clara, pero todos somos necesarios", recordó, antes de relatar que "un martes de Pascua más sembramos las calles de arte y tradición para compartir los frutos de semanas y meses de labor en casas, colegios y locales de diferentes asociaciones polesas".

"Los Güevos Pintos son reflejo de esta villa de la Pola, construida por gente que puso en ella lo mejor de sí, y que sigue teniendo la ayuda de personas y organizaciones que la cuidan, con serenidad y respeto, haciéndola cada vez más guapa y mejor para todos los que vivimos en ella y para los que hasta nosotros os acercáis y acogemos día a día", enumeró el sacerdote.

También formuló un alegato por la "la vida en comunidad", porque "no hay nadie imprescindible, pero todos y todas somos necesarios". Y porque "como en los huevos, lo más valioso no es la cáscara sino lo que protege, la clara y la yema que hacen posible que la vida siga". En un mundo con guerras y cismas, el párroco llamó a la paz y pidió también "que sigamos acudiendo juntos a la fiesta, que nos volvamos a ver en la Sobatiella", dijo, en referencia al prao del Carmín.

"Que la vida siga y las mesas estén atacadas de tortilla y frixuelos para compartir en días como el de hoy o en el día del Carmín, donde esperamos que este año podamos, otra vez, encontrarnos unidos y con la colaboración de todos", señaló. Tras impartir la bendición con una rama de olivo y laurel "para todos y todas", la capital sierense se desbordó de alegría y música tradicional de la mano de Los Gascones y el grupo folclórico El Ventolín, que interpretó varias piezas antes de la espicha del tonel de sidra bajo el hórreo instalado ante el Ayuntamiento. También actuaron por la tarde: aunque no hubo desfile folclórico por las calles, el colectivo quiso amenizar la sesión con una danza prima. "No olvidemos que nacimos como grupo para los Güevos Pintos", dijo Joaquín Ruiz, su presidente.

No faltaron en la fiesta los alcaldes de los concejos de Villaviciosa, Nava, Sariego, Bimenes y Noreña, la viceconsejera de Medio Ambiente y exconcelaja sierense Susana Madera, varios diputados regionales, autoridades de los cuerpos de seguridad o el párroco de Llanera, José Julio Velasco. Todos se unieron a la marea festiva en una mañana marcada por la artesanía y las creaciones que cada año se superan a sí mismas.

Ser original es cada año un poco más complicado, pero artesanas como Patri Saco despuntan con huevos como los "Güevitino Casal" o los Güevodrigo Cuevas", recreaciones de los dos cantantes a las que no les faltaba detalle. Con una tirada de diez por artista, Saco reconoce que "es muy laborioso hacerlos", pero merece la pena porque "hay que hacer cosas diferentes". En el caso del de Tino Casal, además, no hay duda: "Estamos celebrando su 75 aniversario y está más que merecido".

Junto a los cantantes se disputaban el protagonismo los de las vacas con crotal, dragones, gnomos, cactus, piraguas, "panoyinos", aldeaninos, bebés y hasta mineros como los elaborados por Nancy Velásquez, porque "es una temática que vende mucho".

No faltaron los dibujos tradicionales, los personajes de dibujos y los escudos de fútbol como los que ofrecían en su puesto Abel Vallín y Marta Montes. Visitantes como Sandra Arrillaga y Marcos Gayol, de El Berrón, madrugaron para dar una vuelta aprovechando sus vacaciones y que los niños están en el cole, y acabaron comprando un huevo con el escudo del Deportivo, porque "yo nací en La Coruña", explicaba ella con la creación en la mano.

Además se pudieron ver pendientes, atrapasueños, obras pintadas con tinta china, en todos los tamaños y con la admiración del público como recompensa. "Son increíbles" aseguraba Marta González, de puesto en puesto sin saber con qué quedarse en una mañana de "buenas ventas, con el buen tiempo la cosa se anima aunque ya fue bien todos los días anteriores de Mercáu Polesu", indicaba por su parte la artesana Mónica Montes.

Los niños, como cada año, son los grandes consumidores de huevos decorados. Bien como en el caso de Marcos Díaz, que estaba en plena tarea de elegir su huevo favorito en persona, o como en el caso de Pilar Pérez, abuela encargada de escoger para los nietos que "están en el colegio y les hace mucha ilusión, si no les llevo algo se enfadan".

No faltaron los pines para llevar en la solapa, los imanes para la nevera, las recreaciones del Portal de Belén hechas con tres huevos decorados, los llaveros, las obras de arte de pintores famosos plasmados en cáscara de huevo, un amplia variedad de fauna autóctona, desde osos pardos hasta petirrojos, lobos o rebaños de ovejas, numerosas variedades de la Santina de Covadonga y hasta el pitufo gruñón de Lugones dando la bienvenida a la localidad. Un variado que a mediodía atrajo a cientos de personas, haciendo muy complicado circular por los puestos.

Si el negocio artístico marchó bien, también lo hizo el hostelero, con lleno en todos los establecimientos para disfrutar del vermú al sol después de una Semana Santa pasada por agua, con las pandillas y muchos polesos vestidos con el traje regional dispuestos a alargar la jornada hasta la noche, con el remate de la orquesta París de Noia como broche a un día de restallu.

Folclore

Y para quien tenga ganas de más fiesta tradicional, aún quedan por delante cuatro días de folclore de la mano de "El Ventolín". El colectivo desarrolla estos días su semana de actividades con propuestas para todos los gustos. Hoy miércoles habrá teatro a cargo del Grupo de Carbayín, que pondrá sobre las tablas del Auditorio poleso la obra titulada "La Maxia de la primer vez", a las 20.00 horas.

Mañana jueves tendrá lugar un taller didáctico a cargo de la Escuela de Música de Errentería, también a las 20.00 horas en el Auditorio. Y el viernes se pondrá la guinda al pastel con un festival folclórico con la participación de varios grupos en el mismo escenario, con un concierto además de Asturiar Konexiona a cargo de Herri Arte Escola. "No faltéis, porque va a ser muy interesante", alertaba ayer Joaquín Ruiz a los vecinos tras la bendición de los Güevos Pintos, para continuar con la tradición más arraigada de la Pola.

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