Ideal

Sobre cómo debe ser un buen alcalde

En uno de esos momentos de tedio que no sabes qué hacer acudí al móvil y en el paseo digital me encontré con una encuesta acerca de cómo debiera ser el alcalde de Siero. Ciertamente que cuando nuestra única identidad es lo que se escribe en la aplicación se pueden decir maravillas. Lo difícil es ver la coherencia entre lo que se propone y la propia realidad de quien hace la propuesta. La honradez, la cultura, la educación, el respeto, la tolerancia y capacidad de gestión fueron cualidades que aparecieron en la propuesta. Había quien hasta decía que debiera ser una persona jubilada, porque así no recibiría retribución por la actividad como regidor porque disponía de su pensión. Esto último no tiene por qué ser así porque también podría renunciar a la jubilación a favor de la Seguridad Social que tiene mayor déficit que el Ayuntamiento y recibir retribución municipal. En fin, que la cosa que debía ser casi en broma a mí me interpeló porque las propuestas de virtudes del alcalde ideal seguro que las compartimos. Lo cierto es que siempre que se asome a los idealismos oiremos cosas bonitas. Si no pregunten a las señoras por el marido ideal, a los subordinados por el jefe ideal o a los estudiantes por el profesor ideal. Probablemente nadie lo tenga. Lo que sí veo eficiente para la mejora es que nuestro alcalde pueda acudir a lo que se propone y puede poner rumbo a cualidades en las que sea deficiente. Aunque es difícil para quienes abundan en petulancia reconocer ámbitos para la mejora. Los errores están en otros, no en mí.

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