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Un pedazo de corazón de La Fresneda en Covadonga: los fieles de Siero acompañan a José Luis Fernández Polvorosa en su toma de posesión como canónigo

El que fuera párroco durante tres décadas en la urbanización, en Bobes y en San Miguel de la Barreda acaba de incorporarse al cabildo del Real Sitio

José Luis Fernández Polvorosa, rodeado de sus feligreses este sábado en Covadonga

José Luis Fernández Polvorosa, rodeado de sus feligreses este sábado en Covadonga

Luján Palacios

Luján Palacios

Pola de Siero

A los que fueran feligreses del sacerdote José Luis Fernández Polvorosa no les ha importado darse un madrugón este sábado para acompañarlo en su toma de posesión como Canónigo en la Basílica de Covadonga. Una comitiva de una treintena de personas de las parroquias de La Fresneda, Bobes y San Miguel de la Barreda, en Siero, donde el cura ejerciera su ministerio durante los últimos 30 años, quisieron estar presentes en un acto solemne en el Real Sitio, con la presencia del Arzobispo de Oviedo Jesús Sanz Montes, y del Abad de Covadonga, David Cueto.

Los fieles sierenses no podían faltar a un acto que se celebró a las nueve de la mañana, lo que los obligó a emprender viaje "a las 7.30 horas, pero no nos importa porque era una ocasión muy especial", señalaba Alejandra Cuadriello, edil de la Plataforma Vecinal de La Fresneda y una de las asistentes a la toma de posesión. "Ha sido un acto muy emotivo, queríamos acompañarlo en este gran día y darle las gracias por todos estos años, además de desearle lo mejor", añadía Cuadriello en nombre de los parroquianos.

"Lo vamos a echar mucho de menos"

La estancia de Fernández Polvorosa en las parroquias sierenses ha dejado honda huella entre los feligreses a lo largo de los últimos 30 años de ministerio. "Lo vamos a echar mucho de menos, porque ha sido mucho tiempo y porque siempre ha sido un sacerdote adaptado a los tiempos, pendiente de su comunidad, que deja un recuerdo imborrable por su buen hacer", resumía Cuadriello al finalizar la toma de posesión. El sacerdote les agradeció el gesto, y se hizo una foto con los fieles desplazados a Covadonga para el recuerdo.

Por la izquierda, Gonzalo José Suárez, David Cueto, Jesús Sanz Montes, Luis Alberto Pérez y José Luis Fernández Polvorosa, este sábado, en Covadonga.

Por la izquierda, Gonzalo José Suárez, David Cueto, Jesús Sanz Montes, Luis Alberto Pérez y José Luis Fernández Polvorosa, este sábado, en Covadonga. / R. L. P.

El sacerdote, nacido en Santa Cruz de Llanera en 1932,en el seno de una familia campesina y humilde, se fue a vivir a Gijón a los seis años. Pero con frecuencia volvía a la tierra natal con sus hermanas para visitar a los abuelos y para pasar los veranos de la infancia. Pese a que estudió Comercio, la vocación fue más fuerte y decidió ingresar en el seminario, una decisión respaldada por la familia y que no ha dejado de darle satisfacciones.

Primero, como coadjutor en San Julián de Somió, y en 1967 como párroco en las montañas de Cangas del Narcea. De allí pasó a Cabañaquinta y a Pelúgano, “de la cuenca de la antracita a la de la hulla”, recordaba con motivo de la celebración de los 60 años de su sacerdocio. Su último destino fue el de BobesSan Miguel de La Barreda y La Fresneda a partir del año 1991, si bien durante un tiempo también fue párroco de Viella. “Me ofrecieron Oviedo ciudad, pero yo prefiero ver el horizonte y hablar con la gente”, recordaba. “No fue un encargo sencillo, puesto que venía con el extra de levantar la parroquia de Santa María de La Fresneda.

"Ilusionado con la nueva misión"

Cumplió de sobra, y siempre ha expresado su enorme cariño por la tierra en la que ha prestado servicio durante tantos años. "Llevo llorando desde cuando salió la noticia, como si fuera un niño", reconocía el pasado mes de julio tras ser uno de los designados por el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, para convertirse en nuevos canónigos de Covadonga, junto a Gonzalo Suárez Menéndez y Luis Alberto Pérez López. No obstante, reconocía también estar "muy ilusionado con esta nueva misión que se me ha encomendado; al final, me debo a la Iglesia, y también al Arzobispo, y acepto encantado esta nueva etapa", señalaba.

Además, lo hace sabiendo que los suyos no le olvidan, y que como este sábado, acudirán con frecuencia a visitarlo a su nuevo destino.

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