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Trump se cuela en la Feria de Miniaturas de Casa de Muñecas de Pola de Siero: “Nos mata el tema de los aranceles, nos afecta muchísimo"

La séptima edición de este evento, con 35 expositores, engancha a los visitantes “por el cuidado y realismo de las piezas”

VÍDEO: Feria de miniaturas de casas de muñecas en Pola de Siero

Pablo Antuña

Pablo Antuña

Pablo Antuña

El comercio online, mazazo para muchos, pero a la vez oportunidad para otros, sirvió en parte de salvación para los artesanos de las miniaturas. Una vía de escape, por ejemplo, para Carmen Herrero y Carmen Pereney, de Oviedo y Tuilla, respectivamente, dos de las participantes en la VII Feria de Miniaturas de Casas de Muñecas de Pola de Siero. Ambas, con cerca de dos décadas de dedicación “en un mundo que engancha, pero del que cada vez cuesta más vivir”, han visto como hasta Donald Trump les ha perjudicado notablemente. “Nos ha matado el tema de los aranceles. Nos ha afectado muchísimo, porque para el tema de miniaturas, en la venta por internet Estados Unidos era el cliente número uno”, lamentan. Esa traba, junto a la falta de relevo generacional, fueron dos de los problemas que transmitieron, en la jornada inaugural de la feria en la plaza cubierta de Pola de Siero, donde hasta este domingo exponen sus creaciones un total de 35 artesanos.

"Falta relevo generacional"

“Es una de las muchas actividades para darle continuidad a la plaza y darle vida a la Pola, y con algo tan singular y bonito”, indicó Ángel García, alcalde Siero, en la apertura de la feria. “Se consolidó desde el primer día, y estamos muy contentos que sigan haciéndolo en la Pola”, añadió. Chiqui Cueto, otra de las participantes, apuntó que, pese a bajar de 41 a 35 expositores con respecto a 2024, “se han traído más miniaturas artesanales”. Puso en valor precisamente eso, la dedicación y el mimo con el que las realizan. “Esto es una afición cara, un capricho casi. Son casas de muñecas con miniaturas artesanales, que llevan todas mucho tiempo. Falta relevo generacional y también ferias, porque ahora en España se mantiene apenas la de Madrid, Barcelona y esta de Pola de Siero”, reflejó.

Una vuelta rápida permite descubrir que se trata de un mundo sin fin. Cualquier detalle se puede reproducir. Muebles, alfombras, casitas o cualquier muñeca. Incluso hasta minilámparas con luces LED, como las que reproduce Inés Preciado, de Almendralejo (Badajoz), que acudió junto a su hija Daniela Guijarro.

“La pena es que de esto no se puede vivir solo. Empecé con una tienda hace 25 años, porque mi padre tenía una carpintería, y tengo que vender alguna cosa más ya”, explica. “El problema es que de la pandemia para acá ha caído todo en picado el tema de ventas”, lamenta.

Un hobby que engancha

“Es que esto es básicamente un hobby, algo que engancha”, comenta Pinar Quintanilla, de Segovia. En su caso, jubilada de la banca, siempre tuvo esta afición muy presente. Llegó ir a ferias a Milán o París. “Pero ahora ha bajado mucho, casi todo se compra por internet”, indica. En su stand observa algunas de sus creaciones la ovetense Gusti Chaves. “Es la primera vez que vengo, disfruto como una niña. Me impresiona lo real que parece y lo bien cuidado que está”, detalla, mientras observa una reproducción de una frutería, o las minicasas que irían dentro de las casas grandes de muñecas.

Un "vicio" que exige mucho tiempo y trabajo

En Mieres, María Jesús de la Calle tenía una tienda hasta jubilación. Y ahora, a modo de hobby, se ha sumergido en las miniaturas. “Es un vicio, en la vida pensé que me dedicaría a ello, y ahora estoy preparando cosas todo el año”, cuenta, mientras señala unas figuras de Mafalda, como uno de los encantos de su rincón. “Es muy difícil vivir de ello, no compensa por el trabajo y tiempo que exige”, añade.

El final del viaje por la plaza cubierta de la Pola deja un regusto melancólico, muy navideño también, moderno en parte, y esa sensación de realismo y detallismo, que no falta en ninguna pieza. E incluso se cuela una mirada enigmática, como “La casa de Elvira”, que presenta Carmen Pereney, y a la que ha dedicado cuatro meses. “Es un guiño total al misterio”, apunta, en una casita donde se observan a los personajes de “Maléfica” y “La Familia Adams” en alguna de sus habitaciones.

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