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Locura por Halloween en la urbanización de La Fresneda: "Esta fiesta es un orgullo, la vivimos con pasión"

La localidad sierense se llena de zombies, esqueletos y personajes terroríficos, con visitantes de toda Asturias: “Nos encanta el ambiente”

La Fresneda mete miedo: así vivieron vecinos y visitantes la noche de Halloween

Pablo Antuña

Pablo Antuña

Pablo Antuña

La Fresneda (Siero)

Esqueletos, brujas, hechiceros, zombies, payasos y cualquier personaje terrorífico, con el ingenio como protagonista en los trajes y disfraces, hacen que, como dice algún vecino, La Fresneda celebre Halloween “con la misma pasión e importancia que las Piraguas, porque para nosotros ya es algo así”, cuenta Lucía Orille, mientras acude al tradicional “Truco o trato” a una de las casas junto a su hijo Martín Iglesias.

Y no solo se considera una fiesta de La Fresneda, en Siero. Porque la marcan en rojo ya en el calendario todos los asturianos. Como un nutrido grupo de amigos, con sus hijos, llegados desde Langreo. El año pasado la temática era el payaso de "It". Y en esta ocasión la figura icónica mexicana de La Catrina. “Nos encanta el ambiente, ya no nos lo perderemos más”, cuentan Natalia González y Clara Bermejo. «No nos da miedo, nos encanta», indican los hermanos Andrés y Álex Peñalosa, integrantes de este mismo grupo.

Ayer, cuando apenas había empezado a irse la luz del día, ya se palpaba por todos los rincones de la localidad sierense la emoción por la esperada gran noche de Halloween. «Venimos desde Oviedo, empezamos por los críos, pero ahora lo disfrutamos casi más los mayores», señala Celso Cañete, mientras hace una foto ante un casa, ambientada con una gran tela de araña en la entrada a su garaje.

Ahí se encontraban, dando caramelos y también poniendo tatuajes con adhesivos a los niños, Begoña y Carmele Morales, que recrearon en esta ocasión «El rincón de la arañita». «Y hemos hecho hasta un cartel inclusivo, para que sea un Halloween para todos», destacaron.

Marta Salamanca, residente en la urbanización, saca también ese entusiasmo de mantener una tradición que asumió de niña y que «no quiero que se pierda». Lo dice mientras da caramelos a Beltrán Velasco, Maniel Pando, Carlos Mix y Álvaro Velasco, jóvenes de la localidad, que no escatiman tampoco ninguno detalle en sus disfraces.

"Ojalá se animasen más"

No faltó tampoco entre los alicientes la visita a la «Casa encantada», con grandes colas para disfrutar en uno de las pocas que mantienen esta costumbre de abrir sus puertas a un viaje misterioso, entre las representaciones y decoraciones con las que ambientan su hogar.

“El laberinto de las almas” fue el rincón que crearon este año, entre seres mitológicos y almas perdidas. “Es un orgullo que la gente venga. Nos hemos convertido en una casa de referencia. Y me gustaría que se animasen más, y que hubiese 10.000 como la mía”, comenta Kiko Romero.

«No tiene nada especial, más allá de ‘almas perdidas’, que se han quedado atrapadas. Cada año pasan aquí cosas diferentes y raras», anticipan en la entrada a los visitantes Patricia Tamargo y Lorena Peleteiro.

Algunos optan por crear en sus jardines un pequeño rincón de huesos y arañas, como Julio Piquero. «Estamos un poco al final de La Fresneda, pensé en hacer algo chulo, y al final han venido tantos niños que me quedé sin caramelos para darles», asevera.

La tarde noche fue muy larga en La Fresneda. Hubo tiempo para desfilar y hacerse fotos en el centro social. Y cenar en alguna de los puntos instalados junto a la Plaza Mayor, además de bailar, para terminar, con el Dj Javi.

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