Querer ponerle puertas al campo es imposible, como también lo es querer limitar los efectos electorales de Ayuso a Madrid y provincia, y en esa vana tarea se devanean los sesos multitud de asesores de la agencia monclovita. Las preguntas que toda persona juiciosa se hace son: ¿Por qué ha ocurrido? ¿Cómo es posible que todos los barrios, Vallecas incluido,  y concejos madrileños blasonen la bandera azul en sus balcones, en franca competencia con las 615 banderas azules en nuestras playas?

Habrá quien me diga que el azul del cielo es suave, espiritual , espumoso, combina y se mastica mejor, mientras que el rojo o color del fuego, de la pasión, es más eléctrico, estridente, loco, fatiga la vista y quita el apetito. La lectura debe ser más profunda y seria.

No hace mucho me encontré con una frase del cardenal Newman, que viene bien a la ocasión, cuando decía a sus fieles que “para entrar en la Iglesia es necesario quitarse el sombrero, pero no la cabeza”;  y eso es lo que debemos hacer todos, independientemente de la ideología que tengamos y eso intento hacer yo al escribir estas letras. La teoría de los vasos comunicantes existe en la vida y en la política, de modo que si los dirigentes hacen las cosas bien, (Presidente, ministros…) benefician a todos, pero especialmente a sus colaboradores más inmediatos (Alcaldes, concejales, militantes…) y si éstos funcionan bien ayudan a sus superiores, y otro tanto ocurre en la vida con la teoría del “boca a oreja”, cuando uno anuncia a sus amigos donde se puede comer, comprar y vivir y donde no es aconsejable.

 El efecto Ayuso, a pesar de las dificultades de todo tipo que le puso el Poder Central con encuestas para la ocasión y medios de comunicación beligerantes, pudo vender su mensaje y conseguir tan óptimo resultado y es que funcionó, a pesar de los millones de personas que viven en la Comunidad madrileña, el efecto “boca/oreja”. La sociedad no perdona que un político viva ajeno a la realidad y más cuando la quiere cambiar, transformar, ocultar o inventar, y creo que ahí está el origen del triunfo de Isabel Ayuso, con su cercanía y presencia en los lugares donde se palpa el dolor, la miseria, la desesperación.

No hay tema pequeño en política y sirva como ejemplo las manifestaciones que hubo en Pola de Siero a finales de los 90 para proteger el palomar del Parque Alfonso X el Sabio, algo que parece que ahora no importa

Pocas veces en la Historia de España se ha tenido un presidente tan ajeno a la dura realidad que se vive, los muertos de la pandemia pasan de cien mil y casi no se ha dignado visitarles y cuando la ha hecho, una sola vez, aprovechó la ausencia de la Presidenta de Madrid para ir.

No hay tema pequeño en política y sirva como ejemplo las manifestaciones que hubo en Pola de Siero a finales de los 90 para proteger el palomar del Parque Alfonso X el Sabio, algo que parece que ahora no importa, cuando la proliferación de palomas y gaviotas va a más, así como los daños que generan, véanse las torres, tejados y ventanas de la zona…

El efecto Ayuso va a existir en Siero y demás concejos de España, cada uno con sus peculiaridades propias, y eso lo sabe el actual Alcalde y todos los grupos de la Oposición. La Pregunta que uno se hace es ¿Sabrán adaptarse al terreno, a las difíciles circunstancias que vivimos? El actual Equipo de Gobierno de Siero sabe que el efecto Amazon le beneficia -como en su día le benefició combatir la zona azul en Lugones-, pues todo lo que sea crear empleo tendrá el apoyo del vecindario, pero también intuye que ni con esto es bastante.

Hay mucha desesperación, hay muchas familias y personas pasándolo mal y su respuesta es imprevisible. ¿Sabrá la Oposición sacar partido del efecto Ayuso? ¿Estará a  la altura de miras que exige un concejo como Siero? Según los analistas políticos uno de los aciertos de Isabel Ayuso -las niñas que nacen ya se llaman Isabel y en Lugones tenemos a Santa Isabel- ha sido su cercanía, su proximidad a los vecinos y a los problemas. ¿Estamos dispuestos a ello en Siero?

No quiero concluir estas letras sin mostraros mi preocupación por un hecho que desconocía y del que manera fortuita me enteré. Haces unos días, al comprobar el tique de compra del Alimerka,  me encontré que la lejía y otros productos de limpieza tenían un tipo impositivo del 21%. Quedé muy sorprendido y preocupado. Pensé que en situaciones de emergencia como las que se viven alguien se habría preocupado de aligerar las penas a los más necesitados Ya tuvimos el episodio de las mascarillas y su 26% de IVA(5+21), ahora tenemos la lejía y demás productos de limpieza ¿Cuál será el próximo? A raíz de esto se comprueba que lo único que importa es recaudar -hay que pagar el chalet- y si no llega, se suben los impuestos. Corregir, frenar los gastos inútiles, excesivos, desproporcionados o duplicados es función de otros. Nosotros vivamos el presente, del futuro que se ocupen otros.