La Nueva España de Siero

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José Antonio Noval Cueto

Vacaciones en Traspando

Estos meses de este atípico verano es frecuente que al encontrarte los amigos o conocidos e intercambiar el correspondiente saludo, surja la pregunta:

- ¿Oye, Jose, este verano, dónde vas de vacaciones?

 - Yo, este año, como casi siempre – digo-  paso las vacaciones en Traspando.

Después de la perplejidad que provoca en algunos la respuesta, viene la explicación y es que los que tenemos el privilegio de tener casa en el pueblo, siempre recalamos en ella y a todas las edades, cuando los hijos son niños y cuando los niños son ya nuestros nietos. Últimamente a algunos les da por llamarle Trespando, pero yo digo Traspando , como lo oí de niño, pueblo ubicado en la carretera La Secada-Gargantada, y que hasta no hace mucho aparecía con las dos denominaciones, una a la entrada y la otra a la salida del mismo.

En otras fechas y mejores tiempos, siempre que pasaba el puente de la Asunción, o del 15 de agosto, Traspando era noticia por sus fiestas de la Virgen del Carmen, donde la patrona del pueblo era pasada en andas por sus calles y siempre que venía un predicador surgía la curiosidad de esta devoción mariana marinera en un pueblo minero, agricultor y ganadero como es este.

Desde tiempos inmemoriales se airea esa copla que dice “La Virgen del Carmen quiere que la bajen de lo alto, que quiere estar en el valle/pueblo de Traspando”, y desde no hace mucho era famosa la sana competencia que se generaba entre Feleches y Traspando al paso de la procesión de la Virgen del Carmen por su zona con pólvora y voladores. De tiempos inmemoriales las jornadas de boxeo, la carrera ciclista de profesionales o más recientemente las exitosas veladas de teatro en el patio de la escuela , que con unos medios muy elementales, hacen que estos pasen desapercibidos gracias a la profesionalidad de los artistas del Grupo de Teatro de Valdesoto.

Pero Traspando es también mi pueblo de vacaciones, a menos de veinte minutos de Oviedo o Gijón; a diez de Pola ,de unas vacaciones tranquilas, serenas, relajantes,- no tenemos bar ni tienda, pero tenemos coche o bicicleta- , donde la suave brisa de la mañana o el cencerru de la vaca favorece la lectura e inspira al que escribe, y al que se puede acceder desde la senda del Nora, en dirección a Lieres.

 Una vez en el mismo uno puede dirigirse, por la izquierda, hacia la Capilla, el Llamargon , La Gallega, La Cigüeta y visionar toda la llanada de Lieres y Feleches, o bien entrar por la derecha hacia La Quintana, subir al Cantu y desde la Fuente de la Figal otear toda la zona de Aramil e incluso el Mercado de Ganados y Torres de la entrada de Pola. Estas dos principales sendas o travesías, con bellas panorámicas, cómodas y de poca duración , permiten alteraciones que alargan el recorrido.

Hablar de Traspando es hablar de minería y la mejor prueba de ello es el resto del casquillete del pozo Toral, barrio de la localidad que aún conserva vestigios de su pasado minero, cercano a la Brañuca y Puñide, donde uno puede encontrarse con una pequeña barriada minera, en otro tiempo perteneciente a Duro Felguera, y una de esas personas afables que alegran la vida con su humor y vivencias, me refiero al singular Julín Parajón, oviedista de pro, que hasta no hace mucho pintaba de azul y blanco los varales de sus fincas. Próximos a la localidad se encontraban también los enclaves mineros del Pozo de la Vega, Pumarabule, Mosquitera y Solvay. Como dato curioso sirva que una de las primeras escuelas privadas del Concejo de Siero se ubicaron en Traspando, cuando los mineros del Toral contrataban maestros para sus hijos que ellos mismos pagaban.

Ahora que hay tantas alternativas de turismo, de vacaciones, quizás sea llegado el momento de plantearse si uno quiere de verdad descansar, relajar o tensionarse y en qué momento. Los que busquen lo primero, descansar, dormir plácidamente por mucho que madrugue el gallo franciscano y despertarse con la sensación de haber descansado ,lo tiene fácil, a menos de veinte minutos de Oviedo y Gijón, en el concejo de Siero, está el bonito pueblo de Traspando y otros como este: Lamuño, Feleches, Lieres...

Hace muchos años al empezar el curso, a mi hijo le preguntaron sus profesores:

- ¿Qué tal Pablo de vacaciones?

- Y él respondió:  Yo en Traspando… Los paseos en yegua, en tractor, los partidos en la escuela, las jornadas de bicicleta y hierba, los baños en la piscina del Toral… se condensaban en estas palabras.

Yo, con estas letras solo quise evocar muchas jornadas de felices y serenas vacaciones, hasta con rica y fresca agua, la de la fuente de la Facienda,  y pedir , ahora que vienen dineros de Europa, que me limpien el Nora. ¿No sería maravilloso que todos , mayores y pequeños, pudiéramos bañarnos en el Nora, junto al puente de Rivalles?

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